—No te preocupes, ¡conmigo aquí, estarás a salvo! — Al ver la expresión vulnerable y triste de Leocadia, Christian dudó por un momento y finalmente tomó una decisión radical. —Sí, yo confío en ti.

Sintiendo la mirada decidida de Christian, Leocadia sintió un cálido alivio en su corazón.

—Leocadia, ahora te enseñaré una técnica, asegúrate de prestar atención— Christian le advirtió seriamente. —Esta técnica es muy importante y, sin mi permiso, te pido que no se la revele a nadie.

Leocadia afirmó con la cabeza. Aunque estaba intrigada por la misteriosa actitud de Christian, no podía evitar preguntarse qué técnica le estaba enseñando. Después de todo, el arte marcial de su familia, la familia Romeo, ya era una técnica de nivel muy superior en la Provincia del Solaz, por lo que le resultaba difícil creer que la técnica de Christian pudiera superarla.

—La técnica que te enseñaré se llama el manual de la dama misteriosa. Escucha atentamente— Christian le dijo mientras transmitía la primera mi