Sophia no podía creer que estaba viendo a su hermana sin vida y posiblemente morir ella en el mismo lugar a manos de Noah y James.Alessandro continuó avanzando hasta llegar a donde se encontraba James, él levantó los brazos mostrando rendición. —Por favor no me dispares, solo estaba haciendo lo que Amelia me ordenaba, nunca estuve de acuerdo con atacar a esta mujer, soy inocente, solo soy una víctima más —levemente bajó una de sus manos y la llevó hasta la parte de atrás de su cintura.Noah empuñó una pistola e intentó acabar con Alessandro, pero él fue más rápido y una bala atravesó su cabeza, la furia que había en él era tanta que no deseaba hablar con nadie. Luego se dio vuelta y observó fijamente a Noah, él se mostraba bastante nervioso, su cuerpo temblaba al observar a su hermano y a su amante sin vida. —Ju, ju, ju, juro que si te acercas soltaré el encendedor y no quedará nada de ella —amenazó Noah con su voz temblorosa sintiendo tanto miedo como nunca antes en toda su vida
Meses más tarde.Sophia se encuentra estática frente al espejo, ha logrado recuperarse de aquellas heridas causadas el día que la muerte le respiró en el cuello, unos cuantos golpes a la puerta llamaron su atención.—Adelante —giró su cuerpo y se dispuso a atender.La puerta se abrió y al instante ella dibujó una leve sonrisa.—Ya sé que se han vuelto inseparables... Es increíble la manera en la que se parece a ti —los ojos de Sophia brillaron al tener frente a ella a sus dos personas favoritas. —Cuando estoy junto a él me siento tranquilo, logro olvidar que Paolo se encuentra libre y sediento de sangre, con su ternura e inocencia me recuerda cuanto estoy enamorado de ti —se acercó dando pasos cortos y luego besó su mejilla. »Gracias por haber salvado mi vida en repetidas ocasiones, fuiste lo mejor pude haber encontrado, junto a ti supe lo que era amar y ser amada, cada vez que te veo a los ojos veo a un hombre seguro y capaz de dar todo por mí, así que lo mínimo que puedo hacer es
Los invitados ya se encontraban en el lugar, a pesar de la situación era el primer cumpleaños del pequeño Vittorio, el personal de la empresa y demás invitados esperaban la presencia del cumpleañero. Alessandro ingresó dando pasos cortos, en su rostro había una sonrisa y en sus brazos sostenía al pequeño Vittorio, tomado de la mano de su esposa los aplausos cayeron sobre ellos. Sophia junto a su esposo presentaron a su hijo, luego saludaron a los invitados de manera más cercana fortaleciendo los lazos de cercanía para iniciar nuevamente en la empresa. Sophia se veía diferente, estar alejada de tantos problemas le hacía bien, en medio de la celebración Alessandro tomó la palabra, pidió a su esposa que se acercara y en medio de todos los presentes dobló la rodilla, llevó la mano hasta su bolsillo y sacó una pequeña caja color rojo. —Sophia, mi amor, mi vida... Eres lo más importante que he encontrado y por ello quiero que continúes a mi lado para siempre, y juntos como esposos podam
Desde muy corta edad Paolo creció con un pensamiento egoísta y ambicioso como el de su padre, siempre soño con tenerlo todo, solo estaba esperando el momento indicado para dar su golpe final y posicionarse como un nuevo jefe sin importar los obstáculos.Al llegar a Italia sus hombres ya lo esperaban, Paolo no era cualquier cero a la izquierda, su poder había crecido de manera significativa en la ausencia de Alessandro mientras que era buscado.Controlaba gran parte de los negocios de la familia superando al abuelo, había ofrecido sus servicios a los socios del abuelo y ahora todos trabajaban para él; una vez que subió al auto fui directo a la propiedad del abuelo, en su rostro se podía ver lo he decidido que se encontraba y que había dejado el temor en Estados Unidos. —Hoy será un día especial, hoy antes de que el sol desaparezca estaré sentado en el trono del abuelo, hoy obtendré lo que mi padre nunca obtuvo y seré reconocido como el nuevo jefe, cuando Alessandro lo sepa ya no habrá
