. ESCENA
V RETORNO A LA ALDEAHabían pasado ya algunos días, mientras nos alejábamos de lo que identifiqué como la Siberia Oriental. Para entonces, seguíamos viajando por mares helados rumbo a la aldea.
Zatara fue un fiel compañero en la travesía por los mares calmados de fin del mundo, donde las aves parecían mudarde nido sin ser temporada por sólo querer estar acurruca das en sus mansas aguas. Una de esas tardes, Saabu mehabló algo preocupado:–Señor Burton, tenemos un problema.
–¿Qué ocurre?
–Ya es de noche y el cielo está muy nublado, lo que me impide ver las estrellas.
–Ya entiendo, ¿no puedes guiarte por las constelaciones como te enseñé?–Sí, ahora ellas me indican hacia dónde está el norte, el
sur, el este, el oeste y al no poder verlas temo que podríamos terminar perdidos, además las provisiones se están agotando.
Su preocupación era muy justificada. Los remotos paisajes me distrajeron y no pude prevenir tESCENA VIENCUENTRO DE DOS ÉPOCASSentía la presencia inminente de mi hija. En el tiempo enque me encontraba, yo podía intuir muy bien que las casualidades no existían y que aquella nave, tan parecida a la queme trajo, estaba aquí con una razón muy específica: encontrarme.–Realmente funcionó, Tristán dijo Eva los temporizadores indican que hemos llegado a tiempos muy salvajes.–Es cierto Charts, hemos logrado cambiar de época–afirmó David.–Tenemos que apagar la nave –le respondió.Afuera los aldeanos se encontraban muy atemorizados, sabiendo que dentro de esa extraña luz llegaban personas de otros mundos, por desconocer el propósito de aquellas visitas. En un momento, la compuerta de la Génesis II se abrió dejando ver a una extraña criatura cuadrúpeda quelanzaba sonidos extraños contra ellos.–Es Tristán –grité con emoción.–¿Tristán? –preguntó Saabu, quien no tenía idea de lo que era aquel ser.–¿Qué es
SEGUNDA PARTEESCENAIREGRESIONESMi nombre es Burton Miller. Nací en una ciudad cuyo nombre no revelaré,ya que no tengo la certeza si realmente fue ahí donde comenzó todo. Tengosueños que aparentemente son recuerdos; quizá fui un gran científico queinventó una nave llamada Génesis para viajar en el tiempo. Como resultadofui cuentista en otra época y mis historias encantaban a muchos sin saber queeran mis propios recuerdos. Tal vez tuve muchos nombres, entre los que están“Fortunato”, un hombre que se convertía en lobo; “Benedicto Bendón”, quefinalmente terminó siendo un monstruo, pero en un momento de lucidezdecidió lanzarse a un volcán encendido. Quizá fui un príncipe y muchas cosasmás que no creo correcto contar.Esta mañana mientras alimentaba a mis animales, pajarracos negros a los que llamábamos por estos lugares“
ESCENAIIEL ESCLAVOAlrededor de la medianoche cerré la puerta con llave y medispuse a dormir una siesta, ya que me esperaba un día dearduo trabajo. De pronto las ventanas de mi habitación seiluminaron y un fuerte rugido en el cielo sacudió los vitrales; no podía ser una tormenta eléctrica ya que no era temporada, pero decidí no prestar atención y en medio deruidosos truenos y destellantes relámpagos intenté dormir, mirando fijamente el techo de mi dormitorio y tratan do de no distraerme con nada para que mi mente se pongaen blanco, tal como me enseñó una bella chica con la quecompartí mi período en la universidad. Logré quedarmedormido por unos minutos, hasta que el resonar de lostruenos me desconcentró nuevamente. Desperté de golpey noté que grandes olas venían hacia mí. Las regresioneshabían vuelto y ahora me encontraba en alta mar en
