Capitulo 6

Amhad aprovecharía la asencia de su hermano para molestar a la segunda esposa de su padre, a pesar de haberlo criado sabia que detrás de toda aquella apariencia había una mujer sedienta de poder capaz hasta de vender a su propia hija, algo que solo el conocía y cuanto se arrepentia no haberlo expuesto, duarnte los últimos ocho anos el alchool había sido su mas grande amigo y compañero.

Y tenia que descubrir si su padre no había muerto de manera sospechosa, ya que este era un hombre my sano.

—¿Usted se cree astuta? ¿No? — preguntó Amhad entrando en el pequeño salón que antes había pertenecido a su madre, y ahora la madre de Jassier se apoderaba de él como si todo aquello le perteneciera, aquello le molestaba de cierta manera, mientras crecia pensaba que era una persona humilde que agradecia los demás pero detrás de todo aquello se escondia una mujer venenosa y atemoriznate—. Usted no es quien, para estar aquí, así que váyase.

Su noto de voz era un siseo bajo y peligroso sabía que la reina madre solo buscaba una forma de sacarlo de sus casillas acorrarlarlo hasta el punto de no tener opción y marcharse. La mujer sonrió con altanería.

—¿Por qué debería hacerlo? —preguntó haciéndose la desentendida—, hasta donde yo sepa este salón a pertenecido a las reinas madres de antiguas generaciones y mi hijo Jassier ahora es el Jeque, no encuentro problema en ello.

—Porqué esto es de mi madre y le recuerdo muy bien que Jassier tiene seis meses para lograr su cometido y su esposa sepa aprovecharlo—sonrió y medito—, pero me imagino que ya usted se esta encargando de eso ¿No es así? Un bebé dentro de varios meses terminaría de darle a Jassier la estabilidad del título y a usted su posición, pero hay algo que no hay puesto atención, a pesar de todo sigo teniendo alidos y se muy bien cuando proceder y cuando no— sugirió—, además dejame decirle que ya a perdido un mes—. Ella no entendía, en pocas semanas deberían anunciar que tendrían un bebé si era totalmente los papeles médicos que le había dado el ministro de salud. Aquella jovencita era muy fértil. Amhad de su bolsillo trasero saco un pequeño frasco con las pastillas que por orden de la reina se habia cambiado a unas vitaminas—. ¿Qué pensaría Jassier si se enterara? Eso sería muy divertido de ver.

《Que tenga bueno día.

Dijo aquello último con un tono burlón haciendo una breve reverencia y se marcho. Lanzó todo el piso, aquel mocoso había arruinado todo, todo lo que había planeado ahora tendría que buscar otra forma que ese bebé sucediera, porque tenía que pasar. Tenia que asegurar el trono. No importa si despierta se tenia que encargar de la madre. Ese maldito mocoso metia las manos donde no debía.

Jamas pensó que se fuera a quedar tanto tiempo, un maldito mes. Luego de esto tendría que tomar precausiones.

Un mes antes(Flasback)

—Haz lo que te digo y si abres tu bocota no saldrás viva— le amenazo dándole el contenedor de las vitaminas que cambiaria por las pastillas anticonceptivas—, recuerda nadie debe saber de esto.

—Si, su majestad— comento la chica que trabajaba cuidando de Isabel.

Hizo una reverencia y se marcho rápidamente lo ordenado. Amhad sonrio con altanería.

—Veo que ya empiezas a mover tus fichas— comento mientras seguía a la chica—. Tu, detente ¿Que llevas ahí?

La chica escondio el frasco estre sus faldas.

—Principe, no es nada…si me disculpa tengo cosas que hacer —dijo nerviosamente.

—Nadie dijo que podias marcharte—dijo en tono amenazante—, entrégamelo.

Ella lo observo espamtada, nerviosamente saco el frasco de donde lo mantenía oculto.

—No te preocupes, si ella dice algo o pregunta di que lo hiciste. No menciones este encuentro.

Fue lo ultimo que dijo antes de marcharse.

