Catalina ronroneo al oler la fragancia de su pareja, escuchó la puerta abrirse y vio los ojos abiertos de Xavier y sus mejillas más rojas que una cereza.

- ¡Dame fuerza Jesús!. - Habló excitado Xavier.

(........)

Xavier estaba excitado.

Estaba teniendo la mejor vista del mundo, ninguna mujer se comparaba a la belleza angelical y a la vez erótica de Catalina, su alfa interno estaba aullando de la emoción al ver a la omega llorando para que la hiciera suya, mientras que su ropa estaba esparciada en su cama formando un improvisado nido en los pocos minutos en lo que se habia ido. Xavier sabia que no era santo y menos que podia estar en celibato porque amaba el sexo, pero no haria la locura de acostarse con alguien no estaba en sus cincos sentidos. Xavier se acercó poco a poco viendo cuidadosamente las expresiones que hacia la omega, Catalina los ojos oscuros, su piel estaba sudando y sus feromonas estaban alteradas, se cubrió la nariz para no aspirar de aquel ar