Mar tenía la cara cubierta con la almohada, no sabía cómo decirle que había hablado sin tener pruebas, Saúl de pronto le retiró la almohada, es cuando se da cuenta que estaba llorando, sus ojos estaban rojos.

Saúl le limpio las lágrimas que rodaban por sus mejillas con la palma de sus manos, la consuela diciendo:

—” More mío, no te quiero ver llorar de esta forma, tampoco quiero que rechaces a nuestros bebés, ellos no pidieron venir a este mundo.”—

Mar sin poder controlar sus lágrimas, con tristeza le habló:

—” More mío, no te vas a divorciar mío.”—

Saúl le mira con amor y la consuela con su promesa:

—” More mío, no pienso perderte a ti ni a nuestros bebés, son muy importantes para mi, nunca lo olvides.”—

La besó con desesperación, quería que se olvidara de ese mal entendido, cuando la deja tranquila, fue a la mesa y regresó con el batido que le había comprado, la ayuda a sentarse, la ve tomarse todo el batido.

Estuvo pendiente del suero, Angie regresó, le retiró el suero que se iba t