Wilson llegó primero al lugar acordado, encontrando atado como un animal a la pared al señor Garrett, una cadena enroscada en su cuello.—¿Mira a quién tenemos aquí? - dijo el señor Garrett con una sonrisa maliciosa al ver a Wilson.—Hola, papá —saludó Wilson con frialdad.—¿Viniste a liberarme? —preguntó el señor Garrett con sarcasmo.—Sí, vine a liberarte de tu sufrimiento, tal y como tú lo hiciste con mi hijo —respondió Wilson.Wilson se acercó por detrás y tiró de la cadena, haciendo que su padre quedara recostado.—¿Te duele, padre? —preguntó Wilson con una mueca burlona.—Eres un... —comenzó su padre, pero Wilson lo interrumpió.—Háblame con cariño, padre. Soy tu hijo consentido —dijo Wilson con una sonrisa irónica.—No te soporto Wilson —gruñó.—Creí que era tu hijo favorito, por qué hasta tenemos los mismos gustos por las mujeres, - bromeó Wilson.—¿Te dijo que la embarace? —preguntó su padre con malicia.El señor Garrett soltó una carcajada escandalosa.—Pero maté a ese feto
Al salir de aquel lugar sombrío y cargado de tensiones, cada uno regresó a su hogar con un peso distinto en el corazón.Thomoe, consciente del agotamiento de Celeste, le ofreció un masaje en los pies con mentol, buscando aliviar el cansancio acumulado durante el día.—¿Cómo la pasaron? —preguntó Celeste con curiosidad, mientras se dejaba envolver por la suave fragancia del mentol.Thomoe, con una sonrisa de satisfacción, respondió:—Muy bien. Creo que mis hermanos y yo nos llevamos mejor, especialmente Wilson.—¿Aún lo odias?La pregunta de Celeste hizo eco en el ambiente, mientras Thomoe reflexionaba sobre sus sentimientos hacia Wilson.—No, solo que me parece admirable todo lo que ha hecho por recuperar a Tete —respondió Thomoe con calma, notando la nostalgia en la mirada de Celeste.—Recuerdo cuando me llamabas Tete —murmuró Celeste, sumergida en recuerdos.Thomoe, con ternura, explicó:—Tete es el diminutivo de Celeste.La reflexión de Celeste sobre el nombre compartido con su her
Tres meses después...El sol apenas asomaba cuando Celeste comenzó a sentir las primeras contracciones. La luz del amanecer filtrándose por las cortinas del hospital le daba a la habitación un tono casi místico.—¡Duele! —exclamó Celeste, apretando fuertemente la mano de su hermana Tete.—Vamos, hermanita, puja —la animó Mónica, desde el otro lado de la cama, compartiendo una mirada comprensiva con Tete.—Respira y luego suelta cuando tengas los dolores —instruyó Tete, manteniendo la calma a pesar de la tensión en el aire.—¡Mi mano!!! —Thomoe gritó, su dolor evidente en cada palabra mientras Celeste le encajaba sus uñas.Wilson, el médico a cargo, observaba la escena con profesionalismo, pero no podía ocultar su preocupación.—Ya, haganse a un lado para poder llevarla al quirófano —ordenó, dirigiéndose al equipo de enfermería que esperaba instrucciones claras.—Dile que tiene que pujar —Tete insistió, intentando mantener a Celeste concentrada en la tarea en mano.—Ya no siento mi man
Dos meses después del nacimiento de los bebés, la vida había adoptado un nuevo ritmo para todos, lleno de desafíos y cambios constantes.En un parque cercano, Wilson y Thomoe aprovechaban un momento de calma para charlar mientras observaban a los hijos de Wilson jugando.—¿No has dormido bien? —preguntó Wilson, notando las ojeras bajo los ojos de Thomoe.—No mucho, el niño casi no llora, pero no puedo dejar de mirarlo, es tan hermoso, lo amo —respondió Thomoe con una sonrisa cansada pero radiante.Wilson suspiró, con su mirada mezclando envidia y tristeza.—Hubiera querido ver crecer a mis hijos así —dijo con un tono de voz cargado de anhelo.—Tus hijos son muy lindos, Wilson. Quién sabe, quizás podrías tener más —mencionó Thomoe, intentando animar a su hermano.Wilson torció el gesto, tocado por el comentario.—¿Más? ¿Cómo? Si parece que mi mujer no quiere ni verme. Entiendo que ha pasado por mucho, pero duele sentirse rechazado —confesó con una tristeza palpable.Intentando aligerar
