Rose—¿Viste la nota? —me pregunta Elisa al llegar del trabajo.—¿Qué nota? ¿De qué hablas? —le pregunté mientras dejaba la taza de café sobre la isla de la cocina.—Esta, es sobre la explosión el día de tu casamiento —tome su teléfono al oír lo que me decía.—No puede ser —las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, mientras leía la nota, al final suspiré un poco, ya que solo se me nombraba, no había fotos, esto se debía a que seguro la familia de Ethan debió pagar para que no publicaran.—¿Qué piensas hacer? —miró a Eli un momento y luego tomó asiento en una silla en la cocina.—No lo sé, esto se me puede salir de las manos, nunca debí hacerlo —dije preocupada por mi futuro si se descubre la locura que cometí.—No se puede volver el tiempo atrás, ahora enfócate en el siguiente paso que vas a dar, no puedes ocultarte toda la vida —al oírla recordé lo que había traído conmigo, sabía que debía devolverlo, por más que no quisiera, solo así me desharía de este gran lío.—Hay algo má
RoseEl día había sido muy largo, estaba muy cansada, pero baje al bar del hotel a tomar algo, no quería quedarme en la habitación, no tenía con quien charlar ni por mensaje, ya que la mentira de mi muerte me dejó sola, Elisa seguro se está preparando para viajar.Al salir del elevador camine en dirección del bar y al ingresar me encontré con el chef y el dueño del hotel en una de las mesas, me incomodó su mirada seria, lo mire y seguí mi camino a una mesa lejos de la suya, pero al sentarme y mirar al frente tenía su mirada puesta en mí.—¿Puedo acompañarla? —una voz masculina me saca de mis pensamientos.—Eh si... ¿Te conozco? —le pregunté al verlo.—Somos compañeros en la cocina ¡Me llamo Juan! —extendió su mano y la recibí.—Es cierto, eres el chef salsero —lo recordé y el tomo asiento.—Así es, pero puedes llamarme por mi nombre ¡Por favor! —dijo haciendo súplicas con sus manos y sonreí ante su descaro.—¡Está bien Juan! —le sonreí y al mirar al frente noté la mirada del chef y vo
Jackson—¿Día complicado? —me pregunta Gastón al verme llegar al bar del hotel.—Tal vez —tomé asiento al lado suyo y llamé al mozo.—Tu día tiene que ver con una señorita que viene entrando al bar —Al oírlo me senté más erguido y miré en dirección de la entrada y venía la ayudante de Kat.—No sé a qué te refieres, solo es una compañera más como cualquiera —le respondí restándole importancia.—No parece, hoy me contó un pajarito que la vio en las nubes y eso al chef no le gusto ¿Puedes contarme? —Gastón se hacía una película en su cabeza y se debió a mi gran bocotá, nunca debí contarle lo que sucedió en la suite.—No sé qué te dijo ese pajarito, solo te diré que no me interesa —mire en dirección de ella y su mirada de enojo me molesto, no la entendía, lo que Gastón decía era cierto me molestaba que fuera tan dispersa, la note en cualquier lugar menos en la cocina.—Al parecer alguien más noto su belleza —hizo mención a Juan, otro de los chefs del restaurante, me molesto su cercanía, s
Rose—¡Elisa aquí! —levanté mi mano en el aeropuerto, había venido a buscar a Elisa, tenía una semana sin saber de ella y estaba preocupada por las noticias.—¿Rose que haces aquí? —me dijo ella luego de fundirnos en un abrazo.—No pude esperar más, la ansiedad me está consumiendo —le dije lo que sentía ya que no podía más conmigo misma.—Tranquila, por ahora todo está bien ¡Vamos a casa! —partimos en su auto a casa y al llegar Elisa se dio una ducha, llegada la noche preparamos la cena y nos sentamos a conversar luego de degustar la exquisita pasta que había aprendido a hacer en el hotel.—Te salió exquisito, tiene un toque casero y elegante —me dijo alabando mis dotes culinarias.—Eli solo le copié la receta al chef —puse mis dedos en mi boca al confesar mi pecado.—A Jackson Heinz ¡No te creo! —me dijo y me reí.—Bueno se la robe cuando se la dejó sobre la mesada olvidada ¡No vas a delatarme! ¿Verdad?—Claro que no, además si te delató ya no podremos probar esta exquisitez —nos reí