(Actualidad)

Jassier acarició la mejilla de su esposa, habia sido un mes caótico y controversial pero sin duda Isabel hacía todo sencillo tenia una personalidad tan bondadosa y sencilla que cautivadora que simplemente cuando ella estaba en la habitación no parabas de sonreír, ayer habían visitados varias comunas alejadas del centro de la capital de Qatar por un momento había pensado que se sentiría fuera de lugar pero no ella llegó sonrió y habló y converso con algunas personas al menos se alegraba que en Qatar desde hace cinco años aprender inglés era una obligación amaba ver como surgían y se alegraba al ver cierto matiz de preocupación en los ojos de Isabel cuando vio algunas condiciones que vivían.

Amaba ver que se preocupaba por todas aquellas personas que eran ajenas a ella con esa humildad. Sin duda no se había equivocado, aunque sabía que Fajir no se quedaría tan quieto habia descubierto varias cosas luego de esa sospechosa invasión al territorio, aquello era como un golpe de estado y de eso estaba seguro, aquel viejo tramaba algo y alguien lo estaba ayudando Pero ¿quién? Aquella era su pregunta cada vez que observaba a cada uno de los ministros sabía que muchos de ellos preferirían a Amhad como jefe de estado, a él le gustaba los caminos fáciles y sin duda rápidas soluciones nunca se podría a investigar más allá de sus narices.

Él siempre iba por lo seguro pero lo justo y lo honrado.

Ahora sin duda estaba siendo todo lo contrario, salvar a alguien por la integridad física de una sola persona quien iba a pensarlo, aborrecía que en Aquena trataran aquellas personas así de manera injusta solo por no desear un jeque tirano. Isabel, ella sin duda era algo de lo que no se arrepentía salvar de aquellas garras, aunque era también un constante peligro porque sabía que si aquella muchacha se comprometía más allá de lo físico aquel pequeño teatro se vería afectado y si alguien lo descubría sería su ruina, no para él si no para ella y lo sabia en su pueblo odiaban a los mentirosos y las maneras de castigo de algunas tribus eran grotescas. A veces pensaba en interferir en aquello, pero todavía recordaba las palabras de Isabel hace unos días, cuando vieron como castigaban a un pequeño ladronzuelo "No puedes interferir, pero si asegurar que el chico aprenda la lección Jassier, no pretendo que la violencia sea parte de ello, pero estas son sus costumbres si tu intercedes sé verá como si no confiaras en el líder de la aldea. No interpongas tu pensar sobre el de ellos solo intenta después mencionar que existen otras maneras" se habia quedado en silencio nadie en mucho tiempo lo había logrado, pero tenía una audacia para decir las palabras correctas siempre.

—Jabibi, despierta que se hace tarde y tienes muchos compromisos—murmuró al ver cómo los rayos del sol empezaban hacerce presentes, refufuño ante aquel cosquilleo en su odido escondiendo su cabeza debajo de aquellos suaves almohadones—. Jabibi, tenemos que estar listos en dos horas— avisó mientras observaba el pequeño despertador en la mesa, él soltó una carcajada al ver como se enrollaba en aquellas sabanas de sedas con tal de no ser molestada.

Jassier le quitó la almohada de encima, suspiro le daría un par de minutos más se levantó y se dispuso a bañarse y vestirse; se vestido con su suriyah. Gruño al verla todavía dormida. Se sentó en la orilla y le apartó pequeños mechones de cabello de la cara, acercó su rostro al suyo y dejó un pequeño beso en la comisura de sus labios a lo que ella entre abrió los suyos respondiendo a su beso, cerró los ojos y unio sus bocas, era un beso suave ambos sonrieron entre el beso, aunque ahora con una Isabel adormilada, entecerro los ojos al sentir la tenuente luz. Jassier sonrió aquel despertar era maravilloso, ella enredó sus brazos en su cuello atrapando su cuerpo para que no se apartara y volvió a unir sus labios, sintió aquel exquisito y raro sentimiento recorrer su cuerpo a recordar las caricias que habían compartido la noche anterior. Jassier gimió contra sus labios volviéndose el beso salvaje y descontrolado, ambos sintieron aquella química florecer. Ambos se separaron ante la falta de aire.

