Sus fuerzas menguan, y, sin embargo, el lobo negro continúa atento, al acecho.
Los cazadores estaban seguros de que sería complicado cazar a este tipo de lobos, que son inmensos y además es un jefe de una manada. Lo que no esperaban era que se encontrara solo y antes de que su manada llegue a apoyarlo, deciden actuar.
— Todos atentos, vamos a pasar a la segunda parte del plan — Dice el jefe y los cazadores que continúan con vida, le responden de inmediato que se encuentran listos — Ahora, enviamos la primera carga —El sonido de una explosión aturde al lobo por un segundo, aunque logra moverse y no ser tocado por el artefacto.
— No lo ha tocado jefe — Dice uno de los hombres.
— Qué puta mala puntería. Lancen el siguiente ¡Ahora! —
El lobo no logra escuchar con claridad la orden que ha dado el hombre y la segunda explosión impacta con fuerza en su cuerpo.
Las l
ÓnixLa sensación de frío me hace volver a la realidad, siento la dureza y el frío del suelo contra mis costillas.Abro los ojos y frunzo el ceño intentando descubrir el lugar en el que me encuentro. Recuerdo todo lo que sucedió la noche anterior, el dolor y el olor de pelo quemado.Debo volver con los Guardianes de Bronce y concentrarme en encontrar al hombre sin esencia, anoche varias de las familias de mi pueblo se quedaron sin donde vivir, y perdí a dos niños y no quiero volver a pasar por algo así.— Buenos días, alfa Ónix — Levanto la mirada para sentir el momento exacto en el que un chorro de agua helada cae sobre mi cuerpo desnudo.¡Maldición!— Bienvenido nuestro modesto recinto — Observo un par de zapatos de cuero frente a mí.El hombre toma una silla y se sienta de manera elegante sobre esta es delgado y desde
Voy a contestarle, pero prefiero abstenerme y concentrarme en salir de este lugar.Me concentro en mi lobo interno y siento el momento en el que mis extremidades empiezan a crecer y aprieto los dientes soportando el dolor habitual.Espero que el hombre que debe traer el agua no llegue antes de que mi transformación se complete.Intento respirar con calma y obligo a mi lobo a esperar, él gruñe y nos movemos en círculos, el encierro no es algo que soportemos.Escucho los pasos del hombre acercándose antes de que la hermética puerta se abra, y espero en posición de ataque.En segundos, he destrozado el cuerpo del hombre y de todos los que se encontraban en el lugar sin darle tiempo a reaccionar.Concentro toda mi fuerza en derribar la puerta forjada, uno, dos, tres intentos sin lograr nada.Pienso en Nala en su brillo y en como sentí el calor aumentar en mi ser cuando
Nala “Ahora” Observo como Ónix en un solo movimiento ha girado y ha tirado del brazo de Luminara mientras con su otro brazo torcía el cuello del hombre que la amenazaba. Este gesto inesperado al parecer ha sorprendido y desestabilizado a los hombres de Homero, porque en el mismo momento que Ónix actuaba, Lorenzo y Alondra han dado un giro y han golpeado con una patada en las armas de las personas que los apuntaban y las han tomado y luego con el cacho de estas, han golpeado a los hombres que han caído al suelo. Los deltas reaccionan de igual forma, neutralizando y golpeando a los hombres de Homero. Mientras algunas personas corren despavoridas y otras se enfrentan a los hombres q
— Nala, tienes que parar con esto — Arcas se encuentra a mi lado y me sostiene la mirada con fijeza, quiero acabar con el hombre de la cicatriz, pero algo me lo impide y el hormigueo desaparece.— ¿Qué estás haciendo? Solo eres un niño — Le pregunto a Arcas que sonríe con tristeza y me guiña un ojo.— Protegiéndote de ti misma, mujer impulsiva — ¿Cómo me habla este niño?Concentro mi mirada en las personas que se encuentran a nuestro alrededor.Algunos hombres se encuentran en el suelo, otros están siendo amenazados por los deltas de la manada que están armados, pero una sola cosa es igual en todos: Me observan como si yo fuese un fen&oac
ÓnixNala me distrae, no he podido dejar de observarla mientras intentamos deshacernos de los hombres de Homero, golpeo a uno de ellosy en ese momento todo se queda en silencio, como si alguien con mucho poder hubiese dado la orden.Levanto la mirada y observo a Nala dirigiéndose hacia donde se encuentran Alondra y el hombre de la cicatriz y en segundos ella empieza a brillar, no de la misma manera de anoche, pero con la luz del día continúa siendo bastante perceptible, el hombre de la cicatriz empieza a gritar a y sangrar mientras otras heridas se le dibujan por sí solas en su cara.&
Arcas ha logrado atraer la atención de todos los que nos encontramos en casa de Luciano, el anciano sabio asiente y su gesto me pone en alerta, no puedo ser el alfa de una manada cuando suceden cosas que no controlo, como por ejemplo, el hecho de que Homero reuniera algunos hombres y se aliara con el hombre de la cicatriz y de que Kaya quisiera de nuevo robarme a mi manada. — Mira, niño, en este momento no estamos para bromas de adolescentes incomprendidos— Le dice Luciano con una media sonrisa — Necesitamos soluciones realistas. Estoy de acuerdo con él, pero por algún motivo, lo que el anciano sabio y Arcas dicen tiene sentido. — Espera un momento Luciano, imagino que tienes información privilegiada sobre este supuesto alfa supremo — Le pregunto acercándome a él. <
— Y cuéntame ¿Ella se queda? — Pregunta señalando a Luminara — Porque si es así, no comprendo la estupidez del enlace y toda esa tontería de que soy tu Luna — Me dice cruzándose de brazos.“Estás perdido, hermano”El comentario de Luciano acrecientan mi malestar y mi ira, Nala tiene que comprender que ella es solo mi compañera, yo soy el alfa de la manada y yo tomo las decisiones aquí.“Eso no era lo que decías anoche”Me vuelvo a mirarla al descubrir que ha entrado en mi mente y ha escuchado el último de mis pensami
Si Nala hubiese asesinado al hombre de esa manera delante de toda la manada, sin primero haber logrado que confiaran en ella y la aceptaran como mi luna, no la hubiesen tratado como una hechicera redentora, sino como una bruja peligrosa y malvada.— Quieres decir que ese hombre… — Luciano no termina su frase.— Hubiese muerto frente a todos nosotros y la manada, desangrado por múltiples heridas en su cuerpo — Luciano silva y el anciano sabio me mira.— Nos estás mintiendo, tus poderes no están desapareciendo, logras controlarnos a Nala y a mí, ¿cómo explicas eso? — Le digo con los dientes apretados.— Esos poderes ya los tenía desde pequeño.— ¿En serio?