Capítulo36
—No entiendo, — pregunté algo confundido: —¿por qué no? ¡Si claramente también quieres hacerlo!

—Yo... yo no para nada quiero.

—Sí quieres, me tocaste hace un momento, lo sé todo.

El rostro de Luna se puso rojo como un tomate, hasta el cuello.

Volteó un poco la cabeza, claramente molesta.

Al verla así, me puse nervioso, y de inmediato pregunté: —¿Qué te pasa? ¿Dije algo malo de nuevo?

—Tú ya estabas despierto desde hace rato, pero te hiciste el dormido. Solo querías verme hacer el ridículo, ¿verdad?

Sacudí la cabeza , negándolo todo.

—No, ¿cómo puedes pensar eso?

—Cuando entraste al principio, de verdad estaba dormido.

—Fue cuando me tocaste más tarde que me desperté.

—Si me hubiera levantado en ese preciso momento, te habrías sentido aún más avergonzada.

Luna seguía sin mirarme: —Entonces, ¿por qué no seguiste fingiendo estar dormido? ¿Por qué me hiciste esto?

—Porque quiero acostarme contigo, — le respondí mirándola a los ojos con seriedad y dulzura.

—Luna, me gustas, y me gustas muc
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