Al percibir la mirada de desprecio y repugnancia de Clara, Christian no le dio importancia. Desde que Clara lo vio por primera vez, su actitud hacia él siempre ha sido desagradable, incluso tratando de buscar problemas en todo momento.

Si no fuera por su estrecha amistad con el señor Bravo y el hecho de que ya había aceptado la solicitud del señor Bravo de quedarse, Christian probablemente ya se habría ido. ¿Para qué quedarse y preocuparse por la cara de Clara?

Con actitud caballerosa, ignoró directamente la mirada amenazante de Clara.

—Señor Bravo, ¿quieres comer algo de fruta también?

Christian lanzó una fruta hacia el señor Bravo.

—Bueno, no tengo nada mejor que hacer de todos modos...

El señor Bravo aceptó con una sonrisa, se acercó rápidamente y se sentó frente a Christian. Luego, los dos disfrutaron de la comida y bebida mientras charlaban y se reían, teniendo una agradable conversación.

Este tipo definitivamente está provocándola a propósito. Clara estaba tan enojada que su rost