Xander Cohen
Levanto la mira y observo a mi luna la cual camina de un lado a otro como león enjaulado, cosa que me pone bastante nervioso porque cuando una mujer dice ‘‘Tenemos que hablar’’ es porque nada bueno puede salir de esa conversación y siempre el más perjudicado es el hombre.
—Vamos princesa solo dilo, —la animo a hablar tratando de no entrar en sus pensamientos, pero después de marcarla me es inevitable poder dejar de escucharlos y a un no sé si ella lee los míos.
—¿Me puedes explicar eso de que los hombres lobos entrando en celos?—Interroga a lo que relajo mis facciones, pero luego frunzo el ceño.
—¿Quién...? Mi madre, —murmuro soltando un suspiro, para luego pasar mi mano por mi rostro. —Toma asiento, —pido por qué sé que esta charla será larga y no tengo idea de que
Camila Albora Xander se viste en la otra habitación por órdenes mía mientras me visto en la nuestra o más de mi propiedad que de él, ya que desde que se fue del país comencé a utilizar su aposento, ya que su olor estaba por todos lados. Ahora me estoy preparando para ir a la cita que me propuso cuando fui a su oficina. Tomó un vestido largo azul celeste, sencillo de tiros, Xander me dijo que no utilizará nada elegante y por eso decidí ir con este, ya es sencillo. También me encargué de colocarme una lencería blanca por si llega suceder algo entre nosotros. Estoy lista para hacer el amor con Xander desde hace mucho tiempo y el que no se está preparado es él y todavía es algo que no entiendo. Tengo días que me pregunto si será que no me encuentra atractiva o tal vez no soy lo que esperaba. Según Valeria las parejas destinada son la mitad del otro y para mi Xander es el hombre correcto, ya que es inteligente, guapo, trabajador, responsable y sob
Camila Albora Tomó la camiseta que tenía Xander puesta y me la colocó, observo en la mesa de noche donde descansa el libro que le quite al cazador, me acerco a este, lo abro encontrando todas sus páginas en blanco, me sorprende y a la vez me parece extraño. —¿Qué clase de libro es este?—Cuestiono en un murmullo para luego cerrarlo y de esa manera poder mirar la tapa de este, pero nada interesante en ella. Solo es una simple tapa de cuero, suspiro y lo coloco en la mesa de nuevo haciendo nota mental de que mañana buscaré información sobre este. Observo la puerta del baño y frunzo el ceño al solo escuchar el agua de la ducha caer desde hace rato, Xander no es de los hombres que duran mucho tiempo duchándose. La curiosidad es muy grande por lo que salgo de la cama y oculto mi olor. Esto provoca que mis ojos cambien a uno más miel demostrando que soy una cazadora y como tal camino de manera sigilosa hasta entrar al baño donde puedo observ
Camila Albora Despierto sintiendo un pequeño dolor en mi entrepierna el cual me provoca que suelte un pequeño jadeo por la molestia. Despacio abro mis ojos, pero lo vuelvo a cerrar porque la luz que se filtra por el ventanal pega de lleno en mis retinas «¿Quién dejo la ventana abierta?» interrogo en mi mente. Nuevamente los abro hasta acostumbrarme a la luz que entra por ella, observo como Xander me mira desde un pequeño sofá que tiene en su habitación, sus ojos están rojos, con cuidado me siento en la cama y cubro mis pechos con la colcha para mirarlo sin entender que sucede. —Xander, ¿Qué pasa?—cuestiono muy preocupada porque este me observa con sus ojos rojos y puedo sentir a través de nuestra conexión su enojo y dolor por lo que no comprendo nada «¿Por qué se siente de esa manera?» pienso. —Lobito, por favor dime que pasa, me estás preocupando, —añado mientras miro su rostro inexpresivo. —¿No te das cuenta de que te lastime Camila
Omnisciente Después del encuentro sexual que tuvo el alfa rey con su luna decidieron tomar un baño junto en donde volvieron a demostrarse el amor profundo que siente el uno por el otro, Xander decidió ir a su empresa mientras que Camila se pasea por la manada. —No puedo creer que el perro pulgoso siga con vida, —susurra un vampiro mirando a Xander salir de su vehículo e ingresar a la empresa siendo escoltado por Carlos y otros guardias de la realeza. El vampiro como toda serpiente decidió ir a derramar su veneno contra el superior de los cazadores. (...) —¡No pudo creer que el inútil ese fallo!—Grita levantando su escritor para lanzarlo al otro lado de su oficina. El vampiro solo observa todo con aburrimiento porque este solo busca venganza por la muerte de su hermano. —Si ya terminaste de hacer tu rabieta, —murmura observando como el cazador lo mira con odio y asco. —Mi informante me dijo que ese chucho ya encontró a
Camila Albora —No... Puedo... más, —jadeo sintiendo como Xander me embiste una y otra vez. —Solo... un... poco... más, —gruñe para estimular mi clítoris provocando que me tense a su alrededor, Xander ruge y se corre dentro de mí llevándome con él al orgasmo. Dejo caer mi pecho contra la cama siento mis piernas temblar, Xander sale despacio de mi interior y se acuesta a mi lado para atraerme a su torso. Nuestros cuerpos están bañados en sudor, me quejo cuando los rayos del sol comienzan a pegar en mi cara y escondo mi rostro. Escucho la risa de este, lo muerdo y se detiene. »Luna, mía, —ronronea acariciando mi espalda. Tal y como dijo anoche, no te dejaré dormir hasta el amanecer y joder, sí que cumplió su promesa más cuando dije que fui donde la médica Eva para poder planificarme o como dice este «ponerme los tratamientos antis bebés» La idea le agrado, porque según este estamos jóvenes y que quiere tenerme sol
Omnisciente Una semana ha pasado desde que Xander y Camila se muestran cada día cuanto se aman en su habitación y de vez en cuando en su oficina mientras el alfa y la luna son ignorante a todo lo que planea el superior de los cazadores quien está decidido a cumplir su promesa de hacer correr la sangre del príncipe y destruir lo que más ama, su luna. El vampiro es como una serpiente, le envenena la mente cada día llevándole información de aquella traidora que está infiltrada en la manada del alfa rey. Una mujer despechada y llena de odio, ya que el amor de su vida, no quiere estar a su lado, por lo que el chupasangre susurra a su oído que eliminando a la luna conseguirá lo que quiere y esta de tonta le cree todas sus mentiras. Lo que nadie sabe es que aquel vampiro solo quiere una cosa, la muerte del príncipe alfa y que su plan está saliendo, tal y como lo ha planeado durante todos esos años. (...) —Camila, sabes que no quiero
Omnisciente Ya ha pasado un día y siete horas desde que Camila fue secuestrada por los cazadores y en los que Xander ha destrozado la oficina en la mansión al igual que su habitación, se siente lleno de impotencia por no poder encontrarla. —No puedo creer que aún no tengamos rastro de mi luna, —gruñe el alfa estampado su puño contra un árbol en el bosque. Hace rato estuvieron siguiendo un rastro que dejo el vampiro solo para enojar más al lobo y que este pierda el control, ese es el mayor deseo del chupa sangre. —Esto está cada vez más raro, —murmura el beta mientras observa como los rastreadores buscan por cada lugar del extenso bosque. —Creo que están jugando con nosotros, —añade mirando el suelo con su ceño fruncido, pensado que es lo que quieren lograr con todo esto. Por otro lado, Camila está tratando de romper sus ataduras, pero no puede, ya no tiene fuerzas para hacer tal cosa y parece que estas fueron creadas para retener cua
Omnisciente Niko y Camila salen rápido del sótano escuchando el tumulto de algunos cazadores fuera de la cabaña, cuando salen Camila contiene un grito al ver a Xander de rodilla en el suelo con su ropa desgarrada y un pequeño hilo de sangre saliendo de su frente. —¡Déjenlo!—Grita Camila llamando la atención de Maximiliano o mejor dicho Tomás que tiene una pistola cargada con bala de plata en la frente de Xander dispuesto a acabar con vida y al fin cobrar venganza. —Tomás, tu hija no está muerta, —anuncia, Niko mirándolo a su hermano a los ojos mientras que este lo mira con el ceño fruncido. —Esta joven es Camila, tu hija, —añade mirándolo con una sonrisa. Tomás deja de apuntar a Xander y luego llevar su mira al vampiro que rápido toma a Camila como escudo mientras que coloca una daga en el cuello de esta. —¡No! ¡Maldición! —Grita furioso. —El plan no tenía que salir de esa manera, —suelta fuera de sí, con sus colmillos present