Viendo que Daniel había dado su veredicto, Christian quedó perplejo. Aunque él y Lucía se habían reconciliado desde hacía tiempo, nunca había considerado la idea de tener a ambas mujeres a la vez debido a su profundo respeto por Carmen y Lucía. Solo esperaba que Lucía eventualmente se diera cuenta de la situación y se retirara de la relación por voluntad propia.

Pero ahora, la situación estaba yendo mucho más allá de lo que jamás hubiera imaginado. Carmen y Lucía ya habían dado su aprobación, e incluso las respetables familias Castro y López habían dado su consentimiento. Nadie había consultado su opinión como parte principal en este asunto. En este momento, era difícil imaginar lo que pasaba por su mente.

—Daniel, están equivocados. La relación entre Lucía y yo no es lo que piensan —Christian comenzó a hablar, tratando de defenderse, pero Daniel lo interrumpió de inmediato.

—Christian, la familia López puede aceptar tu relación con Lucía —declaró Daniel con solemnidad—. Pero tengo una