De repente, recordé que en mi galería tenía algunas fotos muy privadas que María me había enviado.¿Podría ser quizás que Paula estuviera revisando mi álbum?La idea me llenó al instante de pánico. Me levanté de golpe y dije apresurado: —Paula, ¿ya terminaste de mirar? Si ya viste lo que querías, devuélveme entonces mi celular.Paula, sin levantar la vista, respondió con cierta indiferencia: —Todavía no. Déjame terminar, y después te lo devuelvo.Cada vez me sentía más incómodo.Ella claramente estaba revisando algo en mi celular.No solo eso, sino que, además había sacado su propio celular y estaba tomando fotos de mi pantalla.El pánico comenzó a invadirme por completo.Ya no podía quedarme sentado tan tranquilo. Caminé rápidamente hacia donde estaba ella y exclamé: —¡Paula, ya te pasaste! ¿Qué tanto estás buscando en mi celular?Con una sonrisa burlona, Paula respondió: —¿Por qué estás tan nervioso, sinvergüenzita? ¿Acaso escondes algo que no quieres que veamos?—¡Claro que no!—Ent
Terminé la cena con un nudo en el estómago, incapaz de disfrutar del ambiente o de la comida debido a mi mucha inquietud.Al regresar, Paula insistió en que Luna y yo viajáramos en el mismo auto. No tuve más remedio que aceptar, aunque no entendía sus oscuras intenciones.Luna se sentó al volante, mientras Paula y yo ocupábamos los asientos traseros. Paula, con esa sonrisa maliciosa que la caracterizaba siempre, me miró fijamente y susurró: —¿Por qué estás tan nervioso? No voy a comerte, tranquilo.Lo decía con una voz baja, casi íntima, y al mismo tiempo se acercaba más a mí, tanto que nuestros brazos rozaban, creando una atmósfera algo tensa y extraña. Su actitud parecía deliberadamente provocadora.Intenté mantener la compostura y murmuré: —Paula, ¿qué estás haciendo? Luna está al frente, ¿no te preocupa que pueda ponerse celosa?Paula sonrió. —¿Celosa? Por favor, Óscar. Ella ya sabe que me interesas. Pero dime, ¿es que acaso no te parezco atractiva? ¿No tengo acaso un buen cuerpo?
—¿Tú y esa María… es que ustedes están juntos?—De ninguna manera.—¿Entonces cómo es que?Desde que mi cuñada descubrió lo de María y yo, eliminé todas nuestras conversaciones del celular.Por eso, lo único que Paula pudo ver fueron los mensajes más recientes. Ella no tiene idea de cuál es la verdadera relación entre María y yo.En cuanto a este asunto, no tengo intención de mentir ni de ocultar nada en lo absoluto. Me he dado cuenta de que, al decir una mentira, inevitablemente se crean muchas más para sostenerla.Este eran un ciclo vicioso que nunca terminaba.Habia también pensado en confesarle a Luna todo lo que pasó con María. Pero al mismo tiempo, tengo miedo. Temo que, al ser honesto, Luna comience a verme con el mismo desprecio con el que ve a Eric.Mis pensamientos estaban completamente enredados; no sabía en ese momento qué hacer.Contesté distraído: —Ya te lo explicaré con calma en otro momento, cuando haya quizás otra oportunidad.Retiré mi mano mientras miraba con culpa a
—Piénsalo bien, si le digo a tu cuñada que no puedo tener hijos y que nunca podremos formar una familia, ¿cómo crees que entonces se sentirá?—Pero si en cambio le digo que mi problema es temporal, que se debe al estrés del trabajo y que simplemente con un tratamiento adecuado hay posibilidades de recuperarme, ¿cómo crees que reaccionará?—En el primer caso, se sentirá desesperada por completo, como si no hubiera ninguna luz al final del túnel. Pero en el segundo caso, al menos tendrá esperanza.—Cuando alguien desea algo con todas sus fuerzas y no puede ver ni un indicio de esperanza, ¿cómo esperas que siga adelante con confianza?Admití que lo que decía mi hermano tenía sentido, pero no podía estar completamente de acuerdo con su equivocada postura.—Pero engañar así a mi cuñada, ¿en qué te diferencia de Eric? — dije con cierto enfado.No podía entender cómo mi hermano podía pensar solo en sí mismo y dejar de lado los sentimientos de mi cuñada. Eso era sumamente injusto para ella.Mi
