Palermo - ItaliaSemanas más tarde.Alessandro se encontraba bebiendo un vaso de licor mientras observa la hermosa vista siendo golpeado por la tranquila brisa, en lo único que podía pensar era en ella, en su esposa.—Señor Alessandro ya puedes seguir, el jefe se encuentra esperando —habló Dario.Alessandro simplemente se dio vuelta dirigiéndose a la habitación del abuelo, al llegar allí se acercó a él y besó sus mejillas. —Alessandro, muchacho, pero que gusto volverte a ver —habló Vittorio con aquel tono de voz ronca que lograba hacer estremecer a cualquiera. —Abuelo, el gusto es mío —respondió Alessandro inclinando la cabeza mostrando respeto.—Supongo que tu ausencia se debe porque has estado demasiado ocupado, espero que hayas tenido tiempo para dedicarle a tu esposa, muero de ganas por conocer a tu hijo —Alessandro apretó los labios y luego negó con su cabeza. —Ay abuelo, sí te contara lo que me ha sucedido solo sería motivo de una buena burla —espetó Alessandro.—Te ves difer
En aquellos momentos Alessandro lo que más deseaba era evitar cualquier tipo de contacto con su primo, él sabía muy bien que nada podría terminar bien.—Primo, primo, primo —comentó Paolo con aquel ridículo tono molesto en su voz.—Voy de salida y no tengo tiempo para perder contigo —espetó Alessandro intentando pasar por su lado, pero él se lo impidió. —¿Por qué tanta prisa querido primo?, mejor toma asiento y disfruta un vaso de licor, ha pasado un largo tiempo sin que podamos hablar como lo hacíamos en el pasado —Alessandro gruñó.—Sabes muy bien porque no se ha presentado nuevamente aquella oportunidad, eres el lado oscuro de esta familia y no pretendo enredarme en tus asuntos —Paolo soltó una sonora carcajada. —Me encanta escucharte hablar de esa manera, siempre te has sentido y has actuado como si fueras el lado bueno de lo que queda de nuestra familia —Paolo se giró y se ubicó frente a Alessandro. »Así no lo quieras aceptar eres un maldito y despiadado mafioso, el peor de to
Nueva York.Alessandro se encontraba de regreso en Estados Unidos, su propósito era más que claro, conquistar y recuperar el amor de Sophia, hacer que con él se sintiera segura.Se detuvo frente de aquel imponente edificio, apretó los labios y exhalo, se la iba a jugar toda para conseguir que Sophia y él fueran uno solo.Luego de tomar aliento Alessandro ingresó tranquilamente, fue al ascensor directo al piso de presidencia, lo primero que notó al descender del ascensor fue que habían reemplazado a Olivia.Sin brindar importancia a aquel cambio, Alessandro camino directo a la oficina donde se encontraba ubicada Sophia, no se tomó la molestia de llamar a la puerta, simplemente abrió e ingresó para darle la sorpresa de su regreso, pero quien terminó sorprendido fue él, ya que allí se encontraba otra persona. —Pero que susto me ha dado señor Alessandro —comentó aquella mujer.—¿Qué hace aquí y dónde está Sophia? —preguntó con un tono de voz rígido y cortante. —La señora Sophia me ha ub
Alessandro se levantó y fue hasta donde ella se encontraba, estiró su brazo y abrió la mano queriendo tomar de su cintura para luego girar su cuerpo y besar sus labios y decirle que la amaba sinceramente, pero en ese momento se detuvo. —Ya déjame tranquila Alessandro, ¿acaso no ha sido suficiente con todo el daño que me has hecho? —Alessandro dobló la cabeza y exhaló con fuerza. —Lo siento, solo pensaba en mí, me dejé llevar por la situación y actúe como siempre lo solía hacer, no estaba acostumbrado a este tipo de relaciones, nunca tuve que preocuparme por los sentimientos de los demás, pero ahora me estoy dando cuenta de los errores que cometí.»Estoy dispuesto a ser un hombre diferente, uno que te hará sentir feliz, uno que te hará sentir que estás protegida y que no permitirá que nadie más te haga daño y que cada día vas a sentir que a su lado estás completa —Alessandro intentó acercarse pero ella se rehusó.—No, ya no quiero esto para mí, he logrado descubrir que estoy mejor so
