Tras la petición de Jonah, aunque todos se notan algo extrañados, cumplen sus órdenes y traen a todo el consejo de su manada, el cual está conformado por los lobos más ancianos y los líderes de otras manadas más pequeñas que son aliados de los Casady.

Para mi sorpresa todos nos dirigimos a esa sala que visité la otra vez, con paredes obscuras y un tipo de trono en el centro. Jonah toma su lugar en el centro y me pide estar cerca de él en esa especie de tarima donde se posa el trono, mientras que sus padres y el resto del consejo están en el lugar en el que yo me encontraba la última vez, a los pies del trono y con la cabeza baja.

Es curioso como da vueltas la vida, ya que una vez yo fui humillada por todos ellos que ocupaban el lugar de mi alfa, y ahora soy yo la que los mira con desdén y juzga sus acciones.

—Esta es la segunda vez que lo pregunto, y será la última, ¿Qué ocurrió en esta misma sala cuando mi Luna vino a verte, madre? —pregunta Jonah con un tono muy autoritario.

—Hijo,