Jena no iba a perdonar sus días de ausencia tan fácil. Ella lo miraba con una sonrisa entre el brillo de sus ojos, su aroma era embriagante, era casi capaz de resistir para no propasarse con ella, por su miedo a no cumplir, pero olía su deseo, y se animaba a intentarlo.—¿Qué haces aquí? —pregunto para romper la tensión, pero no provocó a Conan para que la soltara, esos labios húmedos eran un tormentoso deseo.—Se que mi padre estuvo aquí. —Jena coloco sus manos sobre sus hombros y lo empujo. Se aparto de sus brazo. El no volvió a tomarla para obligarla suavemente a besarla, o para tomar su derecho de esposo apasionadamente, espero que lo hiciera por unos segundo más pero el venia solo a hablar.—Si, —ella volvió a la barra de la pequeña cocina a seguir preparando la cena.—¿De que hablaron?—Prefiero que no hablemos de eso. —ella esperanza una explosión a su ausencia. Conocer que lo hizo apartarse todos estos días, una simple exigencia de su parte o un desinterés por ella en realidad
Se movía nervioso como un chiquillo, seguido a Jena recogiendo su armo a flores. La lengua estaba dormida, su pensamiento nublado, como si fuera la primera vez que ella estaba en esa casa, los nervios le corrían de la cabeza hasta los pies, las anos le sudaban y solo pensaba en abrazarla.—Te dejó, para que te pongas cómoda —Conan sabía que no podía dormir con ella esta noche, pero el tenerla de nuevo en casa era tan gratificante, su pecho se inflama de una felicidad incontrolable.Jena recorría con sus manos los muebles, caminando por la habitación, que dicho sea de paso, era muy pequeña, y muy linda, la decoración le encantaba, le gustaba estar ahí, habia un calor y una luz todo alrededor. Al mismo tiempo estar aquí le provoca una desazón, como si algo estaba sucediendo , algo muy grave, temía por la vida de alguien, esperaba que vinieran a informar si esa persona estaba bien.—Cuando este la cena te lo hare saber, descansa un poco. —Conan la hizo centrarse en el momento que vivía.
Era hermosa, escondía un misterio en su mirada, sonreía con dulzura y paciencia, Débora le habia extendió la mano al presentarse, pero Jena se negó a tocarla. Era una amenaza, el fina de lo que sea que existiera entre Conan y ella, devora bajó su mano rígida dejándola natural a un costado suyo.Intento no demostrar inferioridad, ni sentirse menos hermosa que la antigua esposa de Conan, pero ella tenia una bella salvaje y campestre.—¿Desde hace cuánto que estás aquí?, ¿has hablado con Conan?—Pregúntaselo a él, no deseo crear ninguna discordia entre ustedes…—Te lo estoy preguntando a ti —apenas contenía la rabia en su voz, —, estas aquí porque quieres que sepa de tu presencia o quieres que sepa algo más.—solo quiero que abras los ojos, y dejes de engañarte imaginando que tendrías una vida larga a lado d Conan, el termina siempre volviendo a mí.—Yo estoy aquí ahora, yo rescate a Conan de una tristeza profunda, yo le di lo que el necesitaba, me entregue a el y ahora estamos unidos po
Aparto su mano, la voz era fuerte a la vez que apacible. Aparto la mano del brillante árbol, se tocó el pecho había algo dentro de ella, dándole fuerza para soportar el dolor de su corazón herido. —Yo lo amo. No quiero irme pero no puedo compartirlo, ¿soy una egoísta por quererlo solo para mí? —hablo con su bebe. El ese pequeño ser creciendo dentro de ella lo consideraba su cómplice—Jena —escuchó la voz de Conan detrás de ella, no deseaba hablar de Débora ni de lo que habia entre ellos, tampoco quería que se marchara, amaba su compañía la anhelaba. pero no podía olvidarse de la realidad —Habla conmigo … Jena dime que pasa por tu cabeza.—¿Este es el lugar?—nada más existía, solo Conan, ella, su bebe y un enorme árbol brillante y hermoso que le hablaba.Conan era solo para ella, era suyo. No tenia por que permitir que otra mujer se acercara para destruirlos. Enseguida recordaba que Conan amaba a Débora y eso era lo que le permitía entrar a destruirlos.—No pienso atarte a una mujer
