Alessandro luego de aquel cruce de palabras con Sophia decidió ir a la ducha para limpiar su cuerpo y estar más tranquilo, mostrar su mejor cara en aquella reunión era más que necesario, pero él sabía que aquello no iba a ser tan fácil ya que Sophia se había convertido en aquel fuerte dolor en los testículos. Luego de una reconfortante ducha tomó una toalla y absorbió los residuos de agua que habían quedado sobre su piel, luego la colocó alrededor de su cintura y se dirigió hasta el armario de allí sacó su mejor traje, colocó un poco de loción sobre su cuerpo la cual era difícil de olvidar para quien se acercaba olfatearlo. Una vez que salió, su hombre de confianza se encontraba cerca a la puerta, con la mirada lo llamó y él fue rápidamente hasta su jefe. —Diles a las mucamas que organicen la habitación principal, llevé mis cosas allí porque a partir de esta noche dormiré en la misma cama que mi esposa —ordenó Alessandro manteniendo las manos dentro de los bolsillos y su posición
Mientras que van de camino Sophia se siente demasiado incómoda, no solo por el vestido que lleva sobre su cuerpo, lo está porque Alessandro no ha hecho otra cosa más que poner la mirada sobre ella, a pesar de que él intenta ser disimulado ella lo nota. —¿Si se siente tan incómodo con mi presencia para que me obligó a venir? —preguntó ella rompiendo el silencio. —Solo estoy intentando ser amable, lo único que intento es sacarte de aquellas cuatro paredes y mostrarte que la vida continúa, pero ya te estabas tardando para que comenzaras con tu mala actitud, solo espero que pongas tu mejor cara, entiendo que lo que te estoy pidiendo es bastante difícil y más para alguien como tú —comentó mientras que una leve sonrisa aparecía en su rostro. —No se cansa de hacerme sentir mal verdad —espetó Sophia mientras lo observaba a través del rabillo del ojo notando su elegancia—. Está seguro que me quiere llevar a ese lugar, así como usted se ríe de mí, de la misma manera lo harán las personas que
Luego de que Sophia se tomaron unos minutos para recuperar el aliento, ingresó a aquel lugar que la había llevado su esposo, una vez dentro le recibieron el abrigo, ella no se molestó en entregarlo, al instante le brindaron una copa y ella mostrando una sonrisa negó, llevó la mirada a su alrededor en el lugar las personas eran de la alta sociedad. Sus ojos se deleitaron al observar la comida que se encontraba a disposición de los invitados, invitados que ella en algún momento había observado a la distancia tiempo atrás cuando su padre la solía llevar a ese tipo de reuniones, todos ellos eran poderosos empresarios dueños de las empresas que a diario eran nombradas en los periódicos recalcando sus acciones que aumentaban de precio. Los bocadillos se atravesaron frente a la mirada de Sophia siendo su debilidad, Sophia no tardó mucho en ser el centro de atención de los demás invitados, murmullos con comentarios despectivos y desagradables en su contra se fueron apoderando del lugar. —¿
Luego de unos cuantos minutos incómodos en el interior de aquel baño, Sophia comprendió que lo que había hecho no había salido como ella lo llegó a imaginar, supuso que aquella mujer que se encontraba con su esposo simplemente iba a salir huyendo, pero había sido todo lo contrario, le había pisado la cola a una feroz peligrosa serpiente. En cuestión de segundos Charlotte llevó la mano dentro de su bolso, empuñó la pistola y sin mediar palabra alguna apuntó directo a la cabeza de Sophia.—¡Alto! —interrumpió Alessandro, levantó el brazo y sostuvo la pistola por el cañón impidiendo que Charlotte acabara con la vida de Sophia ya que él la conocía—. Vete con los demás invitados, y no intentes regresar —advirtió Alessandro con aquel tono peculiar que solía dar sus órdenes. Sophia a pesar de que había quedado atemorizada hizo un movimiento con su cabeza y luego movió su cabello frente al rostro de aquella mujer que se encontraba llena de veneno. —¿Qué acaba de suceder? —preguntó Charlott
