—Hija, estás desde ayer sin levantarte, tienes que ir a la universidad, alimentarte y respirar aire fresco —dice la señora Elena Castro.
Cristina la ha estado pasando mal, aún no se cree que su amiga haya sido asesinada, le duele no haber pasado más tiempo con ella.
—Mami, sabes muy bien que iba a la universidad por Sophia, no quiero comer y ¿cómo crees que voy a respirar aire fresco al saber que el alma de mi mejor amiga está en el aire? Se merecía al menos una buena sepultura —hace una pausa y observa el cuadro que Sophia le regaló hace 3 años —.Estaré bien, así que puedes irte tranquila —dice dándole la espalda.
—Hija vamos, ven
—Desnúdate y acércate —dice Jared colocando la toalla en su hombro.-¡Cochino! —Grita Sophia. —Ni creas que me vas a poner un dedo encima.—¿Y cómo diablos te vas a bañar, cochina?—Quitame ésta mierda de la cara y desata mis manos —dice mirando al otro lado.—No. Yo te voy a bañar y punto. Se perfectamente que quieres ver mi rostro o huir. —dice mirándola.—Necesito lavar mi cabello –dice muy alterada.Luego de casi 10 minutos de discusiones, Jared decide colocarse gafas y capucha y acceder a la petición de Sophia.—Estaré aquí a fuera, cuando termines me avisas —dice dándose la vuelta.Sophia se empieza a bañar con desespero. Lava su cabello una y otra vez. Sus lágrimas salen cuando su cuerpo arde por los golpes. Su entrepiernas no se queda atrás. La frustración y el desespero empiezan a ahogar la.Jared juega con la pistola sent
—¿Acaso lo que pasó con tu mejor amiga no te duele? —Pregunta José desconcertado.—¿En algún momento te dije que no? —dice muy calmada. —Iré a la playa por que allá me relajo un poco —dice mirando por el cristal del auto.—Bueno—dice y calla.—Es problema mío si quiero ir o no a la playa —dice mirándolo fijamente —Tu maldito deber es llevarme.Él sólo la mira y continúa conduciendo.[...]*Castro Fashion*—Necesito que por favor te sientas libre y no te pongas nerviosa, sólo es una sección de fotos Ash —dice la señora Elena Castro, para calmar a su modelo Ash Corado.—Haré lo posible, señora —dice entre suspiros.—¡Perfecto! Ahora, ¡Lúcete! —dice con tal emoción. Ash hace su trabajo y posa como toda una profesional, para lucir su ropa interior.
—Recuerdo y no recuerdo, Pero quiero a mi mejor amiga acá conmigo —dice Lucía sin ánimos y con la mirada perdida —ella no está muerta.—Tienes que tratar de recordar y aceptar que tu amiga está muerta —dice la psicóloga Susana Barbado.—Señorita, no le diga esas cosas a mi hija —dice la madre de Lucía.—Perdone señora, pero acá la psicóloga soy yo; y a su hija hay que decirle las cosas como son. Ella no es una bebé, es grande y tiene que estar en el tiempo y saber lo que de verdad pasa. ¿Usted no ve que su hija tiene un trastorno grave? —dice la psicóloga sacándose los lentes para observarla. Ve sus visibles cortadas en el brazo, se ven frescas. Hace poco se las hizo y teme que llegue a algo peor.—No tengo ningún trauma —se queja Lucía.—Los loco nunca admiten estar lo. Y no es que estés loca, pero necesitas mucha ayuda, corazón —dice acariciando su cabeza.[...]
