Amaranta sintió su cuerpo estremecerse ante el roce de Salvatore, y quitó su mano de la de él.— No me toques, por favor, mantén tu distancia.Salvatore sintió un estrujón en su corazón, y retiró su mano.— Discúlpame, no volverá a pasar.— Los niños ya saben que eres su padre, ¿Por qué se los dijiste?— No fui yo, ellos simplemente me lo dijeron y ya, yo jamás hubiera hecho algo sin tu consentimiento.Amaranta miró a sus hijos jugar y miró a Salvatore.— Necesitamos arreglar lo de la identidad de los niños, y yo, necesito los papeles del divorcio firmados por ti.— AmiCris, podemos hablar de eso en otro momento, por favor, ahora quiero que salgamos a dar un paseo en familia. ¿Vamos?.— ¡Siii mamá! Siii por favor vamos quiero que mis nuevos amigos vean que si tenemos papá y que no solo tenemos padrino. — Expresó muy emocionada una Aroa.— Está bien mis amores, será hoy por qué mañana tenemos que regresar a casa.— ¿A Islandia? ¿Y por qué no nos quedamos aquí? Mamá, allá no tenemos pri
Salvatore salió de la habitación de Amaranta acompañó al médico hasta la puerta.— Doctor, mi esposa y yo estamos pasando un mal momento, ella no desea que la acompañe a su consulta,¿Me permitiría estar ahí sin que ella se entere?— Por supuesto que sí, señor De la Rosa.— Perfecto, ahí estaré.El galeno se despidió y Salvatore volvió a su habitación, tomó su celular y llamó a Jisso.Al día siguiente muy temprano antes de que Amaranta salga, salió él al hospital.— Buenos días señorita, tengo cita con el director Izquierdo.— Pase, lo está esperando.Salvatore pasó al consultorio, el galeno lo paso a la habitación de la ecografía donde se escondió detrás de uno de los vestidores.Quince minutos después llegó Amaranta, a la consulta y todo lo escuchaba Salvatore.Muy bien señora Pierre, tiene seis semanas de embarazo, y hasta ahora todo está bien con su bebé.— Eso no es posible doctor, ¿está seguro, de lo que me está diciendo?— Claro que si, mire aquí está este punto negro, ese es su
Amaranta fue a su habitación, fue al baño, y bajo la lluvia artificial cerró los ojos, venía a su mente las palabras de Salvatore, sentía su corazón estrujar se, también recordó las palabras de el enmascarado y sentía su piel erizarse.Ese juego de seducción se le salió de las manos, no podía estar con ese hombre pues no sabía quién era y esperaba un hijo de él, no podía estar con Salvatore, por esa misma razón, el bebé en camino.— Dios, que locura, que locura hice.Amaranta se maldecía mentalmente, por no ponerse límites.Salió de ahí se cambió y maquilló dejo a sus pequeños con Sun-Hee y salió Llegó al IMPERIAL CLUB colocó su máscara y paso a la barra.— Esto es para la mujer enmascarada.— Gracias.Caminó sintiéndose en el aire, cada paso que daba era como si estuviera flotando.— No se que pasará hoy, pero si no revelamos nuestra identidad no le diré nada de mi hijo. — Se dijo así misma en un susurro.Llegó a la puerta de la sala VIP, cerró los ojos, y pasó la llave electrónica
La ropa estaba esparcida por todos lados, la habitación era llena de los gemidos de ambos, sus cuerpos estaban empapados por el sudor.Las embestidas eran fuertes, profundas y placenteras.Amaranta y su enmascarado ahora no solo tenían sexo, se estaban haciendo el amor con tanta, pasión y tanto deseo.— ¡Aaaagh! Si, más, por favor. — Pedía Amaranta entre gemido.Salvatore bebía de sus pechos, mordía suavemente sus pezones, subía por su cuello y llegaba a sus labios, la danza de sus lenguas, les descargaba intensas sensaciones, al igual que la danza de sus caderas, ella salía a su encuentro, y eso hacía más placenteras las penetraciones.— Te amo Ami, eres la mujer de mi vida. — Susurró sobre sus labios y profundizando sus besos.En un movimiento sincronizado ella quedo encima de él, empezando a cabalgar lo, Salvatore acariciaba sus pechos, mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás sintiendo lo todo dentro de ella, seguían con sus movimientos, ella gemía mientras el succionaba uno, lu