—Esto si es un buen despertar—dijo con los ojos cerrados, sonrió cuando se encontró con la mirada de aquellos ojos negros. Dejo un casto beso en sus labios—. Jamás mi esposo me había despertado así—, musito, aunque se avergonzo jamás había usado la palabra esposo para referirse a Jassier y se sorprendió aquello los pillo a ambos.

Sus corazones latian al mismo tiempo, pero en diferentes direcciones. Aunque que ningunos de ellos se esperaría.

—Es bueno saberlo esposa, así te despertaría todos los días—sugirió apartándose y se levantó—. Tienes que levantarte vendrá Minjan para ayudarte a prepararte hoy tienes la visita con los ancianos se que tendría que estar contigo, pero quiero encargarme de este asunto en la frontera espero que puedas hacerte cargo, aunque Amir te acompañara— dijo terminando de recoger lo que se llevaria—. No dejes que te intimiden, mi madre ya habrá dicho algo para que lo hagan la conozco, pero recuerda eres fuerte, valiente, pero sobretodo bondadoso.

—Lo recordaré esposo—prometió.

Dos horas después estaba lista, montada en un pequeño auto, camino aquella reunión donde hablarían sobre los nuevas temas o objetivos a implementar en el instituto de la mujer aquello le agradaba habia aceptado tomar las riendas mientras Jassier conseguía a otra persona. Le habían gustado unos que otros temas para que las chicas estudiara como turismo, idiomas o administración, aunque según Jassier muy pocas lo ejercían al menos que se fueran al exterior aquello la desconcertó. Sentia sus manos sudar habia visitado a varias tribus y con ellos a varios jefes pero Amir le habia dicho que estos eran importantes eran como una clase de gobernadores entre las tribus de la zona para así poder tratar todos los problemas posibles sin que estos quedaran en el olvido entre tantas hojas.

—No este nerviosa, no se atreverán a ofenderla—aseguró, aunque no podía una y otra vez evitar abrir y cerrar sus manos de manera nerviosa.

Aquellos viejos eran capaz de todo, y más que era aliados de Fakir aquella era un reina despiadada así como ambiciosa dulce por fuera y podrida por dentro, aquello lo había descubierto cuando le había ido a contar que su hija la pequeña Aanisa había muerto y ella solo había reaccionado como si se lo esperaba y solo murmuro con desprecio "Ni el trabajo de una princesa puede hacer, que es aseguror un trono y dar un heredero" aquella habian sido sus filosas palabras ni siquiera había estado presente en el funeral aunque muchos alegaban que era por su dolor pero todos dentro del palacio sabían que no era cierto lo que sentía hacia Aanisa era decepción y furia.

Amir sabía que Jassier lo había enviado para evitar cualquier mal trato por su parte contra Isabel. Suspiro hoy sería un día del demonio. ¡Que alá los compadezca” pensó, necesitaban suerte para que la reina madre no se haya metido en aquel asunto!

Al llegar vi como todos esperaban ver a la que ahora era su reina como gritaban con emoción, Amir estaba estupefacto en aquel mes Isabel se habia ganado el corazón de varias tribus las cuales había asistido ella misma con otras mujeres llevando cosas necesarias todo el mundo sabía que hoy era un día importante era la aprobación de los grandes de ahora en más dependía de ello, sabía que muchos de esas personas esperaban que fracasara y la inglesa se marchara pero otros en silencio rezaban para que pasara esta siguiente prueba.

Isabel al bajar del auto sonrio a los presentes se tenia totalmente prohibido acercarse a las personas, no todo el mundo estaba de acuerdo con el jeque y su nueva esposa aquello lo había susurrado una vez Jassier cuando cenaban y eso era lo mejor. Sonrio y avanzó dentro de aquella pequeña carpa donde se presentarían las nuevas carreras para las mujeres. Saludo como correspondía a cada uno de los presentes luego al final daría una pequeña charla aquello era sencillo se dijo, no había nada extraño de lo que no hubiera hecho ya, sin embargo, notaba a Amir un tanto nervioso y ansioso.

