PUNTO DE VISTA DE REAGAN

"Buenos días, Mi Señor". Los dos guardias estacionados frente a la puerta del penthouse saludan al unísono con las cabezas gachas mientras me acerco a ellos. Cuando estoy cerca, me detengo en seco y dejo que mi mirada se deslice por sus perfiles.

Jake y Stanley.

Jóvenes animados de veintitantos años vestidos de traje y armados con sus armas favoritas, listos para ejecutar cualquier orden que les dé.

No digo que sus vidas no sean duras o que la gente como ellos no tenga problemas, pero pienso que quizá mi vida sería mucho más fácil si yo fuera guardia real. Todo lo que tenía que hacer era ejecutar órdenes. Tenía derecho a elegir con quién quería estar sin tener que preocuparme por las opiniones del público general. A veces ser un líder es más una maldición que una bendición y como dije antes, si en mi próxima vida descubro en mi cama de nacimiento que volví a nacer como un heredero Alfa, me suicidaré.

"Buenos días. Pueden levantar la cabeza". Les devuelvo