Lawson oyó los latidos de su corazón en los oídos. El cañón de la pistola de Raven apuntaba al medio de su frente sin el seguro y estaba consiente que la mujer sosteniendo el arma sería capaz de jalar el gatillo sin el menor arrepentimiento, aun si eso le destrozara el alma. Los ojos de ella ya ni siquiera eran algo de este mudo, la parte que normalmente debía ser blanca había tomado una coloración negra y el dorado de sus iris era tan potente que la pupila apenas era perceptible. Dios, esos ojos daban miedo, eran los ojos de una bestia dispuesta a destrozar a su presa. Y esa presa resultaba ser él.
La había subestimado.
El lobo se mantuvo quieto sobre la cama sin mover un músculo, no se atrevía o terminaría con un hueco entre ceja y ceja. Sudaba completamente de arriba abajo y estaba seguro de que su tez se había vuelto totalmente blanca. Porque una cosa era enfrentarse cuerpo a cuerpo contra alguien y otra completamente diferente era luchar contra un arma que se di
-Agilidad, velocidad, destreza. Son los puntos claves para un buen ataque- Raven caminaba de un lado a otro con las manos en su espalda dentro del círculo conformado por los reclutas dentro del cuartel de entrenamiento. Su voz era firme, pero baja probando las habilidades auditivas de todos, notando que no estaban tan mal, después de todo. Ellos prestaban la debida atención. A pesar de no llevar su elaborado y caloroso uniforme esta vez, dado que había mandado a lavarlo y todavía estaba secándose por lo grueso de la tela, eso sin quitar que el día estaba más caloroso que el anterior, este había sido sustituido por uno más sencillo. Conformado por un pantalón oscuro que se ajustaba a sus caderas redondeadas y firmes por sus años de ejercicios, y una camisa negra de mangas largas. Con detalles en rojo, y sus característicos guantes. Era más fresco, pero aun así alguna gota de sudor se escapaba de vez en vez. Y también podía moverse mucho más fácil ahora que el entrenam
Raven solía esconder su cuerpo de todos. Lo odiaba, sobre todo porque cada vez que veía las marcas sobre su piel le hacía recordar su pasado, ese que detestaba tanto y que todavía la perseguía, aun cuando ella solo quería escapar de él. Su mente estaba centrada pensando en cómo seguir con el entrenamiento aprovechado que a esa hora no se usaban las duchas para hacerlo ella. Aunque sus planes de estar precisamente sola se fueron a la basura cuando escucho unos pasos entrar en el recinto y un olor familiar llegar a sus fosas nasales. No lo podía creer y un estremecimiento la recorrió. Lentamente, giró la cabeza por encima del hombro encontrándose con el lobo que menos quería que descubriera su más sagrado secreto. Se quedó atómica y tragó en seco. Intentó que su semblante fuera lo más neutral del mundo, pero sabía que el color había abandonado sus mejillas. De todas las personas en la aquel campamento, la que menos quería que supiera su condición estaba parada mirándol
Aquella noche en el pasado Kenny había estado más distante de ella, más frío, más grosero que de costumbre. No había sonreído en todo el día y le gruñía de vez en cuando, incluso el beso que le había robado había sido rudo y hasta cierto punto violento. No era como que a Raven le importara mucho. Su cuerpo cada vez respondía menos a él, solo estaba obligada a ser su pareja porque él conocía un pequeño detalle de ella que la tenía atada de manos y pies. Si no fuera por eso correría a los brazos de su pareja sin pensárselo dos veces. Él no le hacía mucho caso recientemente y Raven hasta llegó a penar que el olor de Lawson se había incrustado en ella, aunque no lo sentía así. Su novia tenía sus episodios bipolares y era mejor ignorarlos. A veces se preguntaba que le había gustado de él en un inicio, aunque tenía que reconocer que ya no era su rostro lo que veía en sus sueños. Algo que guardaría hasta el día que estuviera en su tumba. Así como si secreto, nadie deb