— ¡Salvatore! — Gritaba Amaranta clavando sus uñas en el brazo de su Salvatore, este de un brinco estaba fuera de la cama y dando vueltas en la habitación.— Ya mi amor sopla, sopla.— Decida y lo hacía el mostrándole como hacerlo.— ¡No quiero soplar! No, no quiero, me duele y ¡Apurateee!Salvatore se agarraba de los pelos, era la primera vez en esos apuros, y a pesar de recibir las clases prenatales, era un desastres en el momento de ponerlas en prácticas.— Ya, ya, ya, mi vida, araña me, golpearme si eso te disminuye el dolor, pero por favor explícame. ¿Que hago?Amaranta lo fulminó con, la mirada, y le gritó.— Salvatore De la Rosa, si no me llevas ahora mismo al hospital, juro que te voy a colgar del árbol más alto.— ¡Al hospital! Si, ya vamos, vamos.Tomó a Amaranta la puso en la silla de ruedas la llevó al ascensor y bajaron, y llegaron al estacionamiento.— Gloria, por favor avisa a la familia que vamos camino al hospital.Subió a Amaranta en el auto y lo hizo el también y
Entre besos apasionados llegaron a la habitación, Amaranta con sus piernas envueltas en la cintura de Salvatore y empotrada contra la pared, el mordía y succionaba sus pechos, cayeron a la cama y fue bajando, y dejando mordidas suavemente por su vientre, bajó a sus piernas y subió, y las abrió, y con su dedo pulgar acarició su punto que le abrió las puertas del cielo.Acarició, y apretó muy despacio su clítoris, mientras sus dedos entraban y salían de ella, uno, luego dos, los gemidos eran fuertes y los movimientos de sus caderas le daban a entender que ni era suficiente.— ¡Aaaagh! Más, más. —Susurró entre gemidos.Salvatore bajó a su punto y la hizo estremecer, pasó su lengua caliente que le provoca una descargas electrizantes en el cuerpo de Amaranta, ella se sacudió toda,Salvatore la penetraba con sus dedos, mientras su lengua jugaba en su punto.Amaranta, agarró los cabello de Salvatore y presionó contra ella.El siguió complaciendo la, mientras ella sentía su cuerpo tensarse,
La cena fue servida en el jardín, y así pasó la hora de la comida entre conversas y risas, en un ambiente lleno de armonía, sintiendo en sus corazones la calma que necesitaban sentir desde hace muchos años.— Abuelos, mañana iremos de pesca, ¿Verdad?Francesco miró a Salvatore, esperando una respuesta.— Si mi abuelo no tiene compromisos, iremos de pesca.Francesco sonrió y respondió.— por supuesto que no, y si los tuviera los cancelaría, quiero ir de pesca con mis nietos, así como lo hacía con tu....— Francesco se quedó estático al ver por donde iba el hilo de sus palabras, Salvatore terminó la frase.— Con mi padre, me perdí de mucho, pero en otra ocasión iremos los cuartos a pescar, abuelo ¿Te parece?— Siempre lo soñé, nieto, siempre.— Bien mañana iremos de pesca.— No quiero quitar tu tiempo de trabajo, es media semana.— Como dijo mi abuelo, y si hay compromisos los cancelo, no se diga más.Las horas pasaron, y cada uno fue a su habitación, Amaranta llevó a los Rinaldi a la h
Amaranta cada día estaba de mal humor, sentía la necesidad de que Salvatore no se acercara a ella, le tenía poca tolerancia, pero cuando tenían sus juegos con el enmascarado ahí si estaba muy deseosa de su hombre. — Es que no se por que me sucede esto, amo a mi esposo, pero no sé.— Estarás embarazada otra vez, los síntomas no solo son dormir y sentir antojos, también hay diferencia en ellos. — Le decía Stella.Amaranta la miró, no creyendo lo que escuchaba.— El método de anticoncepción no me ha fallado.— ¿Y si esta vez falló? Vamos Haste una prueba de embarazo, no se pierde nada y así le levantas el castigo a Salvatore y le das descanso a tu enmascarado. — Rieron y caminaron al laboratorio, tomaron las muestras y media hora después .— Te lo dije, Xander Dominick y yo, tendremos más sobrinos, felicidades cuñada.— Gracias, gracias, estoy feliz, feliz, le daré la noticia a mi amor esta noche.Amaranta llamó a Sun-Hee para que organice una cena para dos, en la terraza de su habit