"Eso es lo que ellos quieren, ¿pero qué hay de lo que yo quiero? ¿Qué hay de lo que tú quieres? ¡Lo que la Diosa de la Luna quiere! Ella nos emparejó por una razón. ¡Estamos predestinados el uno al otro y estamos destinados a estar juntos hasta el final!". Echa la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada histérica que llena el ambiente. La miro fijamente, con las cejas fruncidas y los ojos entrecerrados, totalmente confundido por qué le hacen gracia mis palabras.

"¿Estamos destinados el uno al otro? ¿Estamos destinados a estar el uno con el otro hasta el final?", otra risita burlona. "Si creyeras eso no habrías esperado a que las cosas se pusieran feas antes de admitir el hecho de que éramos pareja. Me habrías marcado en cuanto me hubieras visto en aquel Harén. Pero no lo hiciste. Te tomaste tu precioso tiempo porque odiabas el hecho de que una mujer lobo ordinaria fuera tu pareja". Su voz se eleva progresivamente con cada palabra y, para cuando termina de hablar, está gritando con t