Mientras Dan y Thomoe asentían con una sonrisa, Tete agradeció rápidamente antes de dirigirse hacia la puerta.—¡Ah, gracias! No tardo —dijo, con un tono apresurado pero agradecido, mientras se apresuraba a salir.Dan se giró hacia Thomoe con una sonrisa de complicidad.—¿Quién hubiera pensado que seríamos los tíos que cuidarían a los pequeños monstruitos? —bromeó, compartiendo una mirada divertida con Thomoe.Thomoe soltó una risa y asintió, disfrutando del momento.—Es un cambio interesante, pero estoy seguro de que lo haremos genial. Vamos, será divertido —respondió, mostrando su confianza mientras se dirigían hacia la dirección que Tete les había indicado.Después de dejar a los niños al cuidado de sus hermanos, Tete se apresuró hacia la dirección que Thomoe le había dado. Con firmeza, tocó la puerta, ansiosa por resolver lo que estaba pasando.Mientras tanto, Wilson estaba inmerso en una llamada telefónica con su hermana Estrella, dándole la noticia de que Thomoe estaba a punto d
Después de compartir un animado desayuno, Tete y Wilson se dirigieron hacia donde estaban los niños, sintiendo el cálido abrazo del sol de la mañana. Luna, llena de energía, corrió hacia ellos con los brazos abiertos, iluminando el ambiente con su sonrisa radiante.—¡Mamá! —exclamó con alegría, envolviendo a Tete en un abrazo lleno de cariño.Liam, siguiendo el ejemplo de su hermana, se unió al grupo, mostrando su afecto con un abrazo para Wilson.—¡Papá!—¡Mis hermosos! —saludó Tete, con una sonrisa que iluminaba su rostro.Wilson, con una expresión llena de amor, se inclinó hacia ellos, disfrutando el momento familiar.—¿Cómo se comportaron? ¿Molestaron mucho a Thomoe y Dan? —preguntó entre risas, disfrutando de la picardía de sus hijos.Liam, con una risita traviesa, asintió.—Sí, papá, un poco —confesó.Wilson le dio un orgulloso golpecito en el hombro.—Ese es mi chico —dijo con una sonrisa, sintiéndose orgulloso de su hijo.Observando la interacción entre Wilson y los niños, Tet
—Mira amor, ¡una estrella fugaz! —exclamó Wilson emocionado, señalando hacia el cielo oscuro donde una luz brillante se deslizaba fugazmente.—¿De verdad? ¿Dónde? —preguntó Tete, intentando localizarla.—Allí, justo allí. Pide un deseo —dijo Wilson, con una sonrisa en el rostro.—¿Yo? —Tete parecía sorprendida, pero siguió la indicación. Cerró los ojos y, con una expresión serena, murmuró—: Deseo que mi familia sea muy, pero muy feliz.Wilson observó a Tete con ternura y luego cerró también sus ojos, diciendo:—Y yo deseo que Tete sea feliz.Tete abrió los ojos y miró a Wilson, ligeramente confundida.—Creí que solo uno podía pedir un deseo.—Sí, pero te conozco bien. Siempre pides por la felicidad de alguien más antes que la tuya —respondió Wilson, su voz cargada de afecto.Tete sonrió y admitió:—Tienes razón.—Ya ves que a mí no me engañas.Ambos rieron juntos, disfrutando de la complicidad de su relación.—¿De qué te ríes? —preguntó Wilson con curiosidad.—Me conoces mejor que nad
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Tete, desde la punta de sus pies hasta su cabeza.Wilson comenzó a besarle las piernas, subiendo lentamente por sus muslos hasta llegar a su destino.—Tete... —murmuró Wilson, buscando su consentimiento una vez más.—Sí, quiero —afirmó Tete con un susurro.Wilson se sumergió entre los labios y pliegues de Tete. Ella cerró los ojos y apretó con fuerza las sábanas, tratando de concentrarse en las sensaciones.De repente, abrió los ojos y lo vio a él, al señor Garrett.Un llanto silencioso comenzó a brotar de sus ojos, pero su subconsciente le recordaba que no era Garrett, sino su amado Wilson.Su cuerpo se tensó.—Tete... —susurró Wilson, levantando la mirada, notando el cambio en ella.Tete trató de relajarse, tomando profundas respiraciones, enfocándose en el amor y la seguridad que Wilson le brindaba.Su cuerpo se tensó.—Perdón —susurró Tete.—¿Quieres que me detenga? —preguntó Wilson, con preocupación.—No, por favor —respondió Tete, aún llo