Sophia luego de salir de la empresa de su padre sentía que su corazón se quería salir de su pecho, nunca llegó a creer que iba a ser capaz de hablarle de aquella manera a Alessandro, amaba con todas sus fuerzas a aquel hombre, pero al mismo tiempo sentía todo lo opuesto, a aquellas alturas lo único que deseaba era hacer que todo se aclarar. Sophia tomó el teléfono móvil y se puso en contacto con Daniele, una vez que él hizo presencia subió al auto y condujo a toda prisa, ella se mostraba bastante nerviosa, además las palabras de Alessandro aún continuaban marcadas en su cabeza, no podía negar que haberlo visto nuevamente había logrado causar el efecto que ella suponía.«Alessandro es perfecto, es el hombre ideal, el hombre que quiero tener junto a mí por el resto de mi vida, y en estos moemntos me estoy debatiendo entre lo que mi corazón quiere o lo que la razón pide a gritos», pensó Sophia sintiéndose segura que nunca iba a perder a Alessandro.—Él ya se encuentra de regreso —coment
Luego de haber asistido a las sentencias de las personas que le hicieron daño y que estuvieron a punto de acabar con la empresa, Sophia se sentía tranquila, mientras que caminaba en dirección al auto pensaba que solo quedaba un cabo suelto, sí, se trataba de Alessandro.A quien por supuesto también le iba a ser pagar de la forma que más le iba a doler, ahora que estaba segura que Alessandro estaba perdidamente enamorado de ella y ese era su punto estratégico para ponerlo de rodillas ante ella antes de dar su golpe final. —Llévame a la empresa —pidió Sophia a Daniele y él asintió.Durante el camino de regreso sus ojos se humedecieron, había un choque de emociones en su interior, conseguir venganza era algo que ella necesitaba hacer, pero al mismo tiempo era algo nuevo para ella y no podía estar tranquila porque se sentía culpable.Sin Noah en el camino se sentía segura y sabía que por lo menos por unos cuantos años su mente iba a estar tranquila y su cuerpo a salvo; pero para ella la
La temperatura en el interior de la oficina de presidencia con cada segundo que transcurría incrementaba, en la cabeza de Sophia pedía a gritos que Alessandro se alejara de su cuerpo, mientras que su corazón y su cuerpo correspondía a él como lo más importante.Alessandro sediento de placer devoraba su cuello con cálidos y tiernos besos, luego de haber probado el cuerpo de Sophia no sentía ningúna necesidad de satisfacer sus deseos sexuales en otra mujer.Aquellos besos y caricias recorrieron su cuello, con astucia una de sus manos logró zafar los botones de la blusa poniendo al descubierto sus pechos, lamió y succionó de ellos sin detenerse, mientras que con la mano acariciaba su redondo trasero. Sophia llevó las manos hasta su cabeza y entrelazó los dedos con su cabello, cerró los ojos y dejó que pasara aquel momento; Alessandro dando pasos cortos llevó a Sophia hasta el sofá, con delicadeza ayudó a que se ubicara. Sophia quedó sentada con la espalda erguida, de inmediato y sin pe
Sophia acomodó su vestido, su cabello, retocó el maquillaje y colocó un poco de loción sobre su cuerpo para ocultar aquellos aromas que Alessandro había logrado provocar en ella.Con las mejillas ruborizadas Sophia salió del baño, conectó la mirada con Alessandro y luego le brindó una leve sonrisa, estilo del brazo abrió la puerta y se retiró, lo estaba disfrutando y él lo sabía. Mientras que Alessandro quedó más confundido que antes, fue al baño y limpio el reguero que ella había dejado, colocó un poco de loción sobre su traje y luego sirvió licor en un vaso hasta el rebose.Fijó la mirada a través del enorme ventanal, había quedado fuera de lugar debido a la manera de actuar que ahora tenía Sophia, no lograba comprender lo que ella estaba planeando; no deseaba tener nada con él y al mismo tiempo podía notar que ella lo único que deseaba era estar entre sus brazos y sentirse suya. «¿Qué rayos pretendes hacer conmigo Sophia, por qué actúas de esta manera tan extraña como si supieras