Capítulo 1018
—Lucía, recuerdo la última vez que te hice un masaje y solo masajeé la mitad. Aún te debo un masaje completo.

—¿Estás cansado ahora? Si quieres, puedo darte otro masaje—dijo Christian con una sonrisa complaciente, cambiando rápidamente su enfoque.

—¿Todavía recuerdas eso?

—Podría decirse que tienes algo de conciencia—Lucía resopló fríamente, pero no pudo evitar que una pequeña sonrisa se deslizara en su rostro.

Por supuesto, su alegría no se debía al intento de Christian de apaciguarla, sino porque Christian aún recordaba los pequeños momentos que compartieron en el pasado. Aunque esto era una nimiedad, el hecho de que Christian lo valorara era suficiente para hacerla feliz.

—¡Por supuesto que lo recuerdo!

—Lucía, recuéstate primero, ¡ te daré un masaje!

Christian se sintió animado, sabía que estaba a punto de lograrlo. Si se esforzaba lo suficiente, podría alegrar a Lucía.

Luego, Lucía se sentó en el sillón de cuero, levantó sus piernas largas y elegantes envueltas en medias de sed
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