La tensión en el interior de aquella habitación era demasiado alta, los hombres de Paolo apuntaban en contra de Alessandro y la seguridad del abuelo, mientras que Alessandro mantenía las manos abajo sosteniendo una pistola en cada una de ellas, pero aún así estaba resuelto a abrir fuego una vez que la levantara. —Las cosas no pueden terminar de esta manera, por favor Paolo vete y déjanos tranquilos, si lo que deseas es dinero y poder, entonces te lo daré todo solo no nos hagas daño —Vittorio decidió ceder únicamente para conservar la integridad de la vida de Alessandro.—Olvídalo, ya no hay tiempo para rendiciones, ni mucho menos para sentarnos alrededor de la mesa del diálogo, ustedes ya decidieron y ha llegado la hora de corresponder a sus acciones, me querían dejar fuera del negocio y siempre tenerme como a su mugroso esclavo, pero ya se pueden dar cuenta que las cosas no han salido como lo tenían planeado. »He logrado pasar de ser un insignificante sirviente al nuevo jefe, no te
Paolo sonrió, guiño su ojo mostrándole a Alessandro que era él quien tenía el control, Alessandro deseaba regresar a Estados Unidos para estar al lado de su esposa e hijo, pero si continuaba sintiendo temor de perder la vida su fin estaría más cerca de lo que se imaginaba.—Espero que se hayan dado cuenta que no estoy jugando, el próximo que intente pasarse de listo correrá con el mismo destino —afirmó Paolo sembrando terror, pero lo que no se imaginaba era que Alessandro cuando se lo proponía podía ser tan malo y tan cruel que no tenía límites en sus acciones.Al llegar al patio delantero, Alessandro tragó saliva al darse cuenta de la cantidad de hombres que acompañaban a Paolo; era un hecho, el final estaba cerca, morir aún no estaba contemplado por parte de Alessandro.Por sus manos sintió un leve cosquilleo, sin duda, Dario era quien posiblemente lo podría apoyar, pero ahora relativamente estaba solo, los hombres a cargo de la seguridad del abuelo se mostraban nerviosos e indeciso
Horas más tarde. Palermo - Italia.—¡Noooo, por favor Sophia no me dejes! —gritó con fuerza Alessandro despertando en medio de una habitación de hospital, llevó la mirada a su alrededor sin comprender lo que estaba sucediendo, su cuerpo se encontraba conectado a diferentes cables, sentía como su piel se sentía caliente debido a la transfusión de sangre.La luz blanca golpeaba con fuerza sus pupilas, ver nuevamente a su esposa y sostener en sus brazos a su pequeño hijo era lo único que deseaba en aquel momento.—He muerto, finalmente Paolo logró conseguir acabar con mi vida y estaré condenado a pasar la eternidad en este maldito lugar a causa de todo el daño que le he causado a diferentes personas, especialmente a ella... la madre de mi hijo.El sonido de una puerta que se abría llamó su atención, levemente levantó la cabeza sintiendo un fuerte dolor en su pecho. —Permanezca recostado, por fortuna hemos logrado salvar su vida lo han traído en muy mal estado siendo casi imposible extr
Estados Unidos - Nueva York.Sophia se encontraba completamente destruida, el dolor superaba su punto máximo de tolerancia; era inevitable no pensar que a su esposo le había sucedido lo inevitable y difícil de no pensar, en ocasiones sintió fuertes deseos de ir junto con su hijo a Italia, pero luego se detenía a sentir miedo de perderlo todo. Ella se encontraba en el cuarto de su pequeño hijo jugando con él, debía hacer un enorme esfuerzo para hacerle ver que todo estaba bien, cuando más mal se sentía.Un alboroto en la parte de afuera llamaron su atención; rápidamente Sophia en una de sus manos tomó a su pequeño hijo y en la otra la pistola.—¿Ahora qué sucede, acaso se tratará de él? —cuestionó sintiendo miedo ante la posible presencia de Paolo.Vittorio comenzó a temblar y de repente rompió en llanto, Sophia se aferró a él abrazándolo y en medio de murmullos le decía que todo estaba bien.La puerta se abrió, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, tragó saliva y apuntó directo a la