—Carmen, si no tienes otras órdenes, me iré primero a la fábrica—, dijo Christian antes de retirarse y salir de la oficina.

Ignacio apretó los puños y su rostro se oscureció al ver desaparecer a Christian. Hace unos días, Christian le había quitado el poder sobre la producción y ahora también le había quitado el poder sobre la adquisición de materias primas. ¡Cómo podía soportar esta injusticia!

—Ignacio, vuelve a trabajar bien—, dijo Carmen con indiferencia.

Debido al plan que Álvaro diseñó para atrapar a Christian, ella sentía que Ignacio estaba involucrado en ello. Por lo tanto, estos días ya no valoraba tanto a Ignacio como solía hacerlo.

—Carmen, tengo algunas cosas que quiero discutir contigo...—, dudó antes de hablar.

—¿Qué es lo que me quieres decir? —, preguntó Carmen levantando una ceja sin saber qué quería decir Ignacio.

—Carmen, sé que tienes la intención de cultivar a Christian...

—Pero él tiene demasiada ambición, ¡no estoy seguro de que sea una buena idea para ti