Ambos estaban en la arena besándose, otra vez. José levanta parte de su vestido blanco y acaricia todo su cuerpo. Ella se eriza bajo su tacto y cierra sus ojos para no ser pillada por él, observa sus facciones.[...]-¿Como que te irás Jhon? -Pregunta Milangelis a uno de sus amantes.-Me iré a otro hotel, pues, mi esposa Elena Castro de Williams, vendrá mañana en la noche al certamen y obviamente debo estar con ella -dice poniéndose ropa.-No te vayas, quédate hasta mañana por favor amor -suplica.-No, no puedo. Lo siento -dice caminando hacia la puerta.-Está bien. Saldrás de aquí, pero con un balazo -dice apuntándole al pecho.-Está bien, pues nos quedamos los dos... Con un balazo -Dice mientras también le apunta con el arma. -Me voy y ni tu, ni nadie, me va a detener -dice antes de salir de la habitación.-¡Hijo de perra! -grita Milangelis con
-¿De qué hablaban tu y mi madre? -pregunta con sus manos en la cintura y haciendo un puchero.-¿A ti que te importa? Sube al auto que nos vamos -dice muy serio.-Eres un cabrón bipolar -dice enojada.Durante el viaje a casa, ninguno de los dos dice una palabra.Pero Cristina le dió algunas miradas, viendo sus facciones, su gestos y la manera tan profesional de como conducía.[...]-Señor, ¿Me podría decir en donde estuvo? -pregunta Ariana al presidente.-Soy grande, no tengo que decirle a nadie a donde voy -responde entrando a su oficina.-¿A usted se le olvida, que tanto usted, como su esposa están en peligro?-¿Y a usted se le olvida que yo le puedo poner una demanda por no cuidar de mi hija? -dice mirándola.-Algo me dice que usted sabe quien secuestró y asesinó a su hija. -dice acercándose a él.
—Hay un montón de cosas que no me cuadran ni en lo más mínimo. —dice Camille Martinez, la segunda de las 4 hermanas.—Vamos, ¿A qué te refieres? —Preguntan Kimberly y Daniela.—Pues; Tengo por entendido que la señorita Sophia tenía un novio —dice Camille caminando por la sala de la casa.—Si y después del secuestro de la chica no ha vuelto aparecer —Añade Daniela.—Puede ser que él tenga algo que ver con el secuestro —Dice Yajaira—Y por eso huye —termina diciendo Kimberly.—¡Exacto! —Dicen las 4 al unísono.Las hermanas Martinez son muy astuta y unidas en todo. Las personas que la conocen dicen que al parecer sus cerebros están conectados entre si, pues; llegan a la misma conclusión y suelen hablar lo mismo; al mismo tiempo.Tienen la capacidad de resolver un caso en poco tiempo, se ayudan una a la otra y son bastante unidas.
-Dame un permiso, George -dice Ariana mientras coge su teléfono.-Hola Daniela, ¿Qué se te ofrece?-Pues la detective Fernanda Rivas está acá con nosotras y queremos que usted venga por favor. Es por lo del caso Sophia. -¿Saben algo? -Pregunta ansiosa.-Venga y acá la esperamos -dice cerrando la llamada.Fin llamada.-Hola mamá, ¿Cómo te fue hoy? -Pregunta Cristina entrando a la oficina con una manzana en manos.-Muy bien hija, excelente diría yo. Mañana mis chicas modelarán en un certamen en Canadá -dice muy felíz.-Que bueno madre, me alegro. Me imagino que te verás con mi padre.-Si hija, ya hemos hablado. Te quedarás en casa y debes de respetar a José. Nada de salida ni visitas, ya he hablado con tu novio -dice hojeando un catálogo.-Pero mamá... Se queja Cristina.
El presidente está en el balcón de su habitación y Juana entra y le entrega una taza de té. Sale y la señora Roccio entra a paso lentos pasando por el lado de Juana.—No puedo creer que estés tan tranquilo —dice con enojo.—¿Qué quieres que haga? —Dice girándose hacia ella —¿Que llore? ¿O quieres que me deje debilitar y derrumbar? —Pregunta esperando una respuesta mientras la mira de arriba abajo.—Tu tranquilidad te delata, tienes algo que ver —dice con el ceño fruncido.—Déjame en paz —grita tirando la taza al piso. Pasa por su lado y le dice al oído: —Date mantenimiento, mira tu cara, tu cabello y tú vestuario. Pareces una indigente.La señora Roccio se mira de arriba hacia abajo y se acerca al espejo. Se observa y mira con rechazo lo que ve en el espejo. Sus ojeras están más oscuras y está delgada. Observa el espejo con los ojos cristalizados. Lo rompe con el puño hiriendo su mano der