ESCENAIIILICANTROPÍAEsta vez desperté dentro de una cueva obscura. Fuera deella, no muy lejos, muchos aldeanos me buscaban paramatarme. Mis recuerdos de ese entonces no me permitíansaber el porqué, lo único que recordaba era que mi nombrerespondía al de Fortunato, y fui fusionado con un lobogracias al dios creador.Sin embargo, los recuerdos de otras vidas estaban frescos en mi mente. Y sabía que míticamente, la licantropía eraun estado sobrenatural y lograba que las personas puedantransformarse en lobos. El hombre lobo, también conocidocomo licántropo, era una criatura legendaria presente enmuchas culturas del mundo. Algunos creen que éste es el másuniversal de todos los mitos y hasta en nuestros días, muchagente cree en la existencia de estos seres. Al tanto de esto, medi cuenta que todas las caracterís
ESCENAIVEL NIGROMANTEDesperté esta vez en mitad del campo, donde no había másque tranquilidad por ese entonces. Era un domingo por lamañana, casi el mediodía, cuando un fuerte golpe se escuchó en la puerta de madera. Por la intensidad de los bastonazos inmediatamente intuí que se trataba de una emergencia, por lo que acudí al llamado rápidamente. Al abrir la puerta, me encontré con un hombre de aspecto muy antiguo, aproximadamente unos setenta años de edad, parecido a un nigromante al que recordaba cuando en una de misregresiones viví en el África.–Dígame, ¿qué sucede? –pregunté.El hombre tenía toda la apariencia de un médico brujo,quizá con conocimientos de magia negra. Sin decir una solapalabra, se dirigió hacia la chimenea de la casa y cogió conmucho cuidado los restos de aquel librito que días anteshabía tirado al fuego. Su aspecto era desordenad
ESCENAVLA PIEDRA EN EL ESTANQUEUna luz blanca inundaba toda mi visión y al terminar dedifuminarse, me vi junto a diversas clases de planos que seesparcían por toda la habitación junto a una serie de apuntes sobre fórmulas y esquemas.Entre ellos, se describía lateoría del agujero de gusano la cual era el atajo a través delespacio y el tiempo del que hablaba Einstein. De improviso, me adapté a la situación rápidamente y supe de qué setrataba: El archivo titulado “Buscando el origen” estabaentre un cúmulo de libros y cajas. Al leerlo, pude compro bar que me encontraba creando la nave.Tenía presente todo lo sucedido antes de despertar eneste lugar nuevamente, pese a la duda de que todo haya sidoun sueño raro desde el comienzo. ¿Cómo estar seguro deque no estoy loco? Tenía la certeza de haber estado enmuchas otras vidas, como
TERCERA PARTEESCENAILA CARRERAHoy desperté a orillas de un lago muy hermoso, en mitad deun valle lejano, y junto a mí una bella joven con cabellosrizados descansaba plácidamente. Eran alrededor de lasseis de la mañana y el poderoso sol nos llenaba de calor yenergía con sus destellos de luz que reflejaban la belleza dellugar en las aguas. Apenas podía ponerme de pie, por lo quedecidí sumergirme en el lago y refrescarme para detener unpoco el dolor de cabeza que me aquejaba. Poco a pococomencé a recordar lo que una semana atrás me había ocurrido: era un día festivo en aquel acogedor pueblito. Habíamúsica alegre y coloridos cartelones que decían“BIENVENIDOS A NUESTRA MARATÓNETÍLICA”, la cual hacía referencia a una borrachera generalizada y no a un deporte específico.Yo era uno de losparticipa
ESCENAIIEL REENCUENTRODe pronto, algo inusual en esa vida me ocurrió. Volví a per der la conciencia y desperté en otra vida, tal como me habíasucedido en otras ocasiones. Esta vez me encontré con unfrío y húmedo clima de invierno. El viejo coche que metransportaba botaba humo negro y las piezas del motor pare cían querer salirse de su lugar.Las bocinas de los automóvilessonaban por todas partes, y el cartel que decía: Prohibidohacer ruido, parecía no importarle a nadie. El bullicio ensordecedor de la muchedumbre no me dejaba ni pensar y eldolor que mi pobre cabeza sufría se tornaba insoportable.Yo no estaba muy consciente de aquella realidad, y minovia, en aquel entonces, una bellísima mujer de 24 años deedad, había terminado su profesión hacía poco tiempo, yfue muy difícil la decisión, pero viajó fuera del país paras