—Lorenzo, si no me equivoco, esta vez fuiste tú quien me engañó para que viniera, ¿verdad? —Carmen pensó un momento y empezó a comprender vagamente. La llamada que recibió anteriormente provenía de Grupo Rivera, no del teléfono privado de Germán o el señor Rivera. Dado que Grupo Rivera y la sucursal de Vitalis Farmacéutica mantenían una estrecha relación de cooperación, y además, Grupo Artístico necesitaba comprar ingredientes medicinales a la familia Rivera para la producción de productos cosméticos.

Ella pensó erróneamente que el señor Rivera quería discutir asuntos relacionados con ingredientes medicinales, así que vino sin ninguna sospecha. Pero ahora, considerando lo que estaba sucediendo, no fue difícil para ella adivinar que tal vez había caído en la trampa de Lorenzo.

—¿Y qué? —dijo Lorenzo con una sonrisa fría—. Ahora te das cuenta tarde.

—Lorenzo, ¿qué estás tramando? —Carmen estaba perpleja. No podía entender las verdaderas intenciones de Lorenzo al engañarla para que vinie