—¡Qué joven tan arrogante!

—Esto es lo que él eligió —exclamaron el señor Aguirre y el señor Pacheco, completamente enfurecidos.

Sin embargo, como figuras supremas de la antigua generación en Valencia, con una posición y estatus extremadamente elevados, no podían unirse verdaderamente para enfrentar a un joven como Christian.

—Muchacho, prepárate para morir —el señor Aguirre fue el primero en atacar, lanzando un golpe imparable hacia Christian con un poder abrumador.

Mientras tanto, el señor Pacheco se movió como un rayo, apareciendo detrás de Christian. Bloqueó su escape y también evitó que el señor Ramos pudiera ayudar a Christian. Fue un movimiento estratégico brillante, asegurando dos objetivos con una sola acción.

—¡Bien hecho! —Christian gruñó con desprecio. Sabía que esta confrontación era inevitable y había tomado previamente un trago de la 'dádiva del dragón'. No tenía miedo del ataque del señor Aguirre.

Sin vacilar, avanzó hacia el ataque del señor Aguirre, lanzando un feroz