Observe a Fergus y Duncan quienes estaba a mi lado la atención era palpable, yo los comprendía, la verdad es que no podía culparlos, yo había sido manejada por los dones o más bien por aquello que le robo a mi hija en vidas pasadas cuando le quito la vida a aquella pobre niña, ella había usado no solo aquello, ella tenía una habilidad para la magia oscura digna de sorprenderse, digan de alagar, pero no era de menos, ella había obtenido aquel conocimiento con base en vidas vividas donde al parecer se había encargado de atormentar a Elizabeth y utilizarme a mí no más que como un maldito tonto que logro hacer que Elizabeth muriera incluso a mis manos más de una maldita vez, di otro de los miles de suspiros que había dado en lo que note que los chicos hacían lo mismo mientras observamos hacia la distancia donde Elizabeth se encontraba hablando con su hermano, Johana y su madre, mientras Darvin quien se había encargado de cuidar de William no pareció depuesto a despegarse de su ama.—Enton
Esto no podía ser real, esto no podía estar pasándome, la vida no era una serie de eventos que solo nos hacía cada día poder entender las circunstancias y adorar los momentos siempre de mejor manera, era algo así como aprovecha tu vida, vívela al máximo, pues nunca sabes cuándo acabaría, algo así era lo que me poseía por completo, mi esposo quien había dejado dormido a mi lado haces unos segundo según mi loca cabeza debía estar completamente dormido, mientras yo estaba segura de que me encontraba igual, la única diferencia era el hombre que ahora estaba sentado frente a él no, ¿cuál hombre?Debía tener un poco de respeto, aquel se trataba del dios del sol, aquel que me observo con sus hermosos ojos y me dio una medio sonrisa, mientras parecía querer invitarme a sentarme cerca de él en aquel instante, creía que no lo volvería a ver, estaba completamente segura que aquel encuentro mientras estaba parcialmente muerta era más que suficiente para que dejar todo claro, pero al parecer había
Me hubiese gustado decir que mis sueños fueron profundos y al despertar estaban llenos de armonía y felicidad, pero como siempre a la mierda todo, no podía creerlo ahora mismo todo se había ido al trasto, las campanas no dejaban de sonar, Vincent quien había estado resguardándome con su calor se había alejado con tanta prisa que la manera tan brusca de levantarse había logrado despertarme de inmediato, aquello fue horrible tanto así que yo me desperté y de un brinco me levante de la cama, en lo que notaba como lleno de afán se vestía de manera apresurada y portaba una bella armadura de color dorado que no tenía ni puta idea que tenía cerca.—¿De dónde? ¿Es del templo? —los ojos azules de mi hermoso esposo se dirigieron a los míos, en lo que pude notar como este bajaba su mirada y escaneaba aquello que ahora portaba y asentía con la cabeza como si hasta ahora pudiera notar que no llevaba la emblemática armadura del ducado Maquelssym, sino más bien una armadura santa.—Así es… Cuando es
—Señorita… Perdón… Mi señora… Pero… ¿Qué ocurre? ¿Qué hace ahí? Levente mi cabeza y observé a Anya, la verdad es que había olvidado por completo cuanto llego aquí en esta posición, como es que me había quedado completamente inmersa en mis pensamientos, en lo que observe como Vincent se había marchado lejos, pero sabía que no había tiempo para ella, yo lo sabía perfectamente, tenía tantos planes, tenía tantas cosas por hacer, pero la verdad es que solo estaba aquí llorando, lamentándome por el hecho de que posiblemente no lo volvería a ver, que mi esposo, aquel hermoso guerrero que fue a ayudar a los demás se despidió de mí con una prosa que posiblemente nunca podrá cumplir al igual a las que yo le había llegado a hacer, pero ahora no era el momento, solo me levante del suelo y di un largo suspiro mientras la mirada llena de preocupación de Anya como de costumbre estaba a la orden del día.—No me mires de esa forma… ¿Qué te ocurre? —de nuevo aquella mirada, ella no solo parecía preocup
