—¡No es necesario!

—Joven, tú no eres ni siquiera un médico, ¿cómo te atreves a intentar curar a Leocadia de manera tan irresponsable? ¿Acaso deseas hacerle algún tipo de daño?

—Te advierto, debes soltarla de inmediato, o luego no te quejes si no soy amable contigo.

Fermín exclamó con enojo, su energía verdadera palpitaba en sus manos y desearía poder abofetear a Christian directamente y, terminar con eso de una vez. Sin embargo, preocupado de lastimar a Leocadia, quien yacía inconsciente en brazos de Christian, finalmente pudo contener su furia.

—No estoy tratando de curarla de manera irresponsable.

Christian tenía la intención de discutir, pero Fermín ya había decidido que su habilidad médica no era confiable, incluso si él hablara con autoridad, no tendría ningún propósito.

En ese momento, Belén y Herminio se acercaron apresuradamente a la cama.

—Entiendo que tienes buenas intenciones, Christian, pero por favor, déjanos cuidar a Leocadia.

Belén expresó su preocupación, ansiosa por l