Kate dormía abrazada a la almohada, inhaló su aroma y abrió los ojos lentamente, en ella estaba el polerón de Bastien, aunque su aroma estaba en él, no era lo mismo que tener a Bastien a su lado, se sentó y lo llevó a su nariz, se puso de pie siguiendo el aroma de la comida, su bebé se revolvía como un pez en su pancita, llegó a la cocina y ahí estaba Bastien sin polera, con su hermoso torso desnudo, sus tatuajes en la espalda se veían perfectamente cubriendo esos músculos que se le marcaban, Kate mordió su labio, debía ser fuerte, no podía caer a la primera, habían hablado, le había dicho que aún lo amaba, no era como si no lo supiera, todo el mundo sabe que un amor tan grande no desaparece de la noche a la mañana, Bastien se movía por la cocina totalmente concentrado, sintió la mirada de Kate y se volteó, Kate lo miraba con su polerón en la mano.

Kate… - Bastien caminó hacia ella – ven siéntate, te llevaría la cena a la cama, por qué no descansas, no quiero que estes de pie, el doct