La noche era espesa, cargada de electricidad. Bastien estaba ansioso mientras miraba la Tablet de Lucca siguiendo el GPS de la pulsera de Kate.Un regalo que le hizo años atrás. "Por si algún día se perdía y le había servido bastante, por eso siempre podía encontrarla, al principio fue solo el collar, luego fueron botones de su ropa, tacones en sus zapatos, cada joya que le regalaba, tenía que asegurarse que Kate siempre llevara un GPS." Ella nunca lo supo o creería que era una muestra más de su obsesión. No sabía que en realidad era su salvavidas.El punto titilaba en una zona industrial abandonada, a las afueras de la ciudad.—¿Señor? —dijo uno de sus hombres que iba en el asiento de adelante —. Estamos llegando y más refuerzo vienen en caminoBastien no respondió con palabras. Solo cerró el puño.—Prepárense. Llamen a Arthur y Jake, los quiero a todos. Equipamiento completo. No vamos a negociar —ordenó, con la voz más baja y peligrosa que jamás se había escuchado.Tomó su chaqueta
Bastien no veía nada más que Kate, su Kate, en sus brazos. Su respiración era la única que le importaba. Y sus ojos, esos ojos que miraban al mundo con un destello de esperanza, ya casi apagados por la cantidad de sangre que le habían sacado. Pero él no iba a dejar que muriera, no mientras estuviera vivo. Miró a Joel.— Quiero a todos los médicos de prisioneros, los haremos hablar, necesito saber por qué tomaron a Kate.— Sí señor.De un solo movimiento, la alzó, pegándola a su pecho, no dudó de tenerla lo más cerca de su corazón. Sus manos se movían como un relámpago, destrozando todo a su paso mientras avanzaba, dejando atrás una carnicería sin piedad.Los hombres, los guardias que quedaban, intentaban detenerlo, disparando a ciegas. Pero Bastien era una sombra. Ya no era un hombre, era una bestia. Recibió el impacto de una bala en el brazo izquierdo, y no hizo más que girarse, y disparar. Tres muertos más a su lista, volvió a cargar el arma y siguió mientras sus hombre lo cubrían.
En el despacho de Mr. Dark, la tensión se respiraba en el aire. Las luces tenues y el silencio absoluto solo eran interrumpidos por los sonidos secos del teclado y los zumbidos suaves de los ventiladores de las pantallas.Mr. Dark miraba fijamente una de las cámaras que había instalado en el galpón. La grabación mostraba cómo Bastien, con esa mirada helada y asesina, arrasaba con cada obstáculo en su camino para rescatar a Kate. Su brutal precisión y falta de piedad encendieron una furia en su interior.—¡Maldita sea! —gritó, golpeando con fuerza el escritorio de mármol oscuro, haciendo temblar un vaso que se volcó y derramó whisky sobre unos papeles.Su mano derecha, un hombre robusto de rostro serio, lo observaba con nerviosismo desde la esquina de la sala.—Se lo dije, jefe… debíamos tener mucho cuidado con él. Esta noche perdimos a más de cincuenta hombres bien entrenados… y Bastien no perdió ninguno. Ni uno solo.—¿Y los médicos?—Se los llevaron. Estoy seguro de que los está int
Kate despertó entre algodones y luces tenues. Su cuerpo dolía, pero no como antes. No era el dolor de los químicos ni de los grilletes. Era el vacío que había dejado la oscuridad… hasta que lo vio.Bastien estaba allí, sentado en la butaca junto a la cama, con la camisa negra y algunas curaciones en su cara y brazo y los ojos fijos en el suelo esperando que Kate despertara.—Bastien… — su voz era apenas un suspiro.Él se levantó como un rayo y cayó de rodillas a su lado, tomando su mano con una delicadeza que contradecía la tormenta que ocultaban sus ojos.—Estás aquí… — susurró él —. Me volviste loco, Kate. Me rompieron cuando me di cuenta que te arrancaron de mí.Ella lo miró, confundida por un momento.—¿Cómo… cómo supiste que no era yo?Él sonrió, esa sonrisa rota que solo ella conocía.—Porque esa mujer no supo cómo tocarme el alma. Porque cuando me miró, vi ojos vacíos. Porque nunca me llamó por mi nombre de la forma en que tú lo haces. —Se inclinó, besando su frente—. Porque ni
Pasaron los días y le dieron el alta a Kate, gracias a dios no fue mucho el daño que le hicieron, pero sí, Bastien mandó a hacer todos los estudios pertinentes, los doctores habían hablado, buscaban a Kate, porque Nick escondió la formula del suero del olvido en su cuerpo, por lo tanto, el jefe detrás de todo esto necesitaba recuperarlo, después de varios exámenes, encontraron que lo habían insertado en el bazo, era un pequeño chip, del porte de dos granos de arroz, que no tuvieron problemas en sacar, al tenerlo en su poder, Bastien sonrió, tenía lo que ellos querían así que lo destruiría y ellos no podrían volver a molestarlos.Apenas llegó Bastien a la mansión dejó a Kate en la habitación.— Cariño, debo hacer algunas cosas y vuelvo, me quedaré toda la tarde contigo, enviaré a Ara para que te acompañe.— Está bien amor, un besito primeroBastien sonrió y besó sus labios.— Te amo Kitty.— Y yo a ti.Bastien salió de la habitación, al bajar la escalera Lucca lo esperaba con su Tablet
Habían pasado dos días y Kate se había recuperado, decidieron con Bastien hablar de su embarazo después del primer control, estaban nerviosos esperando fuera de la consulta de la doctora Rivas, la misma que atendió a Addy.— Katherine Thomas… — La voz de la doctora se escuchaba dulce, y al verlos sentados sonrió — Señor de Filippi, que bueno tenerlos, pasen.Entraron a su consulta, Bastien ayudó a sentar a Kate y él se sentó a su lado tomando su mano, a pesar de no ser la primera vez, estaba igual de nervioso y asustado, el embarazo de Addy no fue muy fácil, y no quería que algo le pasara a su Kitty.— Bueno Kate, por lo que veo en los exámenes, viene otro pequeño o pequeña en camino, según estos exámenes tienes de 8 a 7 semanas.— Sí doctora, pasé por un periodo de estrés además de que me sacaron mucha sangre y tengo miedo de que a mi bebé le haya pasado algo.— Bueno, veamos, desvístete de la cintura hacia abajo, tú conoces el procedimiento.— Sí doctora.Kate entró y la doctora mir
El atardecer pintaba de dorado el jardín de la mansión. Las flores comenzaban a cerrarse y una suave brisa movía las copas de los árboles mientras Kate y Ara se sentaban en la terraza con dos tazas de té caliente.Ambas llevaban vestidos cómodos, y sus rostros lucían esa serenidad de quien sabe que, al menos por ese momento, todo está bien en el mundo.—Lucien me pidió hoy que su hermanito tenga el pelo como Lucca, pero los ojos como yo —contó Ara entre risas—. Dice que así se ve “equilibrado”.Kate rió, llevando la taza a sus labios.—Addy me ha pedido un hermanito desde que supo que Lucien será hermano mayor y quiere que su hermanito sea... mitad unicornio, mitad príncipe. Así que creo que ya le fallé un poco.Ara se rió tan fuerte que tuvo que sostenerse la panza.—¿Mitad unicornio?—Sí, con cuerno brillante y corona incluida. Dice que así será perfecto para jugar con ella. Y que no aceptará nada menos —respondió Kate, fingiendo solemnidad. — quiere ser hemana mayor igual que Luci
La tarde en la mansión estaba tranquila, pero todos sabían que algo estaba por cambiar.Kate y Bastien se habían sentado mirando a Addy, que estaba jugando sin imaginar la noticia que estaba por salir. Lucien, jugaba con ella en el suelo entre risas y carreras, cuando el momento llegó.Llegaron Ara y Lucca a sentarse para estar presentes mientras le decía a Addy la gran noticia.— ¡¡Mami!! — Lucien corrió a los brazos de Ara.Bastien sonrió, tomándose un segundo para mirar a Kate, que estaba radiante con la noticia que habían recibido. Los niños volvieron a jugar y estaban demasiado ocupados discutiendo sobre qué juguete le tocaba a quién, pero cuando escucharon el silencio en la habitación, ambos se giraron.—¿Qué pasa papi? —preguntó Addy, con la cabeza inclinada, mirando a sus padres.Lucien también dejó de jugar y se acercó, con esa curiosidad traviesa que siempre lo caracterizaba.Kate intercambió una mirada cómplice con Bastien, quien, con una sonrisa afectuosa, se acercó a Add