Luego de una hora dejo el libro en un punto importante, ya me he logrado meter en la trama de este libro, realmente Carlos Fuentes me hace olvidar de donde estoy y por un segundo pensar que voy a ir con mis alumnos y probablemente compartirles de este libro latinoamericano. Dejo el texto con un separador improvisado, de una hoja que me encuentro y voy al cuarto, quiero darme una ducha. Conservo el moño ya que en sí, no sudé mucho y me había lavado el cabello temprano. Dejo la ropa deportiva en el cesto y entro en la ducha, de nuevo dejo la bañera para después.
Termino 5 minutos después, me vuelvo a poner la ropa de la mañana, los jeans y la blusa sin sostén, no la he usado más que 1 hora así que no necesito ensuciar más. Me maquillo y me voy de nuevo al estudio, necesito hacer la bendita carta, pero en sí, ¿qué le digo a Frank que él me crea? Él sabe mi vida
Estoy tratando de no pelear con la silla, de quedarme quieta, pero me es imposible, no puedo, aunque me diga a mí misma que lo necesito. ¿Por qué carajos cometí este tipo de errores tan tontos? Lo de la comida, mi lengua tan habladora y ahora esto, ¿por qué me está costando tanto adaptarme a la manera de ser de Erick si sé perfectamente lo que quiere de mí?Soy consciente de que mis padres nunca me trataron de esta manera, nunca hubo golpes de su parte, sino que hablaron y me dieron un excelente ejemplo, los castigos para mí, eran inimaginables, no eran parte de su educación. Suena raro para la mitad de la gente, pero mi papá hablaba conmigo, a partir de que cumplí 9 o 10 años y me hacía entender que hice cosas que no debía y que eso afectaba a más personas de las que yo pensaba, después, mientras crecí lo que menos deseaba era decepcionarlos, a
Lo miro, asiento y con cuidado hago el esfuerzo de levantarme y de no caerme para evitar que él me toque para ayudarme. Lo hago, no de una manera muy elegante, pero lo hago, primero levantando las piernas y yendo poco a poco arriba, para mantener el equilibrio. Camino detrás de él, como me pide, hasta el estudio, me sostiene la puerta y entro, me quedé unos segundos parada hasta que me indica ir al escritorio. Se acerca y de su pantalón saca una llave pequeñita, supongo que de las esposas, me pide las manos y me desata la mano derecha pero la izquierda no, la esposa libre la atora a la silla en cosa de un segundo. —Para que tomes mis amenazas en serio Nicole, no te vas a ir de aquí hasta que hayas escrito algo decente para Frank. —No me tiene porque atar a la silla. —Yo creo que sí, ya que te di la oportunidad de hacerlo tú sola, ¿y qué hiciste Nicole? Puras tonterías. —Lo siento, no fue mi intención. —Siempre dices lo mismo, parece que haces
—¿Porque te quieres cambiar de casa? ¿Necesitas el dinero? Yo puedo...—No para nada, ni lo pienses, solo que creo que ya no debo de vivir aquí, ya voy a pasar más tiempo fuera de ella y me duele andar por estos pasillos, por este lugar, y en sí no quiero ser egoísta, no quiero quedarme con la casa y que se llene de polvo o termitas. Prefiero que una familia viva aquí y disfrute de este lugar como nosotros lo hacíamos antes de ese accidente.—Suena muy cursi Nicole —él se rie de mí mientras cerrámos cajas—. Pero sé que lo que me dices es la verdad, y te admiro por eso.—¿Ah sí? —le digo sonriendo—Sí, digo, yo vivo solo y me mantengo, pero todavía tengo estándares con mi familia, tú, sola lo haces, sé que tienes conflicto con tus hermanos, pero no dejas de hacer las cosas y te