Pude verlo en sus ojos, Johana sabía perfectamente de lo que hablaba, por lo que bajo su cabeza y justamente cuando Richard coloco su mano en el hombro, ella levantó sus ojos azules y observo al hombre que amaba con el mismo sentimiento que me poseía, con aquel que solo indicaba que a pesar de saber que todo esto era por un bien en común, por algo que era bueno no solo para nosotros sino también para todos, no dejaba de ser doloroso, no dejaba de ser frustrante y hasta podría decir que una mierda completa, pero ya no teníamos más opciones no podíamos simplemente evadir nuestra responsabilidad, no podíamos simplemente hacer de la vista gorda y escapar como en realidad sé que tanto ella como yo hemos llegado a pesar en hacer, por eso cuando Johana dio un sollozo lleno de dolor y lo que parecía ser furia, levanto su mirada hacia mí y tomo mi mano con fuerza, mientras yo aún sostenía a Anya en mis brazos y quería quebrarme igual que ella, pero no lo teníamos permitido, claro que no, a lo
—¿Dónde está? ¿Dónde está? ¿Dónde está? —hable lleno de furia y enojo, ella no se veía en ningún lugar, esa maldita mujer no lograba encontrarla, había ido a casi todos los lugares, estaba loco por encontrarla y no lograban hallarla.—Mi señor debemos encontrar un punto fijo de lucha, no podemos seguir yendo y viniendo, ya la encontraremos, ella llegará tarde o temprano…--que tonto era, venir, ella no vendrá por mí, ella irá por Elizabeth, sabía muy bien eso sería lo que haría y no lo iba a permitir, la sangre corría por doquier, las personas sufrían, mientras yo me encontraba completamente sorprendido con la situación, no podía creer que las cosas se vieran de esta manera, aunque claro yo era el único demente que decidió venir hacia el frente mientras Fergus y Duncan habían ido a luchar a la parte trasera del templo, solo dios sabe lo demente que hay que estar para estar en este lugar, para poner mi alma y cuerpo en esta lucha tan impredecible y tan lamentable. No podía simplemente c
Muy bien, era hora de saber cuan inteligente era esta perra loca, por esa razón observé como aquellos casi humanos corrían hacia mí, ellos debían venir por mí, debían descuidar los chicos y estos podrían liberarse y así ayudarme contra Brihana, el plan era sencillo, cuyo sería a quien atacarían y los chicos buscarían la manera de arrebatar la maldita daga de sus manos, esto era solo una copia, curiosamente el dios del sol me dijo que tenía una escondida en el templo, la verdad es que no sabía qué hacer con ella, pero al despertar lo supe al intentarte, había algo más que el poder que deseaba Brihana, era mi muerte, y saber que yo podía tener la misma posibilidad de poseer aquello que ella consideraba único y solo suyo, la haría enloquecer hasta el punto de olvidar todo, justamente tal cual como pasaba ahora.Yo había corrido para alejarme de ellos, en lo que note como Brihana enviaba a cualquier cantidad de sus hombres por así decirlo tras de mí, mierda no imagine que serían tan rápi
—Vincent… Hay que curar Fergus… Por favor… Vincent…--hable con un tono lleno de lo que parecía ser calmado, mientras intente acércame un poco más a ellos, pero Vincent apunto su espada hacia el cuello de Fergus haciendo que detuviera mis pasos por completo.—No lo curarás, quieres que viva, es fácil, entrégame la daga, si me entregan esta yo simplemente haré como si nada e incluso curaré a Fergus por mí mismo.Era una locura ninguno podía creer aquello, Fergus hacía unos segundos, antes de que Vincent lo atacará había entregado la daga al príncipe heredero, aquel que parecía apretar con más fuerza el artefacto en sus manos, mientras yo no podía creer que Vincent fuese tan cruel como para dejar morir a Fergus frente a mis ojos, no podía creer que él simplemente no le importará que pediéramos a otro amigo por sus deseos egoístas, yo simplemente estaba completamente sorprendida, no esa no era palabra, pero en este jodido instante no podía reconocer al hombre que tenía frente a mí, simple