Arthur y Jake condujeron toda la noche, después de dejar a sus chicas les prometieron cuidar a Kate y que volverían algunos días para verlas, las chicas aceptaron, Kate dormía en el asiento de atrás, aun dormida sollozaba, llegaron a una pueblo perdido, donde nadie los buscaría, tenía mar, playa y estaba lo suficientemente lejos de Bastien mas de 12 horas de camino. Jake había ido buscando arriendo, se presentaron como 3 hermanos, encontraron una pequeña casa de 2 habitaciones, no era muy grande pero la vista lo compensaba, tenía una vista al mar e incluso a la playa, estaba cerca y la señorita podría caminar cuantas veces quisiera, su abuelita siempre le decía que el mar se llevaba todas las penas.

Señorita llegamos – Kate abrió los ojos, la brisa marina llenó sus pulmones, abrió la camioneta y entró a la casa, Jake llevaba sus cosas y Arthur la acompañaba – usted quédese en esa habitación que tiene vista al mar, con Jake dormiremos en la otra que tiene dos camas.

Gracias – Casi fue