Capitulo318
Escuché que la voz de Sofía sonaba bastante preocupada, así que no lo pensé mucho y corrí rápidamente hacia el cuarto secundario.

—¿Qué es lo que te pasa? — le pregunté con preocupación.

Sofía respondió: —No sé qué le pasa a mi celular, de repente se quedó congelado y no puedo apagarlo. ¿Puedes ayudarme a verlo?

Ya entendía de qué se trataba.

—Está bien, dame el celular y lo reviso—, le dije.

Tomé el celular de Sofía y comencé a trastear con él.

En poco tiempo, logré arreglar su celular.

Sin embargo, no me apresuré a devolvérselo. En mi mente comenzó a surgir una idea traviesa.

Me estaba preocupando porque no sabía cómo guiar a Sofía.

¿Qué tal si le descargo algunos videos porno en su celular y, sin querer, los reproduzco? Tal vez, por curiosidad, Sofía decidiría hacer clic y verlos.

¡Esa es una buena idea!

De esta manera, evito cualquier tipo de incomodidad entre los dos, y además le enseño a Sofía lo que necesita saber.

¡Es un dos por uno!

Pensé que este método era muy factible, así
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