Raven sentía como sus manos sudaban con cada paso que daba bajando los escalones en aquel lugar lleno de luces rojas. La respiración era dolorosa dentro de su pecho y las náuseas apenas era contenibles debido a la mano que manoseaba sin reparo sus nalgas intentando estrujarlas como si fueran pelotas de goma. Aquel lobo no se contenía antes de llegar al destino. Casi quería follársela ahí mismo.
Maldito, le quebraría cada uno de sus huesos de su cuerpo, sobre todos los de sus manos para que estas no fueran funcionales de nuevo y se arrepintiera de tocarla. Asco. Era la única palabra que cruzaba por su mente.
Era increíble como el toque de este lobo se sentía tan diferente el del alfa y ahora del de Lawson. Quizás porque el primero era quien la había salvado, protegido y cuidado, y el segundo… bueno el segundo era su mate. Naturalmente no habría rechazo por parte de su cuerpo y tal vez, solo tal vez algo más.
Pero todo era por la misión, la misión era lo
El olor a sangre pronto invadió aquella estancia opacando por completo el del incienso. Y los sentidos de Raven se activaron nuevamente y el entumecimiento de su cuerpo casi se esfumó por arte de magia, dado que estaba más relacionada con esta fragancia que aquella dulce y desagradable. Al menos la sangre que estaba en su boca y en su rostro la mantendría por bastante tiempo despierta.-¿Pero qué demonios?- el que sostenía a Raven iba a quitársela de arriba y arrojarla lejos con miedo de ser también mordido, pero el cabello de su nuca fue sujetado y recibió un fuerte golpe de frente con frente. Maldijo y también gritó aturdido por el impacto y la conmoción en su cabeza.Unos brazos lo rodearon desde atrás sujetando sus muñecas y tiraron de él hasta que cayó al suelo con un sonido sordo. La loba no lo pensó mucho y con un ágil movimiento dislocó su brazo permitiendo que pudiera mover su cuerpo un poco más y golpear con la suela de su zapato en uno de los ojos del lobo. Se
Vaya situación la que tenía alrededor. Raven podía afirmar que había estado en peores, quizás. En mejores, muchísimas, pero no era la cuestión la que precisamente la preocupaba, lo que más lo desconcertaba era quienes eran las personas que estaban detrás de su pellejo.¿Por qué estaba exactamente su guardia personal allí?¿Qué demonios estaba haciendo Demon entonces?¿Cómo todo se había tornado así?¿Cuál era la razón de que los asesinos del alfa hubieran sido enviados por su cuello?Acaso la había traicionado.Bueno, no era el momento de pensar en ello cuando tenía el cuerpo empapado de sangre, cinco cadáveres bajo sus pies y varios lobos todavía a su alrededor en un intento 50 – 50 de matarla o follarla dado que su celo ya no se estaba conteniendo de la misma manera. La droga que le habían suministrado había lanzado por tierra todas las restricciones de su medicamento y dentro de poco estaba segura que perdería la conciencia dado el mismo.