Después de pensarlo mucho, decidí que lo mejor sería ver que Luna pensaba, no puedo seguir especulando yo por mi cuenta.Tomar una decisión de esa magnitud sin consultarla sería demasiado precipitado e irresponsable de mi parte.Así que le envié un breve mensaje a Luna: —Luna, quiero preguntarte algo muy serio.Luna respondió rápidamente: —¿De qué se trata?Suspire y, con cierta incertidumbre, le escribí: —Si yo tuviera a otra mujer además de ti, ¿seguirías conmigo?Sabía que mi pregunta era directa.Si Luna me respondía que no, todo lo que había hecho hasta ahora habría sido en vano.Eso me dejaría profundamente arrepentido.Pero en ese preciso momento, sentía que no había hecho nada malo.Espere, nervioso, su respuesta.Pero Luna nada que contestaba. Esa espera me comenzó a poner nervioso.Sabía que ahora mismo Luna debía estar sintiendo una gran incomodidad.Decidí aclarar las cosas: —Durante el tiempo que estuve cortejándote, conocí a una mujer en una aplicación de chat y tuvimos r
Entrecerré los ojos y, con voz suave y juguetona, le respondí: —Pero no quiero hacer eso, en mi corazón solo hay espacio para ti.Luna se río por lo que dije y me envió un emoticón de sonrisa traviesa.Luego, ella dijo: —No importa si lo que dices es cierto o no, al menos lo que acabas de decir me ha gustado muchísimo. Pero Óscar, si en serio deseas tener éxito, y si quieres sobresalir y ser alguien importante, debes asegurarte de tratar bien a Paula.Entendí más o menos lo que Luna quería decir con eso.Paula trabaja en el sistema, así que seguramente conoce a gran cantidad de personas poderosas dentro de él.Si yo me encargo de ella de manera correcta, definitivamente será de gran ayuda para mi futuro desarrollo.Pero aún así, con cautela, volví a preguntarle: —¿Pero Luna en serio eso no te molestará? Si te importa, por favor, dímelo. Prefiero renunciar a una oportunidad de ascenso antes que perderte a ti.Lo que dije, lo dije en realidad de corazón.Luna eres una mujer increíblement
Mi hermano no dejaba de fumar.Podía sentir que estaba muy inquieto, su estado de ánimo estaba claramente alterado.Yo también me sentía incómodo, como si algo en ese momento estuviera pesando en mi pecho.No me quedó más remedio que intentar consolarlo: —Hermano, no te desesperes, la medicina de hoy en día está ya muy avanzada, seguro que hay un tratamiento que puede solucionar tu problema.—Óscar, no me consueles. Yo sé perfectamente cómo está mi cuerpo, — respondió mi hermano, su voz sonaba débil y sus ojos reflejaban una gran frustración.Realmente, desde la perspectiva de la medicina moderna, sabía que lo de mi hermano era muy difícil de curar.Por eso, aunque me sentía mal por él, no sabía en realidad qué decir. Al final, me quedé en silencio.De repente, mi hermano me agarró de la mano. —Óscar, si esto sigue así, en serio créeme cuando te digo que voy a perder la cabeza. Tienes que hacer que tu cuñada quede embarazada, así ya no tendré que seguir sufriendo.Al escuchar esto, mi
¿Qué fue lo que le prometí a mi hermano?¿Y cómo en serio pude haberle prometido algo así a mi hermano?En verdad soy un completo pendejo, me quejé mientras me agarraba la cabeza con mucha frustración.Pero ya le había dado mi palabra a mi hermano, y ahora que lo pienso, creo que, aunque quisiera arrepentirme, ya sería demasiado tarde. Tendré que ir paso a paso y ver en realidad qué era lo que estaba sucediendo.Pero, hablando en serio, mi cuñada era una mamasita, perfecta de pies a cabeza…Al pensar en ella, por un momento, me vino a la mente una idea inesperada: la de escuchar a escondidas.Especialmente cuando vi que la puerta del dormitorio principal estaba cerrada, no pude evitar comenzar a imaginarme qué estaría ocurriendo adentro. Seguro algo muy apasionado.Sobre todo, considerando lo extrovertida y entusiasta que es mi cuñada, no podía evitar pensar que tal vez ella estaría tomando la iniciativa.Tan pronto como ese pensamiento cruzó mi mente, perdí por completo el control.Fi