Coloco su mano sobre su cintura, y bajo hacia su cadera, apretó sus dedos en la carne y la atrajo más a su cuerpo, buscando el estímulo. Jena jadeó sintiendo el bulto, aumento suavemente su respiración, Conan no desprendía su mirada de su esposa, esa muñequita estaba esperando por él.Conan tomo sus labios entre abiertos, jadeante, se aferró más a Conan, abrazándolo para acercarse más a su cuerpo, elevo su pierna rodeándolo por la cadera, se elevó y froto con un suaves circulo su virilidad.El gruño, sintió como una corriente de electricidad subía por su espalda.—Hazlo de nuevo —Jena abrió sus ojos y obedeció, un suave y duro circulo frotándose, Conan sintió un calor emanando y su cuerpo rígido, apretó sobre ella su cadera, Jena se puso rígida, y se relajó con una sacudida.Jena tomo su rostro y lo atrapo con una lluvia de besos, bailando con suaves círculos, Conan noto un suave aumento en su tamaño, en su grosor y en el calor. Tomó la blusa de Jena y la abrió de un tirón, bajo a de
Dormir nunca fue tan placentero, Conan colocó su camiseta sobre el cuerpo de Jena, él se vistió con sus pantalones, se quedó a su lado observándola con sus ojos cerrados, escuchar sus respiración suave, dibujar con la yema de sus dedos su rostro, sus labios, preguntándose, ¿Cómo había conseguido tener una diosa entre sus brazos?¿Qué habia hecho para ganarse el premio del amor de Jena?, tantos hombres que podrían hacerla feliz que daría su vida entera por ella, y esa encantadora cachorra habia tenido la bondad de mirarlo y otorgarle su cuerpo, su alma, su entrega.Su cuerpo era perfecto, su alma era maravillosa, era enteramente suya, como deseaba asaltarla otra vez… acaricio con el dorso de su mano su rostro y con la palma recorrido las figuras de sus formados pechos, al hacerlo jalo la camiseta, aún más, casi descubriendo sus frondosa montañas.Se inclino para tomar su aroma.Ella se movió ligeramente cuando sintió cosquillas en su barbilla. Se acomodo girando la cabeza al lado contr
Habia una cosa que le inquietaba, si la unión no podía romperse, como pudo Débora romper con ella, como ella era su esposa. Conan podía tener a todas las esposas que deseara, o quizás solo necesita escoger a otra pareja para cortar el lazo que unía con su primera esposa.Reviso la habitación, pero todo estaba en orden. Seco su cabello y dejo de darle importancia, tomo su tiempo arreglándose para que su esposo la encontrara hermosa.No era necesario el tocado en su cabello, ni el labial en sus labios, ni ese vestido que definía perfectamente su cuerpo, aun cuando la pancita de su embarazo fuera bastante notoria su cuerpo era hermoso y sensual.Era suficiente ver su rostro con ese brillo en los ojos y esa sonrisa de placer que no lograba borrar aunque lo intentara.Durante la cena, Conan y Jena parecían estar solo ellos dos, mirándose, sonriendo. Y besándose.—Han vuelto más enamorados… —comentó Kenia a Derek, observándolo con una cerveza en la mano.Samara estaba cerca no se habia mar
Jena corrió por el bosque de regreso a casa quería que Conan la viera, esa sensación era extraordinaria, su cuerpo se movía con agilidad, a una velocidad increíble, era libre como si su vida estuviera destinada a esto, como si esperara despertar hace siglos y ahora que al fin sus ojos abrieron, la excitación corría por su venas.Andaba como una cachorra curiosa que acababa de nacer pero con el cuerpo de una loba adulta y madura.Se detuvo escuchando a un águila en el cielo, observó al inmenso fondo azul y pudo verlo tan claro, el ave con las alas desplegadas, volaba tan alto que un humano lo vería como un pequeño como una abeja. Los olores eran más penetrantes.Escucho el galope de un caballo;“Conan”Pensó que se trataba de él, que venía a buscarla. Avanzo saltando entre los árboles, imaginando con deseo la mirada de Conan.Se freno casi de golpe al ver a un hombre sobre un caballo, ese hombre no era Conan si no su hermano Edmundo, pero la observaba con bastante admiración, el caball