La reunión empezó y todos tomaron asiento, los ancianos murmuraban entre ellos intentando descifrar si aquello dicho por la reina madre era cierto, algunos solo la juzgaban con la mirada otros intentaban ver debajo dr cada uno dr sus movimientos, la habian visto en algunos actos sin duda se veía un personaje sencillo pero sabia que las apariencias engañaban.

Isabel se sintió emocionada al escuchar varias de las propuestas lo que más le alegro es que fueran dadas por mujeres aunque aprobadas por hombres, aquello de cierta manera era injusto si lo veía desde su punto más feminista; pero sabía que era un gran avance en una cultura tan firme como era el islam o la manera en que las muchachas eran criadas, se había asombrado de la cantidad de mujeres que se interesaban por los proyectos aunque algunos pasaban desde costurera hasta aprender nuevas comidas, pero había otras resaltantes. Se alegro aquello era algo en lo que pondría gran empeño.

Ayudar en el poco tiempo que le quedaban cinco meses y tenia que aprovecharlos no se iría sin dejar una pequeña huella. Sonrió de manera firme volviendo a prestar atención.

Un anciano se levantó ante la propuesta de que a las chicas también se les permitiera estudiar ingeniería, aquel anciano parecía ofendido por lo que ella sabía aquello era de uno de los ingresos de aquel pequeño país donde en las plantas trabajaban hombres, sabía que la chica se refería a la carrera en toda su extensión y no solo en el ámbito petrolero pero aquello pareció molestar a Isabel al ver la manera tan arrogante y ignorante que atacaba a la joven del escenario quien parecía asustada ante el silencio prolongado de todos los presentes, Isabel se levantó llamando la atención de todos muchos se sorprendieron por su insensatez.

—Podríamos calmarnos, creo que sinceramente estamos armando un alboroto—dijo al ver que nadie iba a interferir.

El hombre casi quiso bufar como se atrevía a entrometerce no era más que una forastera.

—Yo creo que debería hacerlo usted— dijo firmente—. No necesitamos la opinión de una mujer libertina.

—Yo que usted tendría un mejor conocimiento de la palabra señor, puedo ser una persona que sea liberal pero jamás libertina. Así que le pido respeto—murmuró enojada—, ¿Amir? —llamo al consejero de Jassier. El se acercó con paso agazapado—. Mi esposo el jeque Jassier Bari me dio la elección de elegir uno más aparte de las cuatro que eligen anualmente así que he decidido que esta será, agrega ingeniería a la lista de cursos de la escuela para mujeres.

Él hombre se acercó furioso y levantó la mano, el guardia real que los acompañaba dio un paso adelante sin importar que protegería a Isabel. Jassier entró en la tienda apretó fuertemente sus manos volviendo las puños, pero se contuvo tenía que actuar con serenidad.

—¿Cómo se atreve a levantarle la mano? —susurró su tono era firme y amenazante, todos hicieron una pequeña reverencia sus ojos se salieron de órbitas nadie espero que el jeque hiciera apto de presencia por lo que sabía estaría ocupado o tres horas de distancia en avión a la frontera—. Me parece que tu eres el irrespetuoso, así que pide disculpas.

Él hombre humillado bajo la mirada mientras juraba en voz bajo y susurró una pequeña disculpa.

Jassier dio una mirada a todos los presentes.

—La carrera se queda, y si hay varias chicas que les interesa quienes somos para negarnos—expuso—, espero que esto no se vuelva a repetir.

Esas fueron sus últimas palabras, Amir le hizo una seña a Isabel para que siguiera a Jassier y así lo hicieron cuando estuvieron dentro del auto Isabel soltó todo el aire que había mantenido retenido en un suspiro.

—Gracias—susurró.

Jassier sonrió.

—No dejes que nadie nunca te intimiden, poco a poco Isabel. Ya falta poco.

Ella frunció el ceño ante lo mencionado ¿falta poco? ¿Para qué? Se preguntó todo aquello era confuso. Todo se sentía de ensueño temia que toda auella burbuja fuera a explotar.

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