—¿Puedo pasar? —pregunto tocando a su puerta sin muchas ganas de entrar.—Adelante, Nicole.Respiro hondo antes de entrar, estoy siguiendo sus órdenes y ahí estoy llevando un camisón de seda que me llega a la altura de la rodilla color beige.—Me gusta tu pijama.—Gracias, Señor —digo forzadamente.—Espérame en la cama.Asiento y voy obediente casi temblando, una parte de mi quiere salir corriendo, ¿pero a dónde? Erick me va a encontrar, eso es seguro, mi vida se está convirtiendo en malas decisiones solo por sobrevivir y no sufrir tanto. Aunque eso creo, a este punto de la situación no sé si es solo por no recibir más malos tratos y si el no sufrir tanto es lo que en realidad pasará. Trato de ver a otro punto, a concentrarme, pero mi cuerpo sigue temblando.—Estás muy fría —Eri
Estoy en su cama, con él, después de lo que me ha forzado a hacerle. Me siento peor que nunca. Volteo un poco y me quito el antifaz para comprobar que está dormido. Necesito ver, tomar fuerzas. Tengo insomnio, no sé la hora, no quiero averiguarlo, solo deseo salir corriendo de aquí y no reprimir las ganas de llorar, además Erick ya me está abrazando o mejor dicho me sujetando.Cuando se voltea y tengo la oportunidad no lo dudo, me paro, ya no quiero aguantar más, necesito algo de la poca voluntad que queda dentro de mí.—¿A dónde vas? —dice tomándome del brazo.—Necesitó agua —contesto rápidamente.—No te he dado permiso.—Por favor Erick, no me tardo —digo aguantando las lágrimas que amenazan con salir —él me mira.—Regresa rápido Nicole.Asiento con un intento de
Las pesadillas regresan, yo, atada, amordazada, todo de nuevo, ha sido demasiado real. Despierto de golpe. Sudando.—¿Te pasa algo Nicole?Es lo primero que escucho, Erick está ahí, parado, ya vestido al final de la cama.—Estoy bien, Señor. —digo tratando de respirar normalmente.Él me ve y sonrie un segundo.—Espero sea cierto —Erick se acerca y quita el edredón—. ¿Cómo sigue tu pie?—Creo que bien, no me duele tanto —digo estirándome y cambiando el cabello de lado para dejarlo un poco peinado.—Chequemos.Y sin más toma el pie en sus manos y quita la venda. No lo había visto, está un poco hinchado, no de su tamaño normal, Erick me golpeó más fuerte de lo que yo misma pensé.—Por más que no quiera, te tienes que quedar en cama un rato, no soy
Solté un grito de sorpresa, Erick estaba ahí, con su típica cara de enojo, parado en el umbral de la puerta.—Necesitaba venir al baño, como pudo notarlo.—Me debiste de haber comentado.—Perdón, necesitaba usarlo, vine con sumo cuidado, no apoyé el pie, sé lo que puedo causar.—Bien, ¿terminaste? —asiento y él sale para poder limpiarme, le notifico y sin dudarlo y en dos pasos Erick viene y me toma en sus brazos, no está tan cuidadoso como esta noche, pero sé que su ánimo no ha cambiado del todo. Me deja en la cama e inmediatamente revisa que es lo que estoy haciendo.—¿Charles Dickens? ¿Regresaste a la literatura clásica?—Es lo que hay aquí.—Y si sigues desobedeciendo, habrá cada vez menos.—No lo desobedecí...—Respeto Nicole, no est
Erick me lleva de mejor manera que en las anteriores ocasiones y me toma con delicadeza, está siendo atento, tampoco puedo negarlo, pero al final del día no le hace porque le nazca, esto es solo una actuación por parte de los dos. Al llegar al comedor me coloca con cuidado en la silla, nos desvalanceamos por un segundo y algunas cosas del bolsillo de su saco se caen, como su tarjetero y una pluma fuente, esa la conozco, pero me llamó la atención de inmediato, dado que en esta casa y no pude evitar preguntarme ¿qué documentos podría firmar? Puedo jurar que usa una firma digita, aunque más temprano comentó que salió a trabajar, hablamos un poco de la Universidad y mencionó que gestiona todo desde lejos, pero entonces nuevamente la pregunta regresa, ¿qué firmó? No necesita firmar desde lejos, por supuesto que no, pero entonces, ¿fue a la Universidad? ¿Cómo? &iqu