—La guerra ha terminado, la aguerra ha terminado…—Los gritos en el exterior eran cada vez más notorios, la expresión de dicha en todos los sirvientes era la muestra que eran felices, sus caballeros, aquellos que habían sobrevivido a la guerra por fin volverías, los tesoros que habían obtenido seríanentregado y muchos serían ricos y vanagloriados por sus hazañas. Incluso Fergus quien tal como lo dicta la historia había ganado el título de caballero Negro y era conocido por su gran participación en la guerra al igual que el Duque, fue tanto así que ahora todos lo alababan, todos estaban llenos de satisfacción y llenos de alegría al indicar de un lado a otro el hecho de que este era un digno caballero de la casa de sandringham y que al igual que el Duque posiblemente ganaría riquezas impresionantes y sería nombrado seguramente un Duque, que dejaría de ser un soldado de nuestra década, que pasaría a ser una gran cortesano, algo que de hecho si ocurre, Fergus deja de ser solo un caballer
Flores y gritos de júbilos, exaltaciones y dedicaciones de cantos y celebración se escuchaba en el desfile de bienvenida para todos aquellos que volvíamos de la guerra, todo era un sin fin de júbilo de y de felicidad, si supiera cuantos soldados no habían muerto en esta guerra, si supieran como dejamos aquella ciudad en donde la única sobrevienta es de la familia real, había sido una pequeña princesa de apenas unos años más allá de la mayoría edad, creo que tenía los mismos que mi prometida, ella estaba viva solo por el hecho de que el emperador la casaría con alguien de aquí, con aquel que le fuese lo suficiente fiel y le fuese no más que un vasallo para que tomara el liderazgo de aquel reino y así por medio del matrimonio unirlo a la familia real, no había nada más que hiciera aquella chica que ahora estaba cubierta con una capa y tenía la cabeza gacha. Diría que sería la futura esposa del príncipe, pero esta había indicado claramente que no se casaria con ella, que no la amaba, i
--No puedo creerlo, escapamos como viles delincuentes, no asistió al baile de bienvenida, ese era importante, su madre había gastado una fortuna en vestidos, sin contar con el hecho de que planeaba hacer un peinado hermoso en su largo cabello, incluso había pensado en hacer alguna mascarilla para terminar de prepararla, yo… —Ay, por favor ya basta, deja de quejarte, de haber sabido que te quejarías, te hubiese dejado en la mansión…—Note la mirada llena de indignación de parte de Anya, pero solo la ignore y observe hacia la ventana del carruaje y note el oscuro camino que se mostraba ante nosotros. No lo iba a negar escapar de esa manera no es que me agrade mucho, pero a mal tiempo buena cara, no tenía muchas opciones, porque asistir al baile de bienvenida que la corana ofrecía al Duque, eso era más que improbable, no estaba dispuesta a estar presente en el lugar, cuando el templo presentara a Brihana, tampoco cuando el Duque se presentara ante el rey y mucho menos estaba dispuesta a
Horror, aquello fue lo que sentí, cuando entre en la habitación de Elizabeth y observe aquel vestido que había elegido para ella completamente rasgado y lleno de sangre, a su lado había uno sencillo, tenía flores y parecía estar intacto, no sabía que significaba aquello, no sabía de qué trataba, además del hecho de que justamente ahora ella no parecía en ningún lugar, ¿Qué significaba aquel mensaje? ¿Qué significaba el hecho de haber destrozado el vestido? ¿De haberse lastimado mientras lo hacía? Conocía muy bien el color de la sangre, conocía muy bien las heridas que cargaba sus pequeñas manos, aquellas que estaba envuelta en una final tela, seguramente curadas por Anya y conocía muy bien a esta mujer, a esta hermosa mujer, su rostro precioso y sus bellos ojos estaba tan hermosa, casi dos años sin verla y no hay duda que había cambiado demasiado, ahora era más mujer, se veía preciosa, más¿Cómo decirlo? ¿Mujer? Seguramente era aquello, sin duda alguna un hada en persona, Elizabeth ha