Sophia se encontraba más incómoda que nunca antes en toda su vida, más que recibir burlas por su estado físico, estaba siendo criticada por la calamidad de su familia, los empresarios no perdían la oportunidad para dejarle claro a Sophia que era tan pobre que le sugerían que llevara las sobras a casa para que tuviera algo que comer.—Oye gordita, no tienes que disimular con nosotros un estado económico que claramente ya no tienes, tu padre era un buen hombre y por ello estoy dispuesto a brindarte empleo —Sophia al escuchar aquel comentario levemente levantó la cara y fijó la mirada en aquel hombre. »Solo no te ilusiones, porque será en el lugar que te corresponde, será en mi casa para que le ayudes al personal encargado del servicio —una vez más todos rompieron en una sonora carcajada.Sophia no sé tomó la molestia de responder a aquellos comentarios hirientes, tan solo mantenía el rostro bajo para ocultar sus ojos húmedos. —¡Mierda, ya se dieron cuenta quien se encuentra presente e
Luego de aquella intervención por parte de Alessandro, él atravesó aquel enorme salón yendo directo hasta donde se encontraba Sophia, los empresarios al notar su presencia saludaban con una venia al socio de cada uno de ellos, mientras que abrían espacio para que él lograra pasar.Sophia sentía que sus pies flotaban sintiendo que estaba viviendo fuera de la realidad, para ella era difícil de creer que los hombres que no habían parado con insultos en su contra durante todo la noche, ahora estuvieran elogiando y ofreciendo sus respetos a su esposo.—¡Nos vamos! —exclamó Alessandro indicando a Sophia para que se retiraran.—¿Pero por qué lo vamos a hacer?, estoy segura que la noche podría llegar a cambiar y hasta me podría llegar a divertir —comentó Sophia al notar que todas las miradas se encontraban puestas en ellos. —Ya todo acabó, dije que nos vamos y espero que lo hagas ahora mismo, sé muy bien lo que pretendes hacer, pero será en una próxima ocasión, estoy agotado y lo único que d
Sofía se retiró la ropa, luego el maquillaje, se encontraba bastante nerviosa porque a pocos metros de ella se encontraba un hombre bastante atractivo en tan solo ropa íntima, lo peor de todo era que no iba a perder la oportunidad para pedirle que tuvieran intimidad, pero claramente ella no iba a ceder. Exhaló con fuerza tratando de tomar valor para actuar como si no le importara su presencia, se dio vuelta quedando frente al espejo siendo inevitable no fijar la mirada en su redondo cuerpo, se colocó el pijama y luego salió. —Vaya que si eres demorada, toma asiento porque lo que necesito hablar contigo es demasiado serio y no se puede volver a repetir —comentó él entre gruñidos y Sophia tan solo apretó los labios y se acomodó en aquella silla que se encontraba cerca de la cama.»No quiero que por nada del mundo te vuelvas a entrometer en mis asuntos, no tenías ninguna necesidad de haber interrumpido en el baño de aquella manera —Sophia sin importar las consecuencias simplemente sonr
Sus miradas se conectaron, a pesar de que Sophia se sentía completamente destruida ante su presencia, ella continuaba allí aparentando mostrar que tenía la fuerza suficiente para enfrentarlo.—Si tan mal te sientes con mi compañía, entonces te sugiero señor elegante y de excelente presencia que cuides tu reputación, en una próxima ocasión lo mejor es que vayas sin mí, así podrás meterte con la mujer que se te plazca y mezclarte con personas que no causan dolor en tus ojos como lo hago yo —Sophia reclamó.—No te molestes en aconsejarme —respondió él de inmediato—. No me interesan tus opiniones, solo tienes que hacer lo que a mí se me plazca, ya no tienes el poder de decidir sobre lo que quieres hacer con tu vida, ahora me perteneces como uno más de mis bienes —Alessandro se acercó aún más a su cuerpo, Sophia sintió su fina loción ingresar por su nariz, era difícil de comparar y de igualar.—Durante toda la reunión tuve que estar aislada caminando de un lugar en otro, pero ahora entiend