LOGAN

Al fin es sábado, después de una larga y amarga semana, al fin puedo despertar a la hora que quiero sin tener que llegar tarde a todos lados. Estiro los brazos, el día es bastante lindo, hay algunos rayos de sol que se cuelan por las cortinas de mi ventana. Es un bonito día y parece que mamá no ha ido a trabajar hoy así que en la mesa ya debe de haber un rico desayuno que espera por mí. Retiro las sábanas de mi cuerpo y brinco fuera de la cama descalza, pues cuando estas en casa puedes hacer lo que se te venga en gana. Paso frente al espejo, pero no me tomo el tiempo de ver como luzco, creo que eso es lo de menos. Hoy estoy bastante contenta como para perder mi tiempo mirándome en el espejo y encontrandome miles y miles de defectos que en su mayoría solo son imaginaciones mías.

Abro la puerta y automáticamente soy guiada por un delicioso olor que proviene de la cocina. Sigo el olor sin importar qué, creo que hoy a parte de feliz, he amanecido con mucha hambre. El olor de la deli