La paciente 1903, se encontraba ese día bastante relajada, tranquila, era el día de sesión con un nuevo psicólogo, era un hombre que era un total desconocido para ella, un tanto indiferente con ella, solo se limitó a preguntarle acerca de su vida, cuanto tiempo llevaba en San Bernardino y cosas equis para ella, no podía creer lo que percibía en su locura, el hombre no le tenía miedo, sino todo lo contrario, era indiferente hacia ella.
La mujer se le quedo mirando y no emitía palabra, ¿Qué podía decir?; no recordaba su nombre, es más tampoco el día en que llego a ese lu
1903 se encontraba esperando ya a su padre para celebrar su cumpleaños, el hombre llego a la hora acordada, al ver a su hija el hombresonriócon calidez, esta llevaba el vestido quehabíaenviado de regalo para ella, se veía realmente linda. Hola, mi niña- saludo el hombre a su hija- ¿estas pasando un díabonito? -Adrián seacercópara darle un abrazo a la mujer quien hizo una mueca al sentir el abrazo- me encanta poder estar contigo- el hombre era cariñoso con su hija. Era un día caluroso de verano, en el San Bernardino en el área de pacientes permanentes un paciente 1903 se encontraba teniendo una crisis de llanto y de histeria, la pobre mujer se encontraba amarrada con la camisa de fuerza, pero ¿Qué produjo que se diera tal ataque?, eso seresponderáretrocediendounas horas antes. La mujer se encontraba tranquila en su habitación, presentaba un aletargamiento y se mantenía en una solaposicióncomo si fuera un estadocatatónicoproducido por su misma enfermedad; no prestaba atención a lo que le indicaba la enfermera1903- HIERE
Se encontraba muy callada, el silencio era más perturbador que la plática incesante, la madre de trece solo se paseaba por la habitación de la chica;esa era laalucinaciónya que la verdadera madre, la de carne y hueso se encontraba en una cena de beneficencia para el centrooncológico.Era precedido por muchas fundaciones y médicos de todas las especialidades se encontraban en el lugar, era una de las cenas más importantes del año, Abello, el padre de trece, y el Doctor Noriega se encontraban en
Muchas personas se parecen en el mundo, era el pensamiento analítico de Samaniego, Mar y 1903, hasta en el timbre voz cuando ambas se enojaban eran tan similares, pero a la vez tan distintas. No podía creer lo que pensaba, ¿acaso estaba comparando a su novia con una paciente?,y nocualquier paciente, si no esa, la que llevaba por número 1903.Se encontraba en el restaurante solo en esa mesa, con un plato de comida y una copa de vino; el mantel impecablemente blanco la vajilla a moderna con copas de cristal y cubiertos plateados, el restaurante de Mar e
El Doctor Noriega se encontraba platicando con otros de sus compañeros, estaban en lacafeteríadel hospital, los otros médicos se encontraban impresionados por la manera de actuar de la paciente trece, algunos de ellos seguían impresionados por laúltimasesión.Me intrigo mucho, estaúltimasesión fue espectacular,parecíarecordar cosas del pasado, pero igual venían envueltas cosas de fantasía, alucinaciones- ha
Giménez se encontraba en la sala de descanso, se encontraba concentrado en el expediente de 1903, parecía haber visto rasgos de cordura, pero el ataque de esta hacia la enfermera Hilda, había tenido ese ataque, y eran varios parecidos, al parecer era con personas específicas, la DoctoraLanah, la psicólogaGardini, su jefa, la enfermera Hilda, y muchos insultos y presuntos ataques al enfermero Rubén, cada una de esas personas parecían unidas por algo en común, todas en algún momento habían interactuado con la paciente en algún momento, y entre ellos existía una relación. Los cuatro atacados tenían la misma edad, tres de ellos habían asistido juntos a la preparatoria.
El padre de trece se encontraba en una cafetería se encontraba esperando a su amigo Armando Abelló, tenía mucho que hablar con él acerca de su hija, del seguro que tenía planeado para ella, sabía que tenía que dejarla protegida para cuando él ya no se encontrará en este mundo.Se encontraba intranquilo desde hacía unos días que vio a Roberta en esa cena benéfica, la mujer le dejo en claro que se avergonzaba de su hija y de la condición de esta, ya había dado instrucciones a la admi
Manuel Samaniego se encontraba en la cama del hospital, continuaba confundido, en verdad tenía presente el recuerdo de Mariana sangrando de la mano y con el mango de la copa, dispuesta a atacarlo. Mariana se encontraba atendiéndolo de manera solicita y cariñosa, aun no entendía que era lo que había sucedido. ¿En verdad me tenías muy preocupada? - la chica le estaba acomodando el almohada- cuando llegaste al hospital, rápidamente controlaron las convulsiones e hicieron una tomografía- la chica lo cubría con una manta- estuviste inconsciente, bueno te mantuvieron sedado para evitar que sufr