Capítulo 37Sabrina Schulz El gas se mete por mis fosas nasales haciéndome toser, Adele y Angie corren despavoridos hasta donde estoy, mientras que Elvira sale a esconderse. Un disparo nos saca de nuestro impacto para salir todas de prisa hacia el segundo piso.Erick viene armado hasta los dientes por el pasillo y apenas cruza miradas conmigo, bajo la cabeza al escuchar el intercambio de balas. Los gritos de Angie se hacen presentes, el guardaespaldas baja las escaleras a toda prisa y sin dudarlo empieza a disparar a los mercenarios que ha enviado la bestia alemana, me fijo en las señales de Erick donde nos dice que nos resguarde mis de los impactos, Angie sigue gritando, pero no es hora de volvernos histéricas sino más bien huir de aquí, porque si estos tipos me alcanzan Adler habrá ganado.Su voz sigue siendo la misma de hace tres meses, esa que con cad
Capítulo 38Sabrina Schulz Sonrío como una tonta y estúpida niña enamorada.Los brazos fuertes de Erick aún me mantienen rodeada a pesar de que llevamos más de media hora en la misma posición. Mi cabeza está recostada contra su pecho y de vez en cuando dejo escapar pequeños suspiros. Spencer dice que su padre ya está trabajando en la liberación de mi tío, quiero creerles y de verdad estoy haciendo un gran esfuerzo para mantener mi fe viva en ellos.Adler puede ser vengativo y sanguinario cuando se lo propone, sus dedos desenredan las hebras de mi cabello alborotado, nunca en mi vida me había sentido de esta manera y creo que las células del amor ya andan haciendo estragos dentro de mi cuerpo. Los ojos azules de Erick brillan mucho más el día de hoy que de costumbre.&mdash
Capítulo 39Sabrina Schulz Mi respiración se entre corta.Mi pecho sube y baja por la demanda de Erick, me giro mirando los azulejos para poder apoyar mis manos sobre ellos. Brinco al sentir el tacto del inglés tocar con suavidad y veneración mi intimidad. Mis pies se colocan en cuclillas cuando empiezo a percibir la intromisión de uno de sus dedos en mi entrada.Parpadeo varias veces, trago grueso cuando el aliento caliente del rubio golpea una de mis mejillas. Lo veo de soslayo empezar a quitar las prendas de su cuerpo de una manera lenta y tentadora. Erick me da la oportunidad de apresurar su magnífico cuerpo, ese en el cual me quiero fundir hasta que solo seamos uno solo.Con una de sus piernas separa de par en par las mías, brinco por el escozor que ha dejado en uno de mis glúteos por una palmada que me ha dejado el doble de húme
Capítulo 40Sabrina SchulzMis manos y pies tiemblan.Adler está a pocos metros de donde estoy y al igual que yo no ha hecho nada para moverse. Mi pecho sube y baja porque en realidad estoy aterrada por lo que pueda suceder de ahora en adelante. Le veo limpiar las lágrimas de sus ojos. Han pasado demasiadas semanas desde la última vez que lo vi y siendo sincera ha cambiado demasiado en todo este tiempo.Lo veo susurrar algo que no entiendo, lleva su pie derecho hacia adelante y entro en pánico. De aquí a que quiera gritar para que alguien me ayude, ya Adler me estaría llegando de vuelta a Alemania.Una señora con un niño pequeño pasa delante de mí y solo le ruego al cielo que la bestia no cometa una locura con todas estas personas inocentes en la calle. Da otro paso y yo soy otro hacia atrás—Lieben… Te necesito amor, Sabrina me estoy muriendo sin ti…—suelta entre sollozos—Ven hasta donde tu hombre y te juro que si regresas conmigo no mataré al padre de Adele… —abro los ojos aterrada.
Capítulo 41Sabrina SchulzPositivo…Positivo…Positivo…¡Mierda y más mierda! Me siento sobre la tapa del retrete con la prueba en mis manos, aprieto mis ojos porque no sé si reír o llorar al saber que todo esto es una locura. Estuve seis años cuidándome con anticonceptivos para que no quedar embarazada de Adler y Erick va a ser papá la primera.¿Voy a tener un bebé? ¡Voy a tener un bebé! Empiezo a llorar por el miedo y la frustración que todo esto me conlleva. ¿Y si él no quería ser papá? ¡¿Qué voy a hacer?—¿Sigues allí? —brinco asustado al escuchar la voz insistente de Erick de nuevo—Cariño, creo que no estás bien. Lo mejor es ir a un médico y ver que es lo que realmente e
Capítulo 42Sabrina SchulzSonrío al sentir algo tocar el puente de mi nariz hasta llegar al inicio de mi boca, unas manos enormes recorren la piel de mi cuerpo. Siento como acunan con fuerza uno de mis pechos y gimo.—Meine Frau, wie sehr ich ihr Stöhnen vermisst habe.«Esposa mía, cuanto he extrañado tus gemidos»Me levanto asustada de la cama, Adler esta sonriente al ver que he vuelvo a caer en su red. Sus ojos color avellana me miran con esa aura de posesividad y ahínco como él suele mirarme. Me jala del antebrazo para traerme hacia él y aunque intente mantener mi resistencia y mi fuerza, con la bestia jamás ha funcionado.—Déjame ir…—suelto. Muerdo mi mejilla interna para no llorar, porque sé que, si lo hago, él pensará que ha ganado esta batalla y
Capítulo 43Sabrina SchulzHe escuchado durante toda mi vida cosas tontas, estúpidas e ilógicas, pero esto la supera a todas. Las enfermeras que hace unos segundos me hostigaban, se han ido por donde vinieron solo con una mirada del alemán.Adler tiene el ceño fruncido y la nariz arrugada, me mira con insistencia quizás esperando mi respuesta que en definitiva será un rotundo no. Aprieto los puños de mis manos intentando pensar todo con cabeza fría. La bestia es un hombre que no recibe una negativa como respuesta cuando quiere tanto algo, como según sus palabras y no sus acciones él me quiere a mí. Me siento en una silla plástica dentro de consultorio. La bata quirúrgica que llevo puesta no me cubre como debería del frío y de mi desnudez.—¿Quieres que el bebé viva o no? —me cuesta pasar saliva.—¿Aceptaras el hijo de otro? No entiendo cómo puedes seguir mirándome cuando me sigues matando día tras día ¿Es mentira lo de Nicholas, ¿verdad? ¡¿Serías capaz de matar a mi hijo?!—Nuestro… —
Capítulo 44Nicholas WagnerUn día antes.Parpadeo un par de veces intentando manejar mi respiración de forma adecuada y así no asfixiarme por la falta de oxígeno por la herida que me propinó uno de los hombres de la bestia. Estoy empañado por mi propia sangre. A unos cuantos centímetros puedo ver como ese desgraciado que ha sido la maldición de la mujer que amo, sonríe como si supiera que ha ganado.Intento moverme al ver como ese bastardo de Adler Schulz la droga con algo para así dejarla inconsciente y llevársela lejos de mí. Quiero gritarle que la deje en paz, que ella me ama tanto como yo la amo a ella; pero estoy herido de gravedad.Lo escucho reír y esos deseos de matarlo con mis propias manos se hacen presentes; uno de sus hombres presiona donde me han lastimado y no puedo evitar gritar con un