De todos los sucesos que le pasaron por su cabeza, el que menos se imaginó fue el de ver a Lawson entrando por una ventana y pararse delante de ella y salvarle el pellejo, cargándolo ahora directo a la salida. Eso sí era una novedad, sobre todo cuando generalmente era ella la que solía siempre hace ese trabajo.-Lawson- jadeó -¿Qué mierda hacer aquí?- casi se quedó sin aire por la pregunta- Te dije que te fueras-Una gruñido salió del lobo mientras al acomodaba para que ella se agarrara fuertemente de su cuello antes de comenzar a correr alejándose del aturdido grupo de hombres.-Salvando tu culo cariño. Un perro fiel nunca abandona a su amo- soltó descaradamente doblando la esquina- Y aguántate más fuerte por favor. No te vayas a caer.Raven no pudo decir más. Más bien, es que apenas podía, estaba tan débil que su cabeza volvió a caer y su cuerpo se hizo casi gelatina sosteniéndose como podía. Lawson era un lobo grande, como los de su tipo de alta categoría,
Cada segundo contaba en ese momento o eso es lo que pensaba Lawson en aquella situación. Los asesinos no se acababan de retirar y además, se negaban a dejar la zona, como sabiendo que lo que buscaban estaba ahí, aunque no lo encontraban. Sus olfatos desarrollados estaban siguiendo su rastro y detectaban las feromonas en el ambiente, sobre todo las de ella de celo. Peor por suerte el agua estaba ayudando a desviarlas un poco del centro de atención.Aun así el soldado estaba tenso. Enterró el rostro de para ese momento, una inconsciente Raven, para al menos sentir su respiración contra su cuello y asegurarse que ella estaba viva. Si su mate moría en sus brazos se lamentaría toda la vida y estaba seguro que por el enlace con su alma le costaría superarlo si lo hacía. Pero estaba seguro que no sería así. Raven era alguien fuerte. Aunque su respiración tan lenta que temía que se detuviera en cualquier momento.Solo los latidos del corazón de ella que eran constante le i
La lluvia golpeaba la cabeza de la loba apenas consiente cono puñales helados, aunque estos no llegaban a su rostro resguardado en la ancha espalda delante de ella. Raven se permitió aspirar un poco la fragancia de su acompañante permitiendo calmarse haciendo que tanto el dolor que la recorría, así como el calor que recorría su zona inferior y que la estaba humedeciendo en contra de su voluntad, se calmara medianamente, solo que no esperó que el efecto fuera contrario y que la hiciera temblar de ansiedad. El que estaba junto a ella era Lawson, el mismo Lawson de siempre. El que a pesar de ordenarle volver sin ella, lo había ido a buscar y rescatado.Y su cuerpo lo estaba reclamando como suyo. Así de fuerte era el celo, el enlace entre ellos. El destino que ambos compartían. Y dios, se estaba volviendo loca. En serio. Era demasiado.Nunca pensó que se sentiría de cierta forma feliz de verlo y esta vez podía decirlo de corazón a pesar de sus emociones enredadas en ese prec
Lawson caminó rápido hacia el baño de la habitación una vez estuvo seguro que Raven estaba medianamente estable y abrió la pila de la bañera de cobre que estaba allí. Al menos el chorro que salía y tenía fuerza, por lo que se llenaría rápidamente. Necesitaba limpiar a la loba, sobre todo porque olía a lobo macho y no era el suyo. Eso hacía que se removiera algo incómodo dentro de él. Palpó la temperatura metiendo la mano y esperó. No era tan caliente como deseaba, pero sería suficiente para hacerla entrar en calor, al menos su helada piel porque estaba seguro que el interior de ella debía estar ardiendo por el celo.Se levantó quitándose la parte de arriba de su ropa que se pegaba asquerosamente a su piel y la lanzó a un lado. No pudo evitar estremecerse y supo que no era precisamente por el frío. Se llevó
Lawson subió media hora después. Incluso había dejado que el supresor actuara sobre sí mismo para poder pensar mejor. Y había funcionado. Las feromonas de la loba que se aferraban como fieras a su piel ya no eran tan agresivas como antes. Y eso era bueno. Ahora podía controlarse y no hacer una locura.Una vez delante de la habitación abrió la puerta que había dejado bien cerrada en caso que alguien se viera atraído por el olor de ella y para su suerte, el olor se había difuminado lo suficiente. Aunque son sabía si era por el supresor que había tomado.
Raven no soportaba el contacto físico. Lo aborrecía después que su cuerpo fuera profanado tantas veces que pensó que daría su último suspiro. Cada agujero había sido usado de forma violenta, asquerosa, despreciable mientras era mirado por aquellas dos personas que solo sonreían con su miseria.No había sabido el momento en que dejó de derramar lágrimas, gritado hasta desgarrarse la garganta y se había rendido. Qué podía hacer ella, una simple loba omega en celo forzado, rodeado de lobos hambrientos de miradas lascivas que apenas se agotaban después de una ronda. Pues precisamente nada.Solo cuando dejaron su cuerpo desnudo y desgarrado, tirado en aquel lugar frío, lleno de heridas realizadas en un último momento como entretenimiento final, para que se desangrara, pudo respirar aliviado. Si, aliviado porque su tortuosa vida terminaba de una buena vez.