Capítulo 297
Esa noche, me adentré en el bosque que rodeaba la pequeña ciudad. Cuando Maia confirmó que estábamos solas, me desnudé y dejé que empezara el primer cambio de forma. Fue angustioso. Normalmente, la forma humana cambia a los 10 años, cuando el cuerpo no está completamente desarrollado. Mi primer cambio, a los 18 años y sin familia ni pareja que me ayudara, fue insoportable.

Tras horas en las que mis huesos se rompían y reorganizaban lentamente, yacía jadeando en el suelo del bosque. Maia avanza y nos levanta del suelo. Nos tambaleamos, al no estar acostumbrados a estar sobre cuatro patas.

Estoy hipnotizada por todo. De repente, puedo oír cosas en el bosque que antes estaban en silencio. Puedo oler el río donde mi madre y yo fuimos de excursión en mi cumpleaños hace dos años. Oigo y huelo a los pequeños animales del bosque, que buscan comida o se mueven en sus madrigueras para pasar la noche. Mi vista es más aguda y donde antes no podía ver en la oscuridad, ahora todo está claro.

Maia
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