Raven analizaba los pro y los contra de la estrategia que había pensado con el objetivo de salvar al maldito de su mate sin que este muriera. Con su habilidad no debía tener problemas con ello, siempre y cuando el lobo cooperara y no la desconcentrara. Pero una voz interrumpió sus pensamientos. -Sé que está ahí, Comandante Raven, por favor salga, estaba esperando por usted- Sid soltó una carcajada triunfadora mirando en su dirección. La loba fruncía el ceño preguntándose como la había detectado. No debía haber sido fácil, ella sabía esconder muy bien su presencia, a menos que... Lawson miró hacia donde escuchó el sonido de las plantas moverse para ver a Raven salir caminando tranquilamente habiendo retornado a su forma completamente humana. Solo los que estaban destinados a morir podían ver su figura híbrida. En su rostro no había ni pizca de preocupación, todo lo contrario, sus ojos estaban tan claros que incluso estremecía verlos directamente. Aun así en su
Raven esperó unos segundos en la misma posición, arrodillada ante la presencia imponente de aquel recién llegado. El aire se hacía pesado impregnado de feromonas densas, que no la atacaban, pero si la rodeaban posesivamente. Y su cabeza dolía como para mantenerla en aquella posición inclinada tanto tiempo. -Veo que estás llevando bien el campamento a pesar de los inconvenientes- el hombre por fin habló. La voz era grave y firme a la vez, llena de autoridad, aunque ella sabía que podía ser más agradable, invadió toda la estancia resonando contra las paredes. Raven alzó ligeramente la mirada para verlo retirar la capucha de su cabeza. Ella tenía que reconocer que para sus 46 años, el alfa Demon estaba muy bien. Sus rasgos apenas aparentaban su edad real, pareciendo diez años menos a pesar de su ajetreada vida desde cachorro. Su cabello era igual de oscuros que los de ella y lo llevaba a la altura de la nuca con marcadas ondas brillantes. Su piel era del color del olivo
Lawson miró al cuerpo en sus brazos, incrédulo en un intento de asimilando la situación. Maldijo internamente, preguntándose por qué esa tipa se desmayaba en los momentos claves donde él pretendía golpearla. Por un momento se imaginó que era una estrategia para hacerlo ceder y salirse con las suya. Pero él no era tan estúpido, así que sacudió su hombro con violencia para no recibir respuesta alguna. Dejó los dedos sobre su hombro apretándolo un poco y miró como sus cabellos desordenados tapaban sus ojos cerrados.Eso solo le hizo recordar cierta imagen del día anterior, cuando aquella persona le había sacudido la melena oscura y Raven solo se había dejado, sin mostrar resistencia, aun cuando el comentario que ella no se dejaba tocar era bien sabido. Lawson conocía lo recia que era a que, a mantener contacto y la atmósfera fría a su alrededor para alejar a todos, así que pensó que su fachada era solo eso, una fachada para parecer superior. Mas no entendió por qué su pecho
Lawson estaba durmiendo profundamente. Serían alrededor de las 5:00 de la mañana. Le había costado mucho dormirse con los últimos acontecimientos y no tenía ni la menor intención de levantarse temprano, sobre todo después de ser aceptado como nuevo miembro. Estaba feliz y extasiado, un descanso era bien merecido y dormiría hasta al menos entrada la mañana, no tenía que entrenar así que podía pasarse de vago ese día. Solo no se esperó que sus intenciones fueron frustradas al máximo cuando fue pateado fuertemente. Rodó por la cama y cayó sobre el suelo quitándole la soñolienta del golpe.-¿Pero qué demonios?- se incorporó rápidamente pestañeando y confundido totalmente mirando de un lado a otro, para toparse con la imagen de su mate, Raven a su lado. Su porte rígido y frío y sus ojos est
Esa noche Lawson no pudo dormir. No tenía sueño con todos los pensamientos rondando su cabeza y todas las dudas. Intentaba que todas las piezas encajaran en el rompecabezas pero después de lo que su hermano había comentado como que no, nada coincidía. Era como que las historias no compaginaban y eso no era nada bueno.Maldición. Se estaba rompiendo la cabeza y solo daba vueltas en el lugar. Necesitaba respuestas. Miles de respuestas y las dos personas implicadas tenían un don especial para evitar el tema a todo lo que daban.Kenny decía lo que le daba la gana y ahora había incongruencias en su historia, por parte, Raven no decía nada sobre el tema, solo decía que el villano no era ella sino el otro lobo.Raven…Ella realmente era alguien extraña, muy extraña. Apenas sabía sobre ella, ni siquiera cuando habían estado juntos años antes en aquellos tiempos donde pasaban mucho tiempo juntos. Ella siempre había sido una caja de sorpresa. Como aquel día que l