Muchas personas se parecen en el mundo, era el pensamiento analítico de Samaniego, Mar y 1903, hasta en el timbre voz cuando ambas se enojaban eran tan similares, pero a la vez tan distintas. No podía creer lo que pensaba, ¿acaso estaba comparando a su novia con una paciente?, y no cualquier paciente, si no esa, la que llevaba por número 1903.
Se encontraba en el restaurante solo en esa mesa, con un plato de comida y una copa de vino; el mantel impecablemente blanco la vajilla a moderna con copas de cristal y cubiertos plateados, el restaurante de Mar e
El Doctor Noriega se encontraba platicando con otros de sus compañeros, estaban en lacafeteríadel hospital, los otros médicos se encontraban impresionados por la manera de actuar de la paciente trece, algunos de ellos seguían impresionados por laúltimasesión.Me intrigo mucho, estaúltimasesión fue espectacular,parecíarecordar cosas del pasado, pero igual venían envueltas cosas de fantasía, alucinaciones- ha
Giménez se encontraba en la sala de descanso, se encontraba concentrado en el expediente de 1903, parecía haber visto rasgos de cordura, pero el ataque de esta hacia la enfermera Hilda, había tenido ese ataque, y eran varios parecidos, al parecer era con personas específicas, la DoctoraLanah, la psicólogaGardini, su jefa, la enfermera Hilda, y muchos insultos y presuntos ataques al enfermero Rubén, cada una de esas personas parecían unidas por algo en común, todas en algún momento habían interactuado con la paciente en algún momento, y entre ellos existía una relación. Los cuatro atacados tenían la misma edad, tres de ellos habían asistido juntos a la preparatoria.
El padre de trece se encontraba en una cafetería se encontraba esperando a su amigo Armando Abelló, tenía mucho que hablar con él acerca de su hija, del seguro que tenía planeado para ella, sabía que tenía que dejarla protegida para cuando él ya no se encontrará en este mundo.Se encontraba intranquilo desde hacía unos días que vio a Roberta en esa cena benéfica, la mujer le dejo en claro que se avergonzaba de su hija y de la condición de esta, ya había dado instrucciones a la admi
Manuel Samaniego se encontraba en la cama del hospital, continuaba confundido, en verdad tenía presente el recuerdo de Mariana sangrando de la mano y con el mango de la copa, dispuesta a atacarlo. Mariana se encontraba atendiéndolo de manera solicita y cariñosa, aun no entendía que era lo que había sucedido. ¿En verdad me tenías muy preocupada? - la chica le estaba acomodando el almohada- cuando llegaste al hospital, rápidamente controlaron las convulsiones e hicieron una tomografía- la chica lo cubría con una manta- estuviste inconsciente, bueno te mantuvieron sedado para evitar que sufr
Roberta se encontraba en un café en Coyoacán, se encontraba esperando a una persona, a un hombre para ser exactos, este era un hombre vestido de traje, alto y cabello castaño, cuando la mujer vio que este llegó al restaurante lesonrió.Me da gusto que vinieras- hablo Roberta desde el lugar donde se encontraba sentada- ya tenía cerca de diez años que no sabía nada deti, ¿d&oacut
Cuando comenzó esedía jueves, el clima era lluvioso y gris, la Ciudad de México parecía que se encontraba en el diluvio, tenía días que no paraba la lluvia, era como si es el mismísimo Tlaloc estuviera desatando su furia contra la ciudad; atorado en el tráfico se encontraba Samaniego, desesperadopor tenerque regresar a casa o a la que creía que era su casa, comenzaba a tener un miedo irracional por Mar, aunque la chica se comportaba tranquila y dulce con él.
¿Qué haces aquí? -preguntó el traumatólogo al hombre que se encontraba en el umbral de la puerta- pensé que te encontrabas viviendo en Francia-Adrián veía al sujeto. Por favor, necesito hablar con usted, en verdad es urgente, es algo sobre ella, y su madre, Roberta, está ultima me hizo una propuesta, no sé cómo supo que había regresado a México; me contacto, fue un encuentro raro.
Hola, amor – se acercó la chica, llevaba puesto un vestido azul marino, Manuel ayudo a sentarse a Mariana, que lo saludo con un beso en los labios- ¿ya tienes hambre? - pregunto ella con curiosidad; el hombre saludo a la chica con aprensión. No, no tengo hambre aun, pero podemos tomar algo, mientras me da, pero si tú ya tienes hambre, podemos comer- Samaniego hablo con cautela- porqueséque tienes algunas cosas que decirme.&