-Dame un permiso, George -dice Ariana mientras coge su teléfono.
-Hola Daniela, ¿Qué se te ofrece?
-Pues la detective Fernanda Rivas está acá con nosotras y queremos que usted venga por favor. Es por lo del caso Sophia.
-¿Saben algo? -Pregunta ansiosa.
-Venga y acá la esperamos -dice cerrando la llamada.
Fin llamada.
-Hola mamá, ¿Cómo te fue hoy? -Pregunta Cristina entrando a la oficina con una manzana en manos.
-Muy bien hija, excelente diría yo. Mañana mis chicas modelarán en un certamen en Canadá -dice muy felíz.
-Que bueno madre, me alegro. Me imagino que te verás con mi padre.
-Si hija, ya hemos hablado. Te quedarás en casa y debes de respetar a José. Nada de salida ni visitas, ya he hablado con tu novio -dice hojeando un catálogo.
-Pero mamá... Se queja Cristina.
El presidente está en el balcón de su habitación y Juana entra y le entrega una taza de té. Sale y la señora Roccio entra a paso lentos pasando por el lado de Juana.—No puedo creer que estés tan tranquilo —dice con enojo.—¿Qué quieres que haga? —Dice girándose hacia ella —¿Que llore? ¿O quieres que me deje debilitar y derrumbar? —Pregunta esperando una respuesta mientras la mira de arriba abajo.—Tu tranquilidad te delata, tienes algo que ver —dice con el ceño fruncido.—Déjame en paz —grita tirando la taza al piso. Pasa por su lado y le dice al oído: —Date mantenimiento, mira tu cara, tu cabello y tú vestuario. Pareces una indigente.La señora Roccio se mira de arriba hacia abajo y se acerca al espejo. Se observa y mira con rechazo lo que ve en el espejo. Sus ojeras están más oscuras y está delgada. Observa el espejo con los ojos cristalizados. Lo rompe con el puño hiriendo su mano der
—Señora... ¿Pero que le pasó? —pregunta Juana viendo su mano sangrando.—Un golpe a mi razón —dice dándose la vuelta.—Venga. Esa mano hay que curársela —dice yendo al baño por el botiquín.—¡Gracias! —dice cabizbaja. —¿Me ves abandona y fea? —pregunta la señora.—La veo hermosa a pesar de todo lo que está pasando. No es para menos que se vea un pcoo descuidada, yo estaría peor en su situación. Se que le duele lo de su hija y su apariencia es lo que menos le preocupa a usted y la admiro.—Gracias —dice dejando escapar una lágrima.[...]—¡Estoy aquí! —dice la señora Elena despertándose de un espanto. -Continúo; me quedé en... Evelyn Rojas... Valerie Castillo, Michel Olmedo, Daniela Morales, Juliana Marcela Ortega, Archely Rocha, Imelda Garcia, Allison Alvan, Carolina de la Mancha, Mirna Guerrero, Mariángel Gregori, Sizza Saint, Juliana Suarez, Shirly Guicha
El presidente sigue en su despacho haciendo trazos en un papel en blanco y tomando su whisky.—Señorita Ana, necesito que nos veamos. Pasaré por usted en media hora —dice el señor presidente a su secretaria.—Está bien señor —contesta casi saltando de la alegría.Fin de llamada—¿Que rayos me voy a poner? —se pregunta Ana así misma.Encontró un hermoso vestido, un elegante collar y unos zapatos súper cómodos.—¡Ya estoy lista! —dice levantando las manos.[...]—¡Auxilio! Alguien que me ayude —grita Sophia.—Nadie te va a escuchar perra —dice Robert mientras abusa de ella y la golpea.—Muévetecerdo asqueroso —dice llorando.Robert lame su cuerpo de una forma muy asquerosa e irritante.Sophia aprieta sus ojos fuertes para no verle la cara, le duele lo ru
