NARRADOR

Después de una noche maravillosa, los hombres dejaron dormidas a sus mujeres y salieron de la mansión, todos excepto Jackson, quien se quedará a asegurar la seguridad de las mujeres y los niños.

Taddeo, sale con cuidado de la habitación, para no despertar a Grecia, y se dirige a la de sus hijos, le da un beso a cada uno, lo observa un detalle antes de irse y luego sale a reunirse con los demás.

—Jackson, sé que los cuidarás bien a todos, recuerda que la prioridad siempre debe ser Grecia y mis hijos —Taddeo le da la mano a su suegro.

—No te preocupes por nada Taddeo, daré mi vida de ser necesaria por mi hija y mis nietos —responde Jackson y todos se despiden.

Fermín, Taddeo y Vladímir, salieron de la mansión, no sin antes asegurarse de que todos los guardias estén en su lugar.

—Amigo quizás no volvamos —comenta Fermín, mirando la casa en donde deja a la mujer que en poco tiempo le robo el corazón.

—Es muy probable, pero debemos asegurarnos que las personas que amamos sobreviv