En realidad, su corazón también estaba inquieto. Nunca en sus sueños pensó que este pequeño lugar reuniría a los herederos de las cuatro principales fuerzas. Afortunadamente, las dos partes estaban claramente divididas y ya se habían formado en posiciones opuestas.

Carmen podía ver de inmediato que Hugo y Lucía, así como el señor Bravo, estaban del lado de Christian. Esto la hizo sentir aliviada en secreto, ya que si las cuatro principales fuerzas fueran enemigas de Christian, incluso con la grandeza de la familia López, nunca podrían enfrentarse a los cuatro enemigos.

—Christian, tú...— Carmen estaba a punto de hacer algunas preguntas, pero cuando vio la mejilla de Christian y luego miró a Paula, que llevaba una chaqueta de hombre a su lado, su rostro se enfrió rápidamente. Rápidamente guardó todas las palabras que estaban a punto de salir de su boca y giró la cabeza, ignorando a Christian.

—Carmen, ¿qué te pasa?

Christian estaba desconcertado, con una expresión de incredulidad en su