—¡Vendedor, aparte de este vestido de noche, también quiero todas las prendas que Paula acaba de probarse!

—¡Empaquétalo todo junto!

Christian decidió hacerlo todo de un golpe.

—Bien, ¡iré a empacarlas ahora mismo! La vendedora estaba muy emocionada y rápidamente sacó varias prendas finas que Paula se había probado antes para empacarlas. Estaba sonriendo radiantemente.

—Vendedor, espera un momento.

—No queremos estas prendas femeninas ni mi vestido de noche... Paula pensó en la cuenta final y su cara palideció por el shock del costo. Rápidamente se adelantó para detenerlos.

—Paula, te ves muy bien con estas prendas ¿Por qué no las quieres? Christian estaba confundido.

—Yo...no tengo tanto dinero... El rostro de Paula se puso rojo mientras hablaba en voz baja sin importarle lo vergonzoso que fuera admitirlo.

—No tienes dinero? La vendedora quedó sorprendida al escuchar esto y su expresión cambió completamente.

Justo ahora, Christian parecía generoso y magnánimo. Ella pensó