¡Hola a todos! <3 Ya sabéis que os quiero un montón y ahora que estamos cerca del final del libro, me gustaría haceros una pregunta: ¿cuáles son vuestros personajes favoritos y por qué? Siento mucha curiosidad por saberlo. A mi me gusta mucho Jake (¡es tan adorable!), Susan (ojalá hubiera mas madres como ella), Yo (me encanta que las cosas tan básicas y sencillas para ella sean algo tan grande... me hace pensar en todas las pequeñas cosas que tenemos en nuestro día a día, que nos hacen felices y que no le damos la importancia que deberíamos)... y algún personaje mas, como Alfred (ha cambiado mucho), Mar y Sahira (que a pesar de sus inseguridades, son increíbles). Hay mas pero me quedo sin espacio para escribir :( ¡Os adoro! Me encantará leer vuestras respuestas. ¡Sois los mejores del mundo! :D
Las brujas habían sido bastante inteligentes y nos atacaban desde el aire aprovechando que no podíamos volar. Por suerte para nosotros, habíamos entrenado y nos habíamos traído armas a distancia por lo que no estábamos indefensos: Emily y sus trabajadores (decir aprendices se me hacía corto, ya que eran muy buenos aunque no llegasen al nivel de Emily) lo habían hecho muy bien y Mar había sido muy buena estratega al incluir en los entrenamientos obligatorios el uso con armas a distancia. Los hechizos de las armas a distancia funcionaban y veíamos caer con mucha facilidad a las brujas. Los demonios eran diferentes: sus cuerpos tenían una especie de coraza (que yo creía que era un exoesqueleto como el de las cucarachas, pero mucho mas flexible y mezclado con sus nervios y tendones) que los protegía de la mayor parte de los ataques. "A Jake no debió resultarle nada fácil terminar con aquel demonio." — le dije a mi lobo mientras lanzaba un dardo envenenado a una bruja haciéndola caer. Un l
Esquivé a todas las sombras excepto a Cero Tres, que me agarró del brazo e hizo tangible sus uñas, haciéndome sangrar. —¿Lo vesss, Yo? No puedesss ganar. — me dijo con una sonrisa triste — Acccepta nuessstro dessstino. Me esforcé en cubrir la herida con magia negra: la sangre era peligrosa cuando tu rival podía usar su magia, y con seis sombras a la vez, no iba a ser sencillo. Durante unos minutos, noté cómo mi fuerza mágica disminuía mientras me aseguraba de mantener mi sangre dentro de mi cuerpo a la vez que realizaba la curación. Ninguno nos movimos por la gran concentración que necesitábamos. Finalmente, logré cerrar la herida. — ¿Cómo lo hasss hecho? — preguntó Cero Dos, sorprendido — Éramosss ssseisss... no esss posssible... — ¿Desssde cuándo eresss tan fffuerte, Yo? — preguntó Cero Cinco. — Mi manada me da de comer tresss vecccesss al día, o másss, sssi quiero. — Nadie daría tanta comida a unasss sssombrasss. — dijo Cero Siete. — Allí lo hacccen. Y comida buena y rica.
— Estoy aquí, Rose. — dije saliendo detrás del árbol en el que me escondía y dirigiéndome hacia el lugar de donde provenía la voz de la bruja. Jake y Ana me siguieron. Como precaución, activé mi barrera antimagia en la piel e hice bien, porque un rayo negro impactó en mi brazo, deshaciéndose. Gracias a eso, pude localizar, a bastante distancia, una cabellera rubia escondida detrás de un árbol. Sonreí. — ¿¡YA HAS ACTIVADO ESA M****A!? — me gritó — ERES TAN INÚTIL QUE NO SABES LUCHAR SIN ESO. — ¿Yo soy la inútil? — dije riéndome — ¿Quién es la que ha lanzado un hechizo a traición? Ni siquiera te atreves a enfrentarte a mi en un uno contra uno y tienes que recurrir a trucos baratos para intentar matarme. — ¿¡Qué no me atrevo!? — dijo Rose riéndose — perdí la cuenta de todas las veces que te destrocé en cada paliza que recibiste, año tras año. Esta vez fue mi turno de reírme. — Sólo lo hiciste porque tenía miedo de mi propia fuerza y de mi loba, y no me defendía. Aunque todo ca
Un rayo de luz oscura se dirigió hacia donde estaba y tuve que dar un salto hacia atrás. Isa no podía ayudarnos, ya que Laida estaba demostrando que podía encargarse de varias personas a la vez usando la magia."Espero que pronto vengan los refuerzos" — les dije por un enlace mental."Esperemos." — dijo Alfred — "Mientras, yo vigilaré tu espalda""Como quieras, pero ten cuidado."Otro rayo aterrizó cerca de mi y lo esquivé por muy poco."Tienes que cambiar de estrategia" — me dijo mi lobo.— ¿Y si nos das un pequeño respiro? — le dije a la bruja y enarcó una ceja con escepticismo.— ¿Para que podáis matarme mejor? Sé perfectamente a lo que habéis venido.— Ya bueno, no es difícil saberlo. Matasteis a los padres de Mar dos veces e intentasteis matar al Rey. Te creía mas inteligente, bruja.Ella se rió.— ¡Ah! ¿Venís sólo por eso? Y yo que pensaba que también meterías el exterminio de SunLight. — Bueno, os resultó bastante fácil matar dos manadas. Lo único... ¡ah, si! Se os escapó una n
El humo se despejó pero ya sabía que mi ataque no había dado en el blanco. Lúnula también lo notó porque se impulsó en la barrera que hizo Rose para retroceder. — ¡PERRA! ¡No me ganarás en el aire! — gritó y se lanzó hacia mi. Lúnula viró en el aire y mientras la esquivaba aprovechó a darle una coz que la envió lejos sujetándose el estómago. "Bien hecho" — le felicité. "Vamos a por ella, está distraída" — me dijo Lúnula. Sin embargo, no llegué a responderle porque noté como una conexión fuerte desaparecía. "¿'QUÉ!? ¡NO! ¡ALFRED! ¿¡QUÉ HA PASADO CON ALFRED!?" — grité por el canal general. Intenté hablar con Esteban, pero su mente se había vuelto algo extraña... y sentí, a través del enlace mental, un dolor y un ansia asesina tan grande que me dejó sin respiración durante un segundo. "Tenemos que ayudarlos." — me dijo Sahira apenada. "Sí. Finalicemos la batalla." — le dije. "¡ESTRELLA!" — escuché gritar a Jake por el canal general, completamente histérico — "¡MI HIJA! ¿¡CÓ
— Elisssa, hemosss encontrado una ffforma de esssparcccir un líquido, pero no esss muy buena. — le dije acercándome a la puerta en la que se había escondido. — ¿Y cuál es, Yo? — me preguntó un poco después. — Hemosss encontrado una essspecccie de assspersssor, con un rango muy amplio, pero ninguna ffforma de usssarlo. Asssí que hemosss practicado y hemosss conssseguido hacccer una essspecccie de alasss que nosss permiten volar con un poco de magia negra, pero essstaremosss indefffensssosss en el aire y no podrasss ayudarnosss... ahora nosss vendría muy bien tener alguna de lasss brujasss de la manada. — Y... ¿sabéis el tiempo que podéis volar? — preguntó con preocupación. — No. Ni sssabemosss dirigirlo bien. Nunca hemosss volado. Puede sssalir muy mal. — Si os caéis... ¿podéis...? — ¿Morir? Sssí. Sssomosss sssombrasss, pero debemosss hacernosss tangentesss para volar y podemosss morir de una caída. — ¿No hay otra forma? — preguntó varios segundos después. — No hemosss enco
Me separé de Esteban al de un rato. "Aquellos que no podáis luchar por favor, poned en una pila los caídos. Los que estáis heridos, id al grupo de Julián para que os revisen. Los demás, terminad de matar a los demonios y las brujas." — ordené y me dirigí hacia mi grupo de batalla para ver el resultado: había muchos cuerpos tirados en el suelo, claramente sin vida. "Hemos perdido aproximadamente la mitad de las conexiones que teníamos antes de la batalla." — me dijo Sahira, apenada. "Lo sé... son muchos muertos. Hemos ganado, pero hemos pagado un precio muy alto." Me dirigí hacia el primer cuerpo que me encontré y le di la vuelta: tenía un agujero en el pecho, donde debía estar su corazón. Su rostro tenía una expresión de sorpresa. "Al menos no sufrió." — le dije a Sahira, llevando el cuerpo hacia el lugar indicado. Varios lobos de la manada unieron sus esfuerzos y poco a poco, la pila de fallecidos fue haciéndose más y mas grande. "Mi Reina, hemos encontrado al Alfa Alfre
Mis recuerdos comenzaban en un tubo de laboratorio. La oscuridad era densa y un olor extraño llegaba hasta mi nariz. Intenté respirar y toda aquella oscuridad se metió en mi interior. Quise gritar de dolor pero aquello fue peor y sentí como aquello se introducía en mi ser. ¿Por qué me estaba pasando todo esto? Antes de terminar aquí, yo era... era un... no me acordaba. ¿Qué era en realidad? — Se ha despertado antes de tiempo. — escuché decir a una voz lejana, bastante distorsionada. Aquella voz me resultaba familiar y dolorosa, pero no sabía el motivo. Un momento, ¿qué era algo familiar? ¿Por qué conocía esa palabra? Aquello tan sólo estaba aumentando el dolor, esta vez en la cabeza. — Vuelve a dormirlo. Necesitamos que esté inconsciente. — añadió una voz femenina que por algún motivo desconocido, odiaba. — De acuerdo. Aunque parece que aún tiene sentimientos... — escuché decir a la primera voz con un tono divertido. Una luz rojiza me rodeó y perdí la consciencia. *** Ruido.