Capítulo 245
Ella lo pensó un momento y preguntó: —Después de un mes, ¿ya no impedirás que mi padre salga?

Andrés asintió, con una mirada oscura.

Julia no tuvo más remedio que aceptar. Estaba en una situación difícil: tenía que lidiar tanto con Pilar como con Andrés para que su padre pudiera salir sin problemas. Así que aceptó: —Es un trato.

Andrés la miró y repitió:

—Ahora, compláceme.

Julia se sonrojó.

—No sé cómo.

—¿Anoche no sabías muy bien?—dijo él. No importaba cuánto la apartara, ella siempre volvía.

—Anoche me atreví porque estaba desesperada.— Julia se sentía incómoda. —Ahora no puedo.

Pasado ese momento, ya no tenía el valor.

—Atrévete una vez más, a ver.

Julia, nerviosa y sonrojada, intentó apartar su mano, pero él le ordenó:

—No te resistas.

Ella se quedó quieta, sentada en su regazo, bajando la cabeza confundida. Parecía un conejito asustado. Andrés de repente sintió el deseo de dominarla. Antes, cuando se acercaba a ella, ¿cuándo había sido tan dócil? Siempre era como si le costara la
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