Jackson Heinz—Mañana tendremos que elegir quien nos acompañará a la capital —Le dije a Kat ya que ambos debíamos ir y dejar un chef como jefe de cocina en nuestra ausencia.—Creo que lo más acertado es llevar a Rose y que Maura tu asistente quede al mando de la cocina, ella tiene más experiencia, además también llevaremos a Juan ¡Lo necesitamos! —dijo Kat y no me gustó su idea, pero debía aceptar que no había otra opción.—No puedo decirte que no, ahora vamos a anunciarlo a los chefs —dije y partimos juntos en el auto de Kat al Hotel.—Buenos días chefs y ayudantes, necesito su atención, antes de empezar quiero anunciarles que como cada año fuimos elegidos para el concurso gastronómico “Cucinare” del importante chef italiano Ragazzi, por eso voy a dejar un listado en el vestuario, donde se podrá ver la nueva repartición de los mandos de la cocina en nuestra ausencia y quienes van a ir con nosotros ¡Entendido! —dijo ella lo último en voz alta.—¡Sí chef! —respondieron todos al unísono
Jackson Heinz—¿Familiares de Rose Smith? —pregunta el médico de la guardia que estaba atendiendo a Rose.—Querrá decir Rose Williams —respondió Kat al médico y este miro la planilla y negó, entonces hable.—Estamos esperando noticias de la mujer que cayó rodando por las escaleras —le dije y él dejó de mirar la planilla y nos habló.—Ustedes son familia —nos preguntó.—¡Yo soy su amiga! —dijo Kat.—Lo siento solo a los familiares les damos acceso al parte.—Eh… él es novio de Rose ¡Verdad Jackson! —dijo mintiendo Katerina.—Si doctor como esta mi novia, perdón no me presente Jackson Heinz —le seguí la corriente a Kat y el médico al parecer nos creyó.—Vengan por aquí —nos señaló el pasillo por donde vino e ingresamos a la habitación donde estaba Rose en una cama, tenía una venda en su rostro cerca del pómulo y una vía, al parecer el golpe había sido fuerte.—¿Por qué tiene una vía? —fue lo primero que preguntó Kat.—El golpe que sufrió Rose fue fuerte ¡lo siento señor Heinz! Hicimos t
Rose—Rose su felicidad está más cerca de lo que usted cree —él tomó mi mano y dejó un beso en ella, su acción movilizó mucho en mi interior, tal vez que él esté aquí es un mensaje.—¿Por qué lo dice? —le pregunté sin separar mis ojos de los suyos.—No lo sé —dijo y esquivó mi mirada.—¿A qué le tiene miedo? —me atreví a preguntarle.—No la conozco, no puedo confiar en alguien que oculta cosas —me dijo y tenía razón, pero si yo también sentía algo, debía entregarme y decirle que estaba bien, que podía confiar.—Nunca oculté nada, solo me vine a vivir a otro país, y lo hice por cobarde, mi antigua pareja me engaño, usó mi corazón como quiso, nunca pensó que lo descubriría, decidí que lo mejor sería alejarme y aquí estoy iniciando mi vida de nuevo.—¿Lo amaba? —sonreí al oír su pregunta.—Con mi vida, pero todo el amor que sentía por él se esfumó cuando supe que era la única que estaba enamorada.—¿Cómo pudo dejarla ir? —me dijo y mi corazón latió rápidamente ante lo que escuche.—No to
Ethan —Deja eso, no puedes seguir así toda tu vida —me dice Jordán, mi mejor amigo y abogado.—¡Déjame! Si no vienes con Rose entonces no quiero nada —quise levantar la copa de vino, pero antes de llegar a beberlo se me cayo y sentí los cristales reventarse a mis pies.—Rose no volverá, y esto no la traerá de regreso —dice él haciendo referencia a mí estado de ebriedad.—Si ves eso —señalo los cristales en el suelo y él afirma —Así quedó mí corazón desde que ella se fue ¿Por qué? Dime porque a mí —mientras me hundía en mí sufrimiento Jordán me ayuda a levantarme de la sala de mí casa y me ayuda a llegar a mí habitación, cómo puedo me acuesto en mí cama y al hacerlo todo empieza a girar en mi cabeza.—Apaga la luz por favor —fue lo último que dije y me sumí en el más profundo de los sueños.Horas más tarde me despierto con una resaca que me taladra la cabeza, me encuentro en mí habitación y parezco un pordiosero, llevo mí mano a la cabeza y creo que toque fondo, es hora de un cambio.