—Se ve tan hermosa, tan preciosa, sin duda el nuevo vestido le queda aún más hermoso, hace que lo sencillo se convierta en algo extraordinario, en algo digno de admirar…—Observe a Anya como si la quisiera matar ahora mismo, mientras esta hizo un gesto como quien me indicaba que dejara de quejarme y solo me diera al dolor que ella no tenía culpa.—Sí, si, si, qué linda, qué hermosa… Carajo que mal humor…—Esa boca… Eres la futura Duquesa y debes comportarte como tal, es hora de dejar esas bromitas las palabras extrañas y esas travesuras tuyas, sin contar que debes dejar esa horrible cosa de ser tan excéntrica, deja de amar más el oro y las joyas que las personas por favor…—Hice una mueca de disgusto ante lo último, esta mujer está loca, ¿Cómo voy a dejar de lado a mis precisos? No importa cuánto tiempo llevé en este mundo siempre me deslumbraré ante un vestido caro, oro y joyas, soy demasiado esnob, y así moriré. —Eso nunca, si hago cualquiera de esas cosas perderé mi flamante persona
—He de bendecir a la pareja Ducal y con ello presentar a Vincent Maquelssy y su esposa la Duquesa Elizabeth Maquelssy, celebrad todos…—Los aplausos se escucharon en todo el lugar, mientras yo no dejaba de sentir mi corazón latir con locura, el sujeto mi mano con fuerza luego de aquellas palabras, y yo estaba llena de pavor, más cuando el Duque camino conmigo del brazo hacia el mar de personas que no dejan de felicitarnos, de alabarnos por nuestra boda. Habían tantas personas, tantas que no conocía, la verdad es que mi círculo social en estos dos años había disminuido a nulo, mi madre hacia una que otra fiesta de té, para no perder el honor de la familia, pero la verdad era que yo tenía memoria de pollo, pues no recordaba a nadie, absolutamente nadie, en las fiestas los observaba como recién conocidos, y la verdad es que no me importaba conocerlos, a la única que tenía como mi amiga segura era a Johana, de resto todas eran no más que envidiosas y personas malignas que buscaban la mane
Mis ojos se llenaron de lágrimas, no puede evitarlo, las palabras del hombre, no dejaban de resonar en mi cabeza, tanto así que mi garre hacia el Duque se había liberado de tal manera que por poco envío mi mano hacia mi pecho, esto dolía, dolía mucho, quería llorar, quería maldecir, quería ir contra ese jodido hombre y golpearlo hasta que ya no pudiese más ¿Cómo puede hacer algo así en la vida? ¿Cómo puede ofrecer una concubina en una boda sin más? ¿Qué clase descaro es este? ¿Qué no se supone que son sacerdotes o no sé qué carajos? ¿Qué no se supone que ellos ven por el templo? ¿No tiene piedad de una mujer que solo está recién casada? ¿Por qué hacer esto el día de mi boda frente a mis invitados? Así de malas son con las personas, así de crueles, no podía creerlo, simplemente no podía, escuchaba los susurros, las palabras de las personas escandalizadas y puede ver su rostro, ella estaba satisfecha, a ella le agradaba esto, quería esa atención, no solo le estaban ofreciendo el amor de
Un silencio abarcó el lugar, Vincent tomo mi mano y le dio un leve beso en el dorso de mi mano, en lo que se escuchó un sinfín de aplausos y sin más la música se escuchó en todo el lugar, y yo podría jurar que la felicidad recorría por todo el lugar, esto era digno de alagar, él acababa prácticamente de amenazarlos, de hacer una promesa muy ´peligrosa, la verdad es que yo estaba tan impresionada, tan sorprendida, que solo deje que este me guiara de nuevo hacia la mesa en la que se supone que nos sentaríamos para iniciar el banquete y sin más los invitados nos acompañaron, todo había sido un desastre completo, puedo jurar que estaba a punto de volverme loca, más cuando los invitados hablaban y actuaban como si nada hubiese ocurrido en el lugar, carajo, Vincent por poco asesinaba a un hombre y no cualquiera a un hombre del templo, por eso mientras las personas hablaban entre sí y note que Vincent tomaba mi comida y cortaba mi carne con dedicación, algo que me pareció no lo negaré jodida