—Oh… Claro que no, eso no va a pasar —se niega Victor, caminando frente a mí con paso rápido.

—Por favor, Vic dijiste que me ayudarías con cualquier cosa —le suplico yendo detrás de él.

—Esa propuesta caducó cuando tu querida mascota me amenazó con morderme y pegarme sus pulgas —responde Victor, refiriéndose a Jonah.

Hay una razón muy buena por la que los vampiros trabajan como prestamistas en mi ciudad, más allá de que tienen mucho dinero por que no mueren y no comen, algo que les da muchas posibilidades para ahorrar dinero, los vampiros tienen una habilidad extraña de poder hallar personas con solo su olfato o su imagen. Esa habilidad que parece tan poca cosa los convierte en los perfectos rastreadores, ya que ninguno de sus prestamistas puede huir de ellos, y los vampiros siempre sabrán donde estas y como encontrarte.

Cuando le conté de esta idea a Jonah obviamente no le hizo ni una pizca de gracia, ya que él odia a los vampiros por una extraña razón de lobo que no comprendo. Aun a