Castillo de Praga, Reino de BohemiaLa fortaleza más poderosa de todos los reinos de Europa estaba en Bohemia, en el castillo de Praga, sobre una colina rocosa por encima del río Moldava nombre con el que se le conoce fuera de estas tierras. Su estilo gótico es el que en mayor medida marca el carácter y la belleza de la sede real. Aquí gobierna el rey Vladislao II, un hombre fuerte de carácter, ambicioso y un devoto de la Iglesia que aspira en algún momento de su vida, ser el rey de los reinos del Norte y Sur de Italia que sigue bajo el poder del rey Paolo Maldini.Él es delgado, algo alto, el color de su rostro es blanco-trigueño, sus ojos castaños con sus cabellos churreados largos del mismo color, con su vestidura real combinando los colores dorados, verdes y cafés y un cetro hecho de oro en forma de la cruz en su mano derecha.Él es el pretendiente de la princesa Bárbara de Brandeburgo para convertirla en su reina, este gran acontecimiento se realizaría en “El salón de Vladislao”,
Castillo de Franco, en las afueras de Roma Una vez que Franco, Belmont y Bárbara llegaron al castillo, María los recibió para atender a la nueva concubina. La princesa en esos instantes sintió el dolor de la muerte para luego de algunas horas despertar como un no-muerto. Bárbara se arrastraba en el piso sin entender lo que le sucedía, María cogiéndole de las manos la tranquilizaba hasta que quedó sin pulso. Ella había muerto. Pasaron varias horas y Bárbara se hallaba tendida en una cama, cuando abrió los ojos vio a su alrededor a dos hombres y una mujer a lo cual exclamó: — ¿Qué me han hecho? ¿En qué me he convertido? ¿Dónde estoy? — Eres uno de los nuestros, —dijo María con un tono suave. — ¿Qué son ustedes? —Le contestó Bárbara con asombro. — ¡Te has convertido en una vampiresa!, —decía Franco con una mirada seria. Bárbara se sentía confundida pero algo despertaba en su interior, una sed insaciable de sangre. — ¿Qué me pasa?, siento una sed intensa de algo. — Tranquila Bárb
Castillo Sforzesco en Milán, reino Sur de ItaliaEl rey Paolo Maldini paseaba por las habitaciones del castillo, meditando mucho sobre una nueva conquista para expandir su reinado, él ambicionaba la zona norte de Bulgaria.Su hermana menor la duquesa Isabel, yacía sentada en su cama mirando un retrato del rey Franco, sus ojos se enjugaban al sentir mucha tristeza, sabiendo que su antiguo amor había sido desterrado a un lugar desconocido por el sultán.Ella no sabía que Franco estaba de regreso en Roma, Isabel abrazaba con todas sus fuerzas aquel retrato, consolándose de alguna manera la gran soledad que había en su vida. Sin darse cuenta su hermano Paolo Maldini, la observaba desde no muy lejos y acercándose le dijo:— ¡Hermana mía!, ¿Qué tienes entre tus brazos que te veo muy triste y nostálgica?Con una voz temblorosa le contestó:—No es nada Paolo, solo quiero abrasarme a mí misma ya que no tengo marido que lo haga.Meneando la cabeza, su hermano no se convenció y abriendo los braz
Aún con las advertencias de aquellos ancianos, la duquesa siguió avanzando en medio del bosque y la espesa oscuridad que caía al anochecer. Mientras avanzaba, los aullidos de los lobos se oían como canticos de las criaturas de la noche, ella se acercaba al castillo maldito y antes de llegar a sus cercanías, dos licántropos se acercaron ferozmente para devorarla. Ella dio un grito pero alguien detuvo a los feroces carnívoros, era Franco que sabía por intuición que la duquesa lo andaba buscando.— ¡Laisse la femme tranquille! (dejen a la mujer en paz)Ellos retrocedieron y volviéndose a sus formas humanas, pidieron disculpas a su señor.— ¿Eres tú Franco?, —le dijo la duquesa con cara de espanto.— ¡Lo soy!, ven a mis moradas y entra, “una vez más, bienvenida a mi casa. Ven libremente, sal con seguridad; deja algo de la felicidad que traes.” —Le contestó con ademanes de un verdadero rey.Castillo de Franco, en las afueras de RomaFranco fue llevando entre sus brazos a la asustada pero a
Franco aquella misma noche fue a la habitación donde se hallaba dormida la duquesa, la despertó diciendo que aceptaba convertirla en vampiresa. Ella sintió una emoción profunda porque al fin estaría al lado de su amor platónico.Franco le indicó que antes del abrazo, tendrían lujuria durante tres días seguidos a lo que accedió sin problema alguno.Cuando despertó en la habitación, estaba sobre un sillón de cuero, había una chimenea encendida frente al sillón, y a un lado, una mesa baja con una jarra de agua y un vaso. No había ventanas, solo una puerta, algo muy extraño.Se levantó y dando una vuelta, había algún que otro cuadro, pero la habitación estaba demasiado oscura como para apreciar cualquier pequeño detalle. Tenía la garganta seca, las manos entumecidas y le cosquilleaba la boca del estómago.La puerta estaba cerrada con llave, la tocó con fuerza, la adrenalina empezó a atacar sus nervios.- ¿Alguien me escucha?, dijo la duquesa con un tono alto.-Al fin se despierta la Bella
Castillo del clan Baal Londres, InglaterraLord Thomas y el barón Áster, decidirían enfrentar personalmente a Franco en un combate mortal. No querían fallar como ocurrió con el sultán Sai Baba I que lo enfrentó y no pudo derrotarlo.El sire Klaus apoyaría a los Antiguos para dicho confrontamiento y también iría a la batalla. Esta se daría en los límites del castillo de Franco, en las afueras de Roma. ellos lo sorprenderían atacándolo rápidamente para no darle oportunidad alguna de defenderse.-Tenemos que ir nosotros para evitar que la “Yihad” se consuma y el inframundo siga siendo dominado por nuestra especie, -decía Klaus un tanto dudoso.-Que se cumpla lo que hemos planificado hacer, sin antes dejar al sultán Sai Baba I a cargo del castillo y vaya en busca de pequeños clanes uniéndolos a nuestras filas. -Con voz de autoridad lord Thomas se pronunció.Ciertamente el sultán con un centenar de vampiros, fueron a los clanes de menor importancia ubicados a los alrededores de Europa. Su
Castillo de Franco, en las afueras de RomaFranco acabando de gozar días intensos de lujuria con sus concubinas, reiniciaría su hambre y sed de poder al pretender dominar por completo todo el reino del inframundo. Esta vez decidiría dar un ataque sorpresa en la guarida del clan Baal en situada en las altas montañas de Inglaterra. Llamó a los vampiros más poderosos y al líder del clan de licántropos.Assam y Belmont fueron los primeros en llegar al castillo, los demás llegaron minutos más tarde. La reunión dio comienzo y el heredero de las tinieblas sentándose en su siniestro trono junto con sus concubinas presidió la asamblea. Con su potente voz empezó hablando:-He reunido a los más poderosos vampiros, licántropos y gitanos para hablar de los continuos ataques de nuestros enemigos. Una y otra vez han intentado destruirme al atacarme de forma sorpresiva en mis propios territorios.-He decidido ir a Inglaterra para atacarlos de la misma manera, entrar a sus territorios y causar todo el
Castillo del clan Baal Londres, Inglaterra La masacre llegó a su clímax, Franco crucificaba a todos sus adversarios. Klaus desde el castillo se puso su armadura llamando también a los Antiguos, solo el sultán Sai Baba I se encontraba ausente, debido a las distintas alianzas que en esos momentos hacía con los clanes de Medio Oriente para incorporarlos a su causa. -¡Salid a la batalla mis chiquillos!, -gritaba con fuerte voz Klaus. Mientras lord Thomas y el barón Áster salieron imponentes dirigiéndose directamente sobre los licántropos, con su fuerza descomunal arrancaban las cabezas de las bestias. Franco observó por primera vez a los vampiros más antiguos de la estirpe de Caín, su emoción fue tal que también salió a arrasar con los vampiros de Klaus, uno a uno los empalaba. Llegó el momento de ponerse frente a frente intercambiando algunas palabras: -¡Al fin conocemos en persona al Crucificador!, -dijo lord Thomas con un tono amenazante. -¿Ustedes son los famosos chiquillos de Ca