Después, Christian levantó su cuello de la camisa y siguió a Abraham con la cabeza baja, dirigiéndose juntos hacia la habitación lateral.

—¡Deténganse!

—¿Quién está ahí?

Los dos guardias estaban muy alerta, y sus miradas afiladas se dirigieron de inmediato hacia Abraham y Christian.

—¿No pueden ni reconocerme?

Abraham resopló fríamente, sin detenerse, y continuó avanzando con Christian.

—Ah, es el amo de la casa.

Los dos guardias se sorprendieron y se inclinaron ante Abraham.

—Amo de la casa, ¿qué lo trae aquí tan tarde?

Los dos guardias preguntaron, pensando que Christian era el guardaespaldas de Abraham. Además, como Christian tenía la cabeza baja y su rostro no era claro debido a la oscuridad, no prestaron mucha atención.

—Vine a ver a mi abuelo. ¿Acaso no puedo?

Abraham habló fríamente. Mientras estaba frente a Christian, tuvo que ceder, pero como amo de la familia López, actuaba con una actitud mucho más imponente frente a otros miembros de la familia.

—Por supuesto, por supu