—Berenice Perales, Marisol Tejas, Karen de Vas, Marianella Ferreyra, Stefany Perez, Cecy Jiménez, Estefania Ferreyra,—Buenas Noches mamá. Ya me iré a dormir —dice Cristina.—Está bien amor, yo casi me voy, también. Oye, tu prima Lariza vendrá conmigo de Canadá.—Perfecto mami —dice y le da un beso en la frente.Cristina se dió por vencida, discutir con ella es caso perdido.[...]—¿Que pensabas hacer Lucía? —pregunta su madre exasperada luego de encontrarla con una gillette en su muñeca.—Voy a buscar a mi mejor amiga —dice con el va y ven de su cabeza.—Estuviste tomando alcohol, Lucía —dice la mamá muy enojada.—Un poquitito —dice con los manos abierta en señal de que mucho.—Vas a dormir conmigo y mañana temprano iremos al psicólogo.—Es lo único que sabes decir,
-¿Pero quién te violó? -regunta confundido.-No se. no se -dice limpiando su cuerpo, como puede, porque tiene las manos atadas.Jared se levanta del suelo y llama a uno de los encargados de la chica.-¡Robert! -grita a todo pulmón.-Dígame mi señor -dice entrando casi corriendo.-Podría decirle a la chica que se calle?Robert va y le grita a la chica:-¡Callate perra!.La chica se altera y empieza a gritar:- Él, él -dice alterada.Jared saca su pistola.-Eres un hijo de perra -le da un balazo justo en sus bolas.Robert se sostiene su entre piernas y cae arrodillado e intenta sacar su pistola, pero Jared le da un balazo en el pecho y éste cae muerto.Sophia está muy alterada llorando, no sabe que hacer ni a donde mirar, pues tiene al muerto muy cerca de ella y las mano
Al Día siguiente...—Buenos días malagradecida —dice Jared a Sophia que está tirada en el piso de espalda, con las manos atacas y la cara oculta.Sophia no se mueve ni dice nada.Jared se acerca y la mueve, pero no reacciona.—Niña, niña, niña —dice meciéndola.Al ver que no reacciona busca un botiquín que hay encima de la mesa, la voltea, se quita la capucha y gafas y trata de despertarla mientras la mueve.—Deja el maldito juego —dice enojado.La coloca en sus brazos, le desata las manos y le quita la bolsa del rostro.La mira y ve que está sangrando de la boca y la nariz. Abre el botiquín saca alcohol y algodón y la pone a oler un poco.—¿Qué me harás? —Dice aún con los ojos cerrados—Curar tus heridas —dice poniendo alcohol sobre el algodón.[...]
Jared no la mira y tampoco escucha su pregunta.Luego de unos segundos que va a pasar más alcohol en el rostro de la chica, ella está muy concentrada mirándolo y sus miradas se cruzar.Sophia sintió una descarga por todo su cuerpo a ver esos ojos tan hermoso un azul claro en una cara tan linda y a la vez gruñona.Jared no dejaba de mirarla y de repente se levantó y la dejó en el piso.Se alejó hasta la mesa y cogió la pistola.—¿Me vas a matar? —dice nerviosa y asustada.—Por supuesto. Ya me viste la cara —dice sobando el arma.—Que imbécil eres. Tu te quitaste la mierda esa de la cara. No te pedí que me curaras —dice a gritos.—Que mala agradecida eres —dice acercándose a ella.Jared colocó la pistola en la cabeza de Sophia. Ambos respiran agitados. Sophia siente los nervios y el miedo recorrer cada parte de su cuerpo.
—¿Crees que hoy me puedas dejar en paz? —pregunta Cristina a su guardaespaldas.—Yo a usted no la molesto —dice sin mover la mirada de su teléfono.—Imbécil.—Gracias —dice mirándola con picardía.[...]—Hoy es el día. El día en que el imbécil de John Williams me la pague por haberme rechazado —dice Milangelis mientras toma de su copa.—Entendido mi señorita. Pero; ¿Que le haremos a señor Williams?.—Escucharme bien Bernardo. Préstame mucha atención. Irás a Crystal Lodge Hotel, y allí pondrás unos explosivos. Enciendo modelos, visitantes y hasta reporteros... Los matas a todos. Y descuide Bernardo, su millón y medio está en su cuenta.—Está bien mi señorita, estoy a sus órdenes —dice